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viernes , mayo 3 2024
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Fuentes Seguras. La batalla Central

Por GABRIEL FERNÁNDEZ  *

 

Ante la necesidad de promover el crecimiento, el gobierno analiza una profunda reforma financiera

 

En la última entrega de Fuentes Seguras dimos cuenta del problema central que debe afrontar el gobierno nacional para promover el crecimiento. Sin olvidar elementos relacionados, señalamos que se trata de la concentración monopólica en las distintas actividades. Eso conlleva una secuencia de dificultades, entre las que cabe indicar la canalización del grueso de los recursos del mercado interno sobre compañías con bajo nivel inversor en proporción a sus beneficios, conocidas por su pasión evasora y, eventualmente, fugadora, y satisfechas del poder de presión que les brinda el haberse configurado en formadoras de precios y hegemónicas en la comercialización.

Consultamos bastante a lo largo de una semana en la cual lo cortés evitó lo valiente y nos sumió a todos en elucubraciones acerca de la dimensión y proyección de la protesta policial. Consultamos y recibimos consideraciones importantes para entender el volumen de la batalla que se avecina, con rasgos inevitables e intereses que se pueden observar si la mirada se sitúa en el lugar exacto. Es que sería injusto hablar de complicaciones visibles sin avisar sobre aquellas que laten detrás y se constituyen en ejes de las políticas antinacionales y antipopulares. Aún quienes comprenden la trascendencia del sistema financiero se sorprenderán por las informaciones vertidas en estas líneas.

ZONA DE QUIEBRE. Para instalar un proceso de desarrollo productivo interno será preciso meter mano en esa zona casi invisible pero central de la economía. Los bancos, en la República Argentina, ganan más que en cualquier otro lugar del mundo. El emerger de la pandemia y la paralización que ha implicado sólo contribuyeron a acrecentar tales beneficios. Esas entidades tienen más rentabilidad aquí que en la Europa que arrasaron para obtener su salvataje; aunque todo tiene su rastro, la historia más reciente puede situarse en el golpe de Estado -¡cívico! militar- de 1976 y en uno de sus diseñadores, el entonces ministro José Alfredo Martínez de Hoz.

La Ley de Entidades Financieras fue promulgada un 14 de febrero de 1977, por Jorge Rafael Videla y su ministro de Economía. Desde aquél momento, sus bases se mantienen firmes e impiden que el Estado regule al sector financiero en favor del crédito para el desarrollo económico. En los cuatro años recientes el mismo sector económico – cultural, a través de la representación política del macrismo, profundizó la liberalización inspirada en aquella norma. Su aplicación facilitó el accionar sin control de los bancos, el manejo anti productivo de las tasas de interés, la exclusión del crédito para franjas industriales, los intereses brutales a los usuarios de tarjetas, la bancarización forzada de gestiones cotidianas y la influencia sobre el tipo de cambio, entre otros factores.

FORJA Y EL BCRA. Lo indicó en su momento Arturo Jauretche, conocedor del tema desde su interioridad, como titular del Banco Provincia de Buenos Aires entre 1946 y 1950. “El que maneja el crédito maneja más la moneda que el que la emite. El que maneja el crédito maneja más el comercio de exportación e importación que el que compra y el que vende. El que maneja el crédito estimula determinadas formas de producción y debilita otras; el que maneja el crédito establece qué es lo que se ha de producir y qué es lo que no; determina lo que puede y lo que no puede llegar al mercado con facilidades de venta, y maneja por consecuencia el consumo”.

https://laseñalmedios.com.ar/2020/05/25/la-banca-segun-jauretche/

Que nuestro país ofrece, a cambio de nada, el mayor nivel de beneficios del mundo, ha sido otra vez comprobado por investigaciones de escasa difusión. La gente de Paridad en la Macro informó, cuatro días atrás, que “Según un informe de CELAG, Argentina tiene los mayores indicadores de rentabilidad entre países: posee el mayor registro de ROA (5,9 por ciento de rentabilidad sobre activos en 2019) duplicando el promedio regional y multiplicando por doce al español. Estos resultados fueron alimentados en los últimos años por las tenencias de Leliqs, que explican el 60 por ciento del margen financiero de la banca privada, es decir, por la propia necesidad de la política monetaria de esterilizar pesos en el mercado”.

