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viernes , abril 26 2024
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RE SENTIMIENTOS / El antiperonismo existió antes que el peronismo

Por CARLOS BALMACEDA *

 

En un país que como bien lo definió Cooke fue siempre burgués, solo restaba que apareciera su hecho maldito, es decir ese signo que recogiera todos los signos, estéticos, políticos, económicos, sociales.

Hacía falta que ese plebeyismo de Martín Fierro rumbeando para las tolderías, del propio Cruz, pasándose del lado del gaucho perseguido, de Moreira, de los compadritos que Borges admiraba en abstracto, como figuras literarias, pero nunca como sujetos históricos, se resumieran en un movimiento político.

Los morochos codo a codo con el pequeño burgués en las pizzerías, invadiendo Mar del Plata con los sindicatos, movilizándose en masa para rescatar al general (¿cuándo antes hubo una multitud así como no fuera para despedir a Gardel o Yrigoyen?), haciendo de la política religión en sus rituales, cantos, símbolos, bombo, bandera, gorro, vincha, fue una irrupción que hizo decir al dipuado Sanmartino «es el aluvión zoológico».

Cada vez que aparece en la historia, vuelve ese sentimiento racista, pequeño burgués, estigmatizante, esa reacción de odio y desprecio que en el fondo es miedo.

Cuando volvió en los ´70, con Perón ya viejo y un mundo hecho guerrilla, el sentimiento era de tanto susto, que directamente se dejó que el trabajo de sangre lo hicieran otros, con la esperanza de que eso desaparecería para siempre.

Luego, ¿cuándo volvió? Nunca, o más bien, estuvo dando vueltas, siempre en ritual, un poco exagerado, ridículo, pasado de moda, un poco excesivo, a veces sobreactuado, como para darle razón a ese catedrático que funge de riguroso y en el fondo es un gorilón, Ricardo Sidicaro, que al hablar de tres peronismos, le adjudicaba como un posible destino el de un grupo de personas que se reunirían para evocar el pasado.

Volver, volver, volvió en el 2003, y ese viejo re-sentimiento afloró, se hizo carne, muletilla, estupidez, y el buen burgués que puede ser un villero o un potentado sacó todos sus prejuicios para prevenirse de eso, y esta vez los medios los asistieron en el infundio y la descalificación.

Luego respiraron aliviados, hasta ayer.

El odio y los nervios son síntomas.

 

  • Actor, periodista / La Señal Medios

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