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SALAS / 1955 – 1956: El inicio de una violencia desmesurada

El pasado 9 de junio se conmemoraron 60 años del levantamiento del generales Valle y Tanco contra la dictadura presidida por  Pedro Eugenio Aramburu que terminó en fusilamientos de 27 personas, entre  militares y civiles que levantaban las banderas del peronismo. Para debatir sobre estos hechos entrevistamos a Ernesto Salas,  historiador, profundo conocedor  del peronismo,  y profesor en la Universidad Nacional Arturo Jauretche.

Sindical Federal: ¿Qué significa esta fecha?

Ernesto Salas: Lo que me parece más relevante de esta fecha, junto con los bombardeos de junio de 1955,  es que marcan el inicio de una violencia desmesurada, de parte de los militares y de la derecha argentina, en contra del movimiento popular. Porque hasta aquel momento, no se le había ocurrido a ningún general matar a un compañero de armas que se haya levantado en ninguna circunstancia. Tanto aquellos que se levantaron contra el gobierno constitucional de Perón en 1951 o algunos militares radicales que se  habían levantado en la década de 1930, nunca habían tenido el castigo que aquí sucedió, la aplicación de la Ley Marcial y el posterior fusilamiento, en los días siguientes, de 27 patriotas argentinos que pagaron con la vida el hecho de oponerse a una dictadura sangrienta como fue la de Aramburu y Rojas.

SF: Esa dictadura vino a instalar un programa económico que destruya la herencia del peronismo, pero no parece que eso explique tanta saña.

ES: Hacia el final del gobierno de Perón, hubo un odio generalizado, lo que yo llamo la “cultura del desprecio” de los sectores  dominantes, por las clases populares. Y en ese sentido, “la revancha” o lo que sucedió ese 9 de junio, fue un escarmiento. Incluso un miembro del Partido Socialista, Américo Ghioldi, dijo una frase terrible, “se acabó la leche de la clemencia, ahora los argentinos van a saber que la letra con sangre entra”, lo que fue la expresión más clara  de esa violencia en contra de lo que ellos habían considerado una dictadura, cuando la dictadura en realidad eran ellos.

SF: ¿Qué tan importante es la figura de Rodolfo Walsh para la conmemoración de esta fecha?

ES: Lo increíble fue que pasara sin pena ni gloria un acto tan violento y tan sangriento, y que se tomara con naturalidad el hecho de que habían sido fusilados peronistas en las penitenciarías o en las comisarías. El fusilamiento del General Valle fue anunciado en La Nación en la página siete y en un recuadro. Walsh, que no era peronista en su momento y que, en cierto modo, tenía una tradición antiperonista; incluso cree que los peronistas actuaban fuera de la ley, una especie de delincuentes, hasta que en sus investigaciones empieza a encontrarse con la resistencia peronista que se organizaba para lograr la vuelta de Juan Perón. La obra de Walsh es muy impactante, por la forma en la que fue escrita, entre otras cosas. Pero también, lo que hizo fue delimitar los acontecimientos del 9 de junio a los fusilamientos de José León Suárez, cuando es sólo una parte de lo sucedido. Ese hecho fue terrible, se produjo todo en la misma noche y se asesinaron cinco personas, pero hubo sobrevivientes, porque no había esa costumbre de aniquilar a todos. La indecisión de los policías permitió que algunos logren escapar. Esa misma noche, en Lanús fueron fusiladas sumariamente, en una comisaría, cinco personas más. Y los días siguientes fueron asesinados, por sus propios compañeros de armas, una serie de militares hasta que Valle, que estaba fugado, se presentó para salvarle la vida a sus compañeros que estaban siendo masacrados, y él mismo fue fusilado la noche que se presentó.

SF: ¿Todos los fusilamientos tuvieron un criterio o fueron casi al azar?

ES: En el caso de Lanús, fueron militantes que estaban actuando en la resistencia. Cuando fueron detenidos, estaban colgando una antena en una escuela técnica de Avellaneda, para irradiar la proclama revolucionaria. Los capitanes González e Yrigoyen, y algunos de los miembros que participaron del comando L113, que era de Quilmes, Berazategui, Florencio Varela, fueron capturados cuando estaban colocando la antena, los llevaron a la comisaría, y en una especie de fila india fueron ajusticiados en forma sumaria. En el caso de José León Suárez, los casos son menos claros, porque se cree que había una parte del grupo que iba a participar del levantamiento y quería hacer participar al resto que no estaba tan enterado. Así se los hizo quedar como “víctimas inocentes” y no militantes, lo que no es del todo cierto.

SF: ¿Ve una relación entre la “Revolución Libertadora” y el actual gobierno?

ES: A mí no me gusta comparar etapas históricas de manera tan directa. Evidentemente, hay personas en el presente que sienten que hay cosas del pasado que han vuelto, que algunas cuestiones tienen cierta relación o parecido. Cuando yo hablaba de la “cultura del desprecio” también hay que recordar que la Revolución Libertadora,  Fusiladora, formó una serie de comisiones investigadoras que persiguieron en la noche, que secuestraron personas y los llevaban a declarar ante militares y civiles que se arrogaban la idea de que el peronismo era un gobierno totalmente corrupto. Se intentó hacer una serie de causas contra el gasto que el peronismo había realizado en su tarea social, como por ejemplo, la impugnación de la labor de Carrillo, que es incontrastable la cantidad de obras que construyó. Por supuesto que no llegaron a nada, pero durante años, esta propaganda sirvió al gorilismo para suponer al peronismo como un régimen dictatorial y corrupto, mientras ellos se adjudicaban a sí mismos ser honorables y democráticos. Hay como cierta similitud en el odio que provoca una cierta satisfacción por la revancha. La idea de que ellos son malos porque sí, porque yo lo digo. Este odio viene por la acción del peronismo, por la justicia social, por la reivindicación de los derechos de los trabajadores, de la ancianidad, de los niños; no viene por una diferencia política. La diferencia es que el peronismo había sido reivindicador de la igualdad; y ellos reivindicaban la distinción y la diferencia, la gente bien y la gente mal, los que estaban adentro de la sociedad y los negros.

SF: ¿Qué le explicación le encuentra a que Perón no haya podido formar un ejército que lo respalde en ese golpe?

ES: Es largo, es difícil de entender la vida interior de las FF.AA. Hay una concepción elitista, gorila, dentro de las FF.AA que implica el hecho de convertirse en parte de la oposición del peronismo. En los últimos años de su gobierno, Perón intentó introducir una concepción nacional y popular. Pero ahí hay una cuestión sobre quienes acceden a las fuerzas, sobre todo los Oficiales, porque recordemos que la Revolución Libertadora tuvo que hacer una purga inmensa para sacarse de encima a una gran cantidad de suboficiales peronistas que fueron dados de baja, expulsados de las filas de la policía, la prefectura y la gendarmería.

Entrevista Lautaro Fernández Elem, Leonardo Martin, Gabriel Fernández

www.sindicalfederal.com.ar

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