De tal modo “aun en un contexto de lock down como el que rige desde marzo, el bancario es el único sector de la economía donde la actividad y las ganancias no se ven resentidas e incluso en alguna medida, se vieron beneficiados”. El material explica que las líneas de créditos dispuestas por el Estado para afrontar la cuarentena en el rubro productivo fueron ignoradas por la mayor parte de las casas privadas, que resolvieron seguir operando con préstamos a las firmas concentradas, que en muchas ocasiones configuran verdaderos auto préstamos. Como si se tratara de empresas lejanas, que no obedecen las indicaciones de las instituciones locales sino las directivas de sus centrales en el Hemisferio Norte. Para no abundar con datos técnicos, sólo una mención más, ligada a la mezquindad: los resúmenes de las tarjetas destinados al usuario promedio son intencionalmente incomprensibles para evitar demandas por el excesivo recargo dispuesto discrecionalmente por los mismos bancos.

Entonces, entran a jugar nuestras Fuentes Seguras, más interesadas –al igual que usted, lector- en lo que viene que en lo que ha pasado. Mientras este periodista baja el volumen de una pantalla por la cual desfilan avisos atrapantes de bancos que prometen premios para quienes protejan sus ingresos derivándolos a sus arcas, sin dejar de lado mensajes implícitos sobre la gracia que implica pertenecer a ciertos espacios, se apresta a escuchar, con gran atención.

PRESTÁ ATENCIÓN. La voz del Negro en la promo de Abrí la Cancha opera como moderno  Despertador Gauchipolítico. Podemos utilizarla aquí porque arranca el partido básico que definirá el rumbo del campeonato. “Vos sabés que acá hay una traba imposible de esquivar con este sistema” empezaron los informantes “así que aunque nadie levante la perdiz se está estudiando un cambio de fondo y hay que estar preparado para el lío que se va armar”. Uno piensa si con la Reforma Judicial se disparó la ira de los medios concentrados, algún cambio en este esquema puede recibir cuestionamientos atómicos.

“El problema serio e inmediato está en las negociaciones con el FMI. Por eso Chodos dijo lo que dijo y por eso Alberto aseguró que la política económica la define él”. Aunque la respuesta era obvia requerimos escucharla: “el Fondo puede aceptar muchas cosas pero no un cambio grande en el esquema financiero al punto de quitar los grandes beneficios a los bancos”. Si bien “la posición argentina es sólida y puede plantear su derecho a operar internamente como quiera, y aunque esos giros estén por fuera de la negociación, el FMI no va a dejar de opinar y presionar”. Pero entonces, se está pensando en algo realmente importante. “Si” dijeron las Fuentes.

 

 

EN ESTUDIO. Vamos a ver. Por un lado, la iniciativa en carpeta dispone quién es quién: declara la “obligatoriedad” para las entidades privadas de obedecer las determinaciones estatales, empezando –hay mención explícita- por las líneas de crédito. También una reformulación de la Carta Orgánica del Banco Central de la República Argentina, de la Superintendencia de Entidades Financieras, frenando “la concentración del crédito, la exclusión de las pymes, la autorregulación de las entidades, los comportamientos pro cíclicos, la extranjerización de las entidades y la subordinación a una comunidad financiera internacional que induce a los bancos centrales a tener políticas armadas por los centros de poder por encima de los Estados nacionales”.

El nuevo régimen financiero impondrá al Banco Central como “direccionador del crédito y de la tasa de interés de acuerdo a las necesidades sociales y productivas”. El objetivo añadieron las Fuentes, es que “el crédito se regule en función de un proyecto productivo nacional, por lo tanto el crédito a las empresas deberá atenerse a ese objetivo”. Entonces explicaron que “la eficiencia del sistema requiere de una banca especializada. La diferenciación por tipos de banco necesita definir las funciones específicas de la banca extranjera. Los créditos personales deben estar regidos por decisiones de endeudamiento que no respondan a la insuficiencia de los salarios, y la tasa de interés no puede ser un mecanismo de desposesión de los sectores populares”.

