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Por GABRIEL FERNÁNDEZ *
Como preveíamos en el cierre del texto referido al aislamiento gubernamental, la brillante decisión editorial de La Nación y Clarín (más satélites papel, webs, radios y canales) de simplemente desconocer la presencia de más de 800 mil personas en las calles dispuestas a repudiar el plan económico oficial, no logró efectos satisfactorios para el oficialismo.
El nivel de aislamiento gubernamental quedó evidenciado en reuniones de última hora con los altos mandos de las fuerzas armadas y de seguridad destinadas, básicamente, a garantizar su disciplina. En un movimiento ulterior, a anticipar movimientos bélicos internos orientados a reprimir una población díscola, que no admite el ajuste integral.
Es decir: sin la cobertura de los sectores afines del sindicalismo, con el raudo despegue del duhaldismo, sin respaldo de la tímida UIA, con cuestionamientos intestinos del radicalismo, con muy pocos gobernadores alineados y con debates cruzados en el seno del Poder Judicial, el macrismo se ha lanzado a afirmar su control, al menos, de las instancias estatales formales.
Allí tampoco, según nos cuentan, alcanzó un éxito propio de los winners que integran Cambiemos. El escepticismo cunde en el seno de los uniformados, que rezongan por el apriete económico padecido (en tanto, justamente, parte del Estado) además de otros asuntos muy interesantes derivados de la nada resuelta interna de la Armada.
Los exportadores, en tanto, insisten con sus bolsillos.
El brutal silenciamiento de la marcha más grande del período ¿fue el último favor de Magnetto? Así lo afirman algunos colegas. No estamos tan seguros. Lo cierto es que a falta de todos aquellos respaldos, a la gestión oligárquica le están quedando en derredor las corporaciones directamente ligadas al gabinete, algunos bancos y los grandes medios.
Estos últimos intentan hacer lo posible para arriar el segmento de opinión pública previamente tontificado al cual le sienta bien el “acá no pasa nada”. Escueto caudal político para un gobierno que arribó a través del voto hace poco más de dos años. Macrismo, debilidad es tu nombre. Lo cual no implica un derrumbe inmediato; apenas, un país ingobernable.
- Director La Señal Medios / Sindical Federal / Area Periodística Radio Gráfica.
