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viernes , abril 26 2024
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PABLO LUNATI / El nuevo Guillermo Nimo del periodismo deportivo vernáculo

Por JOSÉ LUIS PONSICO *

 

En los últimos tiempos la «ola» de ciclos con panelistas en programas estilo «magazine», sobre Información General, los matutinos; de espectáculos en horario vespertino -chimenteros de la farándula; con rigor de «estadistas»- y finalmente los del periodismo deportivo. Donde se «pisan», superponen; horas de «sabios y suicidas»

De repente, en medio de la vorágine donde seguramente los futbolistas y los vapuleados directores técnicos «zamarreados» por gente, supuestamente profesionales «de la noticia», en algunos casos se dedicaron al periodismo porque el arte de la redonda los abandonó muy temprano. Eso, dicen «por lo bajo» la mayoría de los entrenadores.

Un caso especial es la aparición súbita de un personaje excéntrico, al que apodan «El Loco». Se trata del ex árbitro Pablo Lunati que hace algo más de diez años protagonizó un episodio inusual: en el Monumental, River perdía 2-3 con Rosario Central y Lunati otorgó 11 minutos de descuento. Empató el colombiano Radamel Falcao y estalló la polémica.

El periodismo «del fútbol que le gusta a la gente» castigó duro a Lunati. Del otro lado de los panelistas, vereda de «los consagrados» Horacio Pagani escribió una virtual «sentencia» a  Lunati que estuvo a punto de ser golpeado por el arquero Hernán Castellanos, de Rosario Central cuando concluyó el partido de marras, 3 a 3.

Lunati hace seis años vivió otro momento complicado: la AFIP Agencia Federal de Ingresos Públicos, órgano de fiscalización de impuestos brutos, lo enjuició por «evasor». El hombre del «pito» -árbitro durante dos décadas aparecía siendo dueño -en el conurbano- de «lavaderos automáticos», un negocio con franquicia de «Havanna» entre otras posesiones.

Julio Grondona, el Colegio de Arbitros que respondía al «mandamás», bajó el pulgar. Lunati se pasó dos años «en extraño exilio» hasta que volvió, no sin antes «rendir cuentas» no sólo a la AFIP sino al propio Don Julio. Al cabo la AFA lo rehabilitó. Nada resultó igual para Lunati La credibilidad de un juez -en el ámbito que sea- se basa en la honestidad

Hace medio siglo Guillermo Nimo se jactaba como referí de rango internacional de ser «Número Uno». De arbitraje donde el rigor del cumplimiento del reglamento emanaba de su carisma. No desde cierto «autoritarismo» que, en la actualidad, se le reprocha a Fernando Rapallini, arbitraje del domingo último, Huracán y Boca en el Estadio Tomás A Ducó.

Fernando Gago denunció públicamente que el referí le faltó el respeto a varios jugadores de Boca. «El árbitro se burló de mís compañeros», dijo el capitán «xeneize». Nimo resolvía con un «carisma» muy particular. Los advertía previamente. No tuvo muchos expulsados. Pero en diciembre del 68 tuvo «su Waterloo»: el célebre penal de Gregorio Gallo, lateral de Vélez

Se definía el torneo Nacional, en el «Viejo Gasómetro», Vélez y River igualaban 1 a 1. Sobre la hora cabezazo del bahiense Jorge Recio, «5» de River, desde el punto del penal, con el «1» José Miguel Marín de la «V» superado, arco de Av. La Plata. El santiagueño Gallo con sus dos brazos estirados evitó el 2 a 1.

River pudo ser campeón. No ganaba desde 1957.Sin embargo, Vélez luego superó a Racing Club (4-2) y se quedó con el título. En medio de una gran polémica. La revista El Gráfico con una imagen irreprochable exhibió foto-recuadro de la memorable «mano de Gallo». La pelota dando en el brazo izquierdo del defensor de la selección nacional.

Nimo que, curiosamente, de pibe, admitió ser hincha de River, no lo cobró. Siempre dijo que había quedado lejos de la jugada. Una pelota que se llevó en velocidad Luis Cubilla por la derecha. La AFA sancionó a Nimo y tiempo después Alejandro Romay lo contrató en Canal 9. En los 70 el ex árbitro componía un personaje televisivo remitiendo a un «showman».

Gerardo Sofovich lo transformó en una «estrella» a Nimo tiempo después. «La perla negra» de alguien que no hablaba bien -se comía «eses»- al tiempo que con una boquilla para utilizar el cigarrillo como parte del personaje «pintoresco»; odiado por los futbolistas y los técnicos. Tuvo varios encontronazos. Pero siguió durante dos décadas. Murió a los 80 años.

Lunati, de 50 años, se viste con el estilo «llamativo» que instaló su antecesor Nimo en los 80. Al punto que el ex referí internacional fue llevado al cine en dos películas de época. Se dividió «la popular»: algunos decían que Nimo deschavaba cosas que el periodismo de oficio no hacía. Otros decían cosas irreproducibles del «showman» del pito y la boquilla.

Pagani  acusó a Lunati, aquella vez del «descuento» -once minutos hasta el cabezazo de Radamel Falcao sobre el arco opuesto al Río de la Plata- diciendo que «sólo alguien que es hincha (de River, sostenía) podía hacer eso». Diez años después Lunati le dió la razón: suele llevar la camiseta del club de Nuñez al estudio televisivo

El «No todo pasa» deja expuesto por Torneos y Competencias la diversidad de lo que ofrece el periodismo deportivo vernáculo. Nimo hincha de River, nunca pudo reconciliarse con la masa «millonaria». Lunati blanqueó su condición de simpatizante riverplatense. Al tiempo que dice que Pagani lo critica porque «es fana de Boca». Algo que a Horacio, lo enfurece.

 

(*) Columnista de La Señal Medios y Libre Expresión

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