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lunes , abril 29 2024
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ASCO

Por ENRIQUE MARTÍN *

 

 

I

Esta información (foto) es, como se ve, del 10-2-13.
Y es la pata que debe completar el esclarecimiento de la «tragedia» de Once.

Para pocas personas, y seré autorreferencial, jamás hubo dudas sobre el carácter político del accidente, que en realidad fue un atentado.

Pero se necesitan pruebas y una Justicia no corrupta, como es la argentina en un 95%.

El atentado fue orquestado para involucrar a CFK. Pero hasta la prensa digamos del palo dudó.

Pues no. Si el principal testigo es asesinado en una parada de colectivos sin robarle nada, el caso está semicerrado. Hay que ir por allí.

Ahora, ocho años después, el maquinista que provocó el accidente dice que es culpable pero que ¡no lo hizo adrede!

¡Y hasta exige libertad condicional! Sólo en un país descerebrado alguien puede pedir semejante dislate. O darle bola.

Su confesión sólo ¿servirá? para sacar de las mazmorras y de los medios canallas, incluída prensa «amiga», a los imputados injustamente. Algo es algo.

Este desastre facilitó que Macri llegase al poder para destruir el país. O sea que sus secuelas son aún más terroríficas que los 52 muertos.

A ningún juez le pareció extraño el asesinato de Andrada. Increíble.

Tampoco que ande por la calle y nos dé consejos un gremialista oxigenado que sabe más que nadie de este asunto.

Hay cosas que no tienen arreglo. Todos son canallas.

Hasta la mujer que vendió la terrible muerte de su hijo para llenar de mierda y de mentiras durante años los estudios de televisión y finalmente acceder a una banca de diputada para seguir mintiendo.

Si el caso se esclarece siempre será tarde. Difícil volver de tantos muertos y de tanto asco.

 

 

II

Le digo para qué lado salta la liebre. Ahora usted ocúpese de la liebre…

¿Por qué los Menghini Rey nunca se interesaron por el asesinato del maquinista Andrada?

¿Por qué Carolina Píparo no insistió para que el juez imputase al cajero bancario que la entregó?

¿Por qué la mayoría de los familiares de víctimas en Iron Mountain desistieron de avanzar con el proceso judicial?

Casos para películas de investigación y suspenso. O para periodistas que ya no existen. O para psicólogos que bucean en el inconsciente.

Los Menghini perdieron un hijo en Once y la pelearon duro desde el inicio. Pero ellos mismos se negaron la posibilidad de saber la verdad.

Nunca insistieron para que se esclareciera el asesinato del maquinista Andrada, hilo explicativo fundamental. En este caso los traicionó la ideología.

Su lucha entonces fue fácilmente direccionada y acompañada por los ocultadores de la verdad y sus medios acólitos.

Alguna vez María Luján Rey se preguntará qué hace en una banca de diputada nacional. Y no hablamos de sueldo. Seguro que no le interesa. Pero llegó hasta ahí. Y Macri fue presidente con su inapreciable colaboración.

Carolina Píparo también perdió un hijo en la salidera. Y se mostró tenaz ante los medios. Peleó, qué duda cabe.

Y consiguió que los asesinos estén presos. Pero nunca se preguntó por qué el juez desprocesó al cajero bancario que la entregó.

Aquí no se trataba de salvar a los delincuentes, sino de evitar que la responsabilidad por ese crimen incluyera a todo el sistema bancario.

Hubiese sentado jurisprudencia y a partir de allí cualquier salidera sería un enorme dolor de cabeza económico para el sistema. Millones y millones.

Pero no. El cajero, cómplice imprescindible, zafó en la carambola como impensado escudo de su empleador, el banco, los bancos, todo el sistema.

Carolina también ocupa hoy una banca macrista en el Parlamento. Aquí no hubo ideología. Sólo ingenuidad. Muchas gracias.

El caso Iron Mountain es el peor. Porque su esclarecimiento pondría patas arriba todo el entramado de negocios y corrupción que generó los anteriores y continuará igual, como parece.

Diez bomberos muertos en una nube de polvo y asco, como mártires utilizados para destruir acaso las evidencias más flagrantes del poder en las sombras.

Ese poder instruyó aquí directa o indirectamente a los abogados. Mejor aceptar las indemnizaciones. Mejor no hacer olas. Es peligroso.

Algunos pocos familiares se resisten y dan pelea. Y no aceptarán diputaciones ni concejalías.

Qué Dios se apiade de ellos.
Y de nosotros.

 

  • Periodista / DyN / LSM

 

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