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Por GABRIEL FERNÁNDEZ *
Hace un año, cuando analizamos el reagrupamiento sindical y político, observamos que la lucidez iba recobrando su capacidad de iluminar las zonas neblinosas. Por un lado, más del 80 por ciento del movimiento obrero organizado se coaligó en las calles, mientras la Corriente Federal, las delegaciones regionales, Camioneros y un segmento del Movimiento de Acción Sindical Argentino orientado por el SMATA se agrupaban con las CTA en el amplio y versátil marco del Frente Sindical para el Modelo Nacional. Por otro, esos espacios se reunían con Cristina y daban lugar a un cruce estratégico entre los protagonistas del interés geoeconómico más profundo de nuestra Patria.
Es que hoy como ayer, ahora como hace tres décadas, la combinación de peronismo y sindicalismo –con el añadido irregular de un derivado surgido en el último tramo de los 90, las organizaciones sociales- forja el núcleo básico del Proyecto Nacional. Esa obra de arte en acción, plasmada conceptual y prácticamente por Juan Domingo Perón aunque con antecedentes de fuste y continuadores de valía, contiene las Tres Banderas y se asienta en el desarrollo interno integral y la producción de bienes de producción y consumo. Además, se proyecta internacionalmente en coalición con fuerzas equivalentes de otras regiones, en especial de América latina.
Esta semana, el sendero de confluencia se profundizó. Los primeros tramos del último período, suscitados en aquellos acuerdos de 2018 que aproximaron a vastos sectores del movimiento obrero y el espacio político nacional popular, derivaron en el lanzamiento de una iniciativa que puede concluir, el año venidero, en la articulación plena de la Central de Trabajadores de la Argentina con la Confederación General del Trabajo. Un poco antes, si la campaña sigue su curso actual, en una victoria electoral resonante.
El acto convocado el jueves en las instalaciones de Lanús por la CTA congregó una multitud. Acompañando la iniciativa de la organización que orienta Hugo Yasky estuvieron representantes del Frente Sindical para el Modelo Nacional, como Hugo y Pablo Moyano, referentes de la Corriente Federal de Trabajadores (Héctor Amichetti, Walter Correa, Sergio Palazzo, Vanesa Siley entre otros), miembros de la dirección cegetista como Omar Plaini y figuras clave del agrupamiento político.
Pues el encuentro, además de informar a la sociedad que el sindicalismo se aproxima a la reconfiguración de una central única, se forjó en respaldo de las listas peronistas canalizadas en el Frente de Todos. Por eso estuvieron y hablaron Verónica Magario y Máximo Kirchner, y por eso cerró la jornada el candidato presidencial Alberto Fernández. Todos valoraron el modelo sindical argentino, la acción de los trabajadores contra el macrismo y señalaron el acierto de Cristina Fernández de Kirchner al transitar un camino de acercamiento entre los dos niveles.
Cabe indicar: este acto no selló la unidad sino que abrió el camino para su concreción. Ahora, habrá que analizar la modalidad de su plasmación. Persiste dentro de la CGT un pedido de convocatoria al Comité Central Confederal presentado por la CFT, en el cual además de analizar las características de una nueva conducción será preciso evaluar la sumatoria de las delegaciones regionales. En el ámbito más general, serán necesarios un Congreso cegetista, según sus estatutos, y un Plenario de Delegados en el orden nacional, según la vertebración interna de la CTA.
Esos pasos, ineludibles, pondrán a prueba la vocación de unidad: la realidad interna de los gremios estatales y docentes, por sólo mencionar dos puntos de compleja resolución organizativa, tendrá que ser tomada en cuenta para que el aglutinamiento resulte a la vez sólido y orgánico. Empero, resulta ostensible que si hay algo que quedó claro, en varias jornadas callejeras, paros nacionales y en este mismo encuentro, es el rechazo de una zona muy mayoritaria del movimiento obrero a la política liberal y anti industrial del oficialismo, así como las coincidencias en el impulso a un modelo nacional, popular y productivo.
La Gráfica cubrió lo acaecido en todo momento. Difundió los discursos centrales y entrevistó a varios dirigentes allí presentes. Entre otros, Roberto Baradel (Suteba) y Hugo Yasky, dialogaron con Mario Sadras y quienes realizamos Patria Grande, el programa de la Federación Gráfica Bonaerense en la CFT. Baradel enfatizó la voluntad de acuerdo y se mostró optimista para superar las dificultades narradas; hizo hincapié en el sentido profundo de la actividad: “vamos hacia la unidad porque los trabajadores sabemos que el Proyecto Nacional nos reúne; ese es el sentido de este acto”. Yasky calificó la jornada como “histórica” y realzó el trayecto que los llevó a buscar el agrupamiento: mencionó emocionado a los representantes de otras franjas gremiales presentes en el acto.
El candidato presidencial dijo algunas de las cosas que los asistentes necesitaban escuchar, pero sobre todo, que la economía argentina exige para volver a crecer: en esencia, realzó que los recursos para la puesta en marcha del país deben surgir de los sectores financieros que lucraron de modo extremo los cuatro años recientes. Vale el ensamble: un día antes, ante un sector del empresariado indicó que las tasas de interés –que en su paroxismo incentivan la especulación- serán reducidas. Se le pueden dar muchas vueltas al asunto pero es preciso señalar que entre ambas decisiones surge el esbozo de solución.
El movimiento obrero lo sabe. Por eso acicateó esta confluencia. Vale, entonces, recordar la definición planteada en estas páginas tiempo atrás: una nación se despliega cuando se relacionan con justeza el interés geoeconómico de base y la conducción política del Estado. Si esta dirección queda en manos de quienes aplastan esa matriz, la decadencia se adueña del territorio, y de los seres que lo habitan. Pruebas, al canto.
- Director La Señal Medios / Sindical Federal / Area Periodística Radio Gráfica
