BIELSA / Soltar los pájaros

Por KURT LUTMAN *

A Marcelo Bielsa lo conocí allá por el año 1985. Él dirigía la cuarta especial y jugaban el clásico contra Central en la cancha neutral del club Juan XXIII. Mi viejo era su compañero de laburo, técnico de una categoría mayor o menor de esa época. La época dorada de las mejores inferiores del planeta.
Yo era un niño de 9 años que me escabullía en esos vestuarios y observaba todo antes de que el utilero, el viejo Beltrán, me saque a patadas en el orto.
El loco da vueltas en el vestuario a los gritos exigiéndoles a sus dirigidos que dejen hasta la última gota de transpiración para llevarse el triunfo. Los presiona, los tensiona, los desafía. Noventa minutos mas tarde los pibes les regalan los 3 puntos. El queda exausto en un rincón del vestuario mientras los muchachos saltan y gritan de alegría.
De aquel ser humano a éste de la foto hay una distancia abismal.
No sé si internamente el loco mutó su mirada hipercompetitiva fogueada en aquellos años que lo llevó a ganarle a Boca en su boca.
Lo que si se, es que se dió cuenta que cada movimiento que él haga generará un impacto en los bordes. Hombres, mujeres y niñxs del mundo hablarán de eso que acaba de hacer.
El loco entonces, en la selección Argentina de fútbol decide dar conferencias de prensa en igual tiempo a Radio Calamuchita y TyC Sport.
En los pasillos del multimedios lo odian y cocinan venganzas.
El loco recibe sobre su lomo violentos lonjazos de todos los brazos del Grupo Clarín.
Los soporta en silencio.
Decide hablar con sus dirigidos del Tiempo y el dinero y la relación tensionante entre ambos, elije hacerlo frente a una cámara que los toma de costado.
El loco recibe en su lomo violentos lonjazos de todos los brazos del grupo Clarín.
Los soporta en silencio.
El loco ante miles de espectadores en cancha y millones vía televisión decide devolver un gol poniendo en discusión lo legal y lo legítimo del asunto.
El loco recibe en su lomo violentos lonjazos de todos los brazos del grupo Clarín.
Los volverá, una vez más, a soportar en silencio.
El loco es uno de los artistas mas potentes del balonpié. Y por artista entiendasé esa persona que genera un hecho artístico, ético y estético. No importa si el loco en su interior ya asimiló o está en batalla con el hecho poético manifestado.
No importa si el loco cree o no en la ética deportiva. Eso lo sabe él y nadie mas que él, lo importante a mi gusto es la capacidad de generar hechos poéticos para los bordes. Al igual que el Indio Solari se desconoce lo que este humano piensa o siente, lo que no se puede desconocer es su obra y el impacto que genera en los cuerpos de su tribu.
Marcelo Bielsa hace años que viene construyendo una de las obras poéticas mas trascendentes del deporte mundial más sanguinario y mirado de la historia.
Marcelo Bielsa es un artista antes que cualquier otra cosa.
Algunos periodistas deportivos lo miden con solo 3 puntos en disputa, o en clave victoria derrota. A estos ñatos les señalan la luna y miran el dedo.
Salú loco, te agradezco tu gesto valiente (hayas resuelto o no en tu interior estas contradicciones).
Sabiendo que tu obra será alimento en algún momento para nuestros hijxs, es que brindo desde barrio Azcuénaga con un vino en caja en tu homenaje.