BIGtheme.net http://bigtheme.net/ecommerce/opencart OpenCart Templates
jueves , mayo 2 2024
Inicio / Tramas / ARGENTINA / ¿Caso testigo?

ARGENTINA / ¿Caso testigo?

Por FERNANDO INFANTE LIMA *

 

Solo por Amor a los Desesperados, Conservamos Todavía la Esperanza

Walter Benjamin

La información, entendida, extendida a un concepto abierto, es hoy en el imaginario de un grupo de dominio, el arma imbatible. Una maquinaria, que asume una articulación compleja, un cumulo de estudios, que en teoría, permite predecir conductas, publicas y privadas, de una importante masa de grupos sociales.

El control es el medio, el principio básico, a la hora de promover un escenario previsible, indispensable para instrumentar medidas, que contradicen la idea de bienestar. Los ideadores del plan, buscan avanzar en la defensa de sus intereses, sin estar dispuestos a reparar en las formas. La batería de herramientas a su alcance es inagotable.

Los medios de comunicación, instalan la idea de crisis; las redes sociales, difunden noticias falsas; los operadores judiciales, alientan causas; se produce una simbiosis perfecta de acciones que intentan influir en la opinión pública. Un sistema hábilmente estructurado, que difumina barreras geográficas, culturales e ideológicas.

El mundo es dirigido, orientado, hacia un destino inevitable, a una instancia superior, que asume de manera curiosa, los contornos imprecisos de antiguas disputas, un terreno pantanoso, ausente de justicia. Un ideal concebido en paciencia, meticulosamente estudiado, cimentado; un ideal de perfección que no está abierto a la posibilidad del error. El problema es que toda regla tiene su excepción, el error existe y se llama Argentina.

Los analistas internacionales, incrédulos, atónitos, intentan erróneamente, encontrar una razón que se adecue a su lógica de pensamiento. La idea de pensar a la Argentina exime la posibilidad de afirmarse en certezas. Las crisis, cíclicas, evidencian que el rumbo es incierto, no se avizora una intención que sea sustentable en el tiempo.

La disfunción de la Argentina es social, no económica. La razón de los éxitos y los fracasos es la misma: el factor social. Un actor de humor ambivalente, cambiante, que un día resiste la más violenta campaña mediática y al día siguiente impulsa una sangría millonaria; el despido de un gobierno y la fuga de capitales, son las caras de una misma moneda.

La discusión es válida si la línea de argumentación es precisa. El intento de traspolar experiencias de sociedades con historias, hábitos y patrones de conducta diferentes, es una acción infructuosa, estéril. Una reforma laboral, es posible si los involucrados, sostienen el compromiso contraído. La falta de confianza, las deficiencias estructurales, la carencia de instituciones creíbles, propician conductas inconvenientes.


El camino propio, alternativo, que escapa a los cánones de la ortodoxia financiera, es una posibilidad cierta. Los ejemplos existen, resisten, uno a uno atendiendo sus particularidades. La experiencia B.R.I.C.S., a partir de diferentes recetas, ha obtenido resultados en países de tres continentes. Los Países escandinavos, Japón, Portugal y la primera etapa post-crisis de Argentina, muestran que hay espacios para distintos modelos posibles.

El tiempo se presenta inestable, la tormenta en ciernes no se abate únicamente en La Argentina, que suele nadar contra corriente. La sensación de crisis golpea fuerte en un mundo que día a día pierde la noción de equidad. El sacrificio indefinido, a modo voluntario, que sostiene la teoría del cambio cultural, ha dejado de ser una opción. El primer golpe, hacia una nueva dirección, puede marcar el contagio a modo domino.

La acción, firme, precisa, que presagia un cambio de rumbo, expone una interrogación que se vuelve inevitable: ¿Es la Argentina una Caso Testigo?

 

  • Ya nada será igual / La Señal Medios

Comentarios

comentarios

Visite también

Paz Interior

  Por NORMA ROSA TORELLO *    Néctar para el alma Una de las aristas ...