PENSAMIENTOS. Hay varios elementos filosóficos –anclados en intereses, claro- que atraviesan una discusión histórica que, en breve, se hará muy presente. Por un lado el sentido mismo del crédito. Mientras en la Ley de la dictadura se lo cataloga como un bien comercial, el concepto peronista lo evalúa cual un bien social. Por otro, desde los años 30 la banca privada sostiene que el BCRA debe funcionar como ente autónomo mientras el forjismo indica que debe formar parte de las organizaciones del Estado para controlar e impulsar la economía nacional. Repasar estas discusiones no es vano, pues falta poco para que los fundamentos liberales inunden páginas, diales y pantallas con la intención de hacer pensar a la opinión pública que “ahora se quieren robar el Banco Central”. Aunque frente al tamaño del desafío la consigna suena infantil, en el país de Cualquier Cosa es posible que lidere la propaganda.

En ese sentido quien redacta volvió a preguntar cómo piensa el gobierno difundir la argamasa de la idea para sostener un proyecto de esta naturaleza. Después de aquellas cajas destempladas, casi no hubo réplica, lo cual merece ser interpretado como “y qué querés que te diga” o “no manejamos esas cosas”. Lo cierto es que en el tripero corazón de este periodista se deslizó una inquietud sincera que se enlaza con el deseo de ayudar. Esa sensación se truncó, a modo de chacarera, al recordar que sólo se puede ayudar a quien desea ser ayudado.

Hay ejemplos que pueden ejemplificar el sentido de la modificación en estudio. Cuatro bancos dieron a conocer este año sus balances contables de 2019 ante la la Comisión Nacional de Valores (CNV) y a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

ESPECTACULAR. El Grupo Galicia mostró una ganancia de $42.515 millones, resultado que fue 191% superior al ejercicio anterior. El Banco Macro obtuvo una utilidad en 2019 de $ 40.800 millones, en tanto que el resultado neto del cuarto trimestre del 2019 fue de $ 13.265 millones, 1% superior a la ganancia de $ 13.159 millones del tercer trimestre de 2019 y 153% superior a la ganancia del cuarto trimestre de 2018. En tanto, Banco Patagonia registró ganancias por $ 18.211 millones el año pasado; y el ejercicio económico 2019 finalizó con un resultado positivo que representó un incremento de 229,5% con respecto al balance anterior. Por su parte, Grupo Supervielle mostró una rentabilidad de $ 4.261 millones en el 2019, en el que destacan que los ingresos del cuarto trimestre aumentaron un 39% interanual y 30,6% respecto del trimestre anterior. Apenas un puñado de datos.

Es que la Ley de Entidades Financieras diseñada al calor del Consenso de Washington ha generado un mundo de oportunidades. Para seguir en tono pero arrastrar el concepto al presente, buceamos en el parecer de la Cátedra Nacional Arturo Jauretche: “Se liberalizó la tasa de interés y se flexibilizó la apertura de nuevas entidades financieras, con el expreso objetivo de que las tasas alcanzaran valores reales positivos y elevados, lo cual es letal para la industria, sobre todo para las pymes. El resultado fue la crisis bancaria de 1980, que sería la primera de una conocida lista. Esa  filosofía toma el crédito como un bien de mercado, determinado por un precio de mercado, cuando en realidad se trata de un bien público, tanto porque se nutre con la agregación del ahorro de los ciudadanos como porque su uso repercute en la economía de toda la población. A partir de la ley de 1977, los bancos son cada vez más concentrados y dirigen sus créditos a grandes empresas, créditos personales y demás líneas para el consumo. Pero hay otra variante, aún peor: el crédito para compra de moneda extranjera”.

Por eso sería equívoco, como señalamos al comienzo, analizar la economía real sin zambullirnos en su principal adversario. El gobierno ya lo sabe y tiene sobre la mesa de trabajo tres proyectos destinados a resolver el problema, que en realidad es El Problema de la vida nacional. El kirchnerismo buscó mejorar el panorama en 2010, sin éxito, y volvió a intentarlo en 2013. Hueso duro de roer, con obvios recursos a su disposición, el sistema financiero operó sobre medios y legisladores y diluyó la iniciativa. Por entonces, era común leer y escuchar que “el gobierno ataca a la banca privada”; pocas veces se pudo observar con tanta claridad la necesidad estructural de perjudicar la región productiva y canalizar el drenaje en dirección rentística. Se viene una batalla  ciclópea que volverá a partir en dos al país. En su estilo, las autoridades elegidas por el pueblo intentarán avanzar con diálogo y paciencia.

Los grandes medios están velando las armas.

 

  • Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal

Ilustraciones Marinus van Reymerswaele

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