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Eduardo Valdés, ex embajador argentino ante el Estado Vaticano, conversó con el equipo de Terapia de Grupo acerca de la actualidad nacional.
Consultado sobre el panorama político nacional, Valdés sostuvo que «lo que sucedió en estos días nos marca que hay derrotas que permiten ampliar la base social de representación con la que se cuenta. Tengo un objetivo, que es ganar la elección de 2019, no me resigno a que esté perdida. Entonces me dan mucha esperanza los dos gobernadores que no vinieron a negociar con el gobierno nacional y los diputados de esas provincias que no bajaron al recinto. Estoy hablando de La Rioja y de San Juan. Convengamos que Sergio Uñac [el gobernador de San Juan, n. del r.] era ‘la esperanza blanca’ del macrismo por cuanto era un gobernador electo, joven. Me gustaría acercar a estos compañeros al espacio en el cual nosotros estamos y desde el cual nos opusimos a esta ley. Mauricio Macri se sacó la careta, demostró que en esa ley la brecha social se amplió en beneficio de los más ricos«.
El entrevistado también consideró que «es posible construir una fuerza que gane las elecciones de 2019. No tengo dudas y estoy trabajando fuertemente para eso. Tenemos que ampliar nuestra base social de representación de 2015 y 2017. No podemos presentarnos como alternativa de poder con el movimiento obrero peleado con algunos otros sectores sociales que siempre acompañaron al movimiento nacional. Hay que conservar lo que tenemos y ampliar un poco. Reincorporar a los movimientos sociales, a la CGT, a los trabajadores. Algunos discursos que se escucharon en la Cámara de Diputados también son una oportunidad para conversar, para trabajar en conjunto. Por ejemplo, fue inteligente de parte del bloque del Frente Para la Victoria firmar el proyecto de Mirta Tundis, y el Frente Renovador se apegó a la estrategia en común«.
Finalmente Valdés se refirió a las acciones del Papa Francisco: «la oración del mes de diciembre en defensa de la tercera edad estuvo muy pensada. El pontífice gobierna para todos los católicos del mundo pero tiene su corazón y sus oídos muy puestos en la Argentina. Fijémonos también en el encuentro con sindicalistas de todo el mundo al que Francisco no asistió, pero al cual envió un documento que parecía escrito para nuestro país. Creo que es una decisión que él tomó en el momento, pero no he hablado con él, no podría afirmarlo categóricamente. Sí puedo decir que Francisco tomó el poder en la Conferencia Espiscopal Argentina a través de la mesa designada hace un mes y medio, por su composición y porque trabajó a través de distintos obispos para convencer a algunos gobernadores de que sus diputados no bajen a tratar la ley».
MG/GF/RG
