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Por GABRIEL FERNÁNDEZ *
Este viernes se conmemora el Día del Pensamiento Nacional en homenaje al nacimiento de Arturo Jaureteche. Fue dispuesto en el año 2004 mediante la ley 25844 sancionada por el Congreso y promulgada por el presidente Néstor Kirchner. Fue una gran decisión, pues el concepto involucra un perfil de razonamiento propio del Sur y bien original con respecto a otras modalidades. Es decir, se evoca en tiempo presente la mirada activa de quienes resolvieron analizar el mundo situados en su pueblo y en este territorio. No es el día de cualquier intelectual nacido en la Argentina. Eso no alcanza para ser un Nacional.
Jauretche nació el 13 de noviembre de 1901 en Lincoln, provincia de Buenos Aires. Fue militante de la Unión Cívica Radical (UCR) en su versión yrigoyenista. Tras el golpe de Estado de los generales José Félix Uriburu y Agustín P. Justo, pasó a la resistencia y participó del levantamiento armado de Paso de los Libres. En 1933, junto a otros radicales yrigoyenistas cruzó el río Uruguay desde Brasil y tomó por asalto la ciudad correntina. La revuelta fue derrotada por el gobierno de facto y Jauretche, encarcelado. En prisión escribió el poema gauchesco “El paso de los libres”.
Junto a un grupo de pensadores de orientación nacional y popular fundó la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA), que operó como usina de las ideas que se irían imponiendo dentro del pueblo argentino y llegarían a inspirar la acción de gobierno a partir de 1946. La acción de difusión se llevó adelante mediante los Cuadernos y la concreción de charlas pero también de actos sencillos en distintos espacios públicos de las ciudades argentinas.
Cuando Juan Domingo Perón fue elegido presidente, en febrero de 1946, fue nombrado director del Banco Provincia. Su ligazón conceptual con el titular del Banco Central Miguel Miranda le facilitó el desarrollo de una política financiera orientada a la producción y el despliegue de la entidad. Ante la modificación de las autoridades del área económica, renunció a su cargo en enero de 1950. Desde entonces mantuvo una distancia del gobierno sin pasar a la oposición. Se opuso tenazmente al golpe de Estado de 1955.
Tras la caída del segundo gobierno de Perón se exilió en Uruguay. Mientras sostenía contactos políticos con la Resistencia, se abocó a la escritura. Numerosos artículos en medios clandestinos y otros que llegaron a difundirse en la circulación masiva derivaron en obras significativas como “Manual de zonceras argentinas”, “Los profetas del odio”, “El medio pelo en la sociedad argentina”,y “Filo, contrafilo y punta”.
Avanzados los años 70, Jauretche expresó su claro apoyo al regreso de Perón al país, sin perder el tono crítico. Tuvo disidencias con el armado que rodeaba al líder, con preeminencia de franjas conservadoras del peronismo (viudos tristes, espetó) pero también con los sectores juveniles justicialistas que promovían la lucha armada. Su posición le trajo apologías y rechazos tanto dentro del peronismo como en la oposición. Murió el 25 de mayo de 1974, en la ciudad de Buenos Aires.
- Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica / Sindical Federal
