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Según datos del Indec las ventas en Supermercados y Shoppings caen más de 20% por debajo de la inflación. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) la facturación en los supermercados creció durante mayo el 24,7% en términos interanuales y 20,7% en shoppings, casi 20% por debajo de la inflación de ese mismo periodo de acuerdo al Indice de Precios de la Ciudad de Buenos Aires (44,41% a mayo)
En los primeros cinco meses del año la facturación en los supermercados ascendió a $110.044 millones, con (incremento nominal del 27%) y en shoppings el acumulado sumó $118.718 millones (equivalente a un aumento nominal del 27,2%), ambos un 17% por debajo del nivel de inflación.
Para el F.M.I el PBI de Argentina creció 2,4% en 2015 y caerá 1,5% en 2016. “El ajuste de los precios relativos en el primer semestre de 2016 ha acelerado la inflación y perjudicado el consumo privado”, señalan. El organismo también prevé que la orientación más acomodaticia de las políticas monetaria y fiscal promueva el crecimiento en 2017, pero que complique el cumplimiento de las metas fiscales y de inflación anunciadas este año.
Mientras, comienzan a aparecer nuevos índices. Según la Ciudad de Buenos Aires en Junio crecio 3% la linea de indigencia y pobreza.
De los datos publicados se desprende que para un hogar compuesto por un matrimonio y dos hijos, propietarios de su vivienda, , la línea de pobreza se ubicó en el mes de Junio en $ 12,708,92, mientras que en el mes de Mayo se ubicaba en $ 12.356,37.
Por su parte la línea de indigencia se ubica, según el informe, en $ 6307,53, frente a $ 6110,61 del mes de mayo.
Para un hogar unipersonal, los números pasaron de $ 4307,64 en mayo a $ 4443,47 en junio en el caso de la linea de pobreza y de $ de $ 2003,48 a $ 2068,04 en el caso de la linea de indigencia.
De acuerdo al último dato de la Universidad Católica Argentina (UCA) la pobreza se incremento en los primeros tres meses de la gestión del presidente Mauricio Macri en 5% (equivalente a 1,4 millones de nuevos pobres) y según trascendió de parte de su director era cifra se habría casi triplicado en el segundo trimestre .
En paralelo, aparecen las subas en precios y la contracción; se cayó el consumo en junio y se detectan muchos aumentos de comestibles. En supermercados y autoservicios fue del 6,4%, en línea con la caída en las ventas que se produjo en el primer semestre. Y las cuáles tienden a elevarse, con la nueva tanda de aumentos del gobierno para el segundo semestre.
En línea con la caída registrada en las ventas durante el primer semestre, la baja del consumo promedio en supermercados y autoservicios fue del 6,4% durante el mes de junio.
La cifra alcanza una mayor dimensión si se tiene en cuenta un escenario con incremento de precios que se ubica en 32,6% interanual y un descenso en el volumen vendido durante el período enero- junio del 3,6%, según la medición de la consultora Scentia.
En junio, disminuyeron la cantidad de transacciones realizadas (3,1%), se desaceleró el gasto promedio por ticket (26,3%) y las unidades promedio por ticket (5,4%).
Los rubros que más sufrieron la contracción fueron los artículos de limpieza higiene, cosmética y tocador, alimentos perecederos, bebidas con alcohol, aguas y gaseosas.
Por su parte, la consultora Nielsen detectó también una baja del consumo masivo entre enero y mayo que promedió el 1,1% en todos los canales, con mayor acento en los supermercados (3,8%).
La desconfianza de la población con el actual plan económico, despertó el temor del Gobierno, es que entre julio y agosto se genere un incremento en los precios que sostenga el índice cerca del 3% de junio (fue de 3,1% final), lo que provocaría que en el acumulado se ubique en el 35% para agosto o 37% para septiembre; lo que arrojaría un inevitable piso de 40% para todo 2016. Incluso, si se diera el promedio de 1,5% para el último trimestre del año, el resultado final sería de un complicado 44% o 45% para todo el ejercicio. Mostrar un número de semejante nivel sería un verdadero problema político para el macrismo: superaría incluso el 40,9% de 2002, año de salida de la convertibilidad, durante el Gobierno de Eduardo Duhalde.
Este es el escenario, que según los principales economistas del Gobierno, debería comenzar a desmantelarse ya este mes; y que, dependería más de cuestiones psicológicas vinculadas a la confianza que de medidas concretas que tenga que tomar el Gobierno.
Lo que quiere evitar el Ejecutivo, es que se produzca en este tercer trimestre de 2016 un fenómeno similar al que se generó entre fines de 2015 y el primer bimestre del año, cuando luego de la salida del cepo cambiario, la economía privada asumió la devaluación en dólares como un impulso para reestructurar precios, provocando un alza de 3,6% en enero y 4,8% en febrero, tomando en cuenta los valores del Índice Congreso (en rigor más bajos que los oficiales del INDEC en mayo y junio) . La segunda oleada inflacionaria del año se dio luego de los primeros ajustes tarifarios, y generó un incremento de 6,7% en abril, el nivel más alto de todo 2016.
En el plano de las finanzas y negocios, tampoco se mueven las variables y para el preblanqueo el costo para ingresar dólares subió al doble. Incluso son escasos los giros al exterior y se registra menos excedente.
La comisión para entrar dólares al país a través del circuito informal pasó del 3,5% al 7% en menos de un mes, niveles que no se veían desde 2008. Otro frente que puede complicar al BCRA y su política de tasas.
Aunque el BCRA decidió mantener las tasas de las lebac en 30,25%, en la última licitación de ayer, hace ya un par de meses que los bancos comenzaron a retirarse de esta inversión.
Tasas bajas, inversores escapando hacia la dolarización, aumento del dólar, que implica suba de precios y números de paritarias que ya resultan irrisorias, es un combo para una segunda ola de inflación.
También trascendió que el BCRA no convalidaría, nuevos pagos del endeudamiento con recursos del tesoro. No es poco sumar a una recesión con inflación, una interna del equipo económico dónde nadie quiere asumir la derrota del equipo macrista. Todos observan de reojo a Prat Gay.
A su vez, el gobierno porteño avanza escoriando la nave del gobierno nacional y desde el próximo miércoles 27, viajar en subte costará $ 7,50. Hecho que ya publicó en el boletín Oficial.
A su vez, el Ministerio de Economía, saldrá a endeudar aún más al país: el Gobierno buscará $ 15.000 millones con un bono a 5 años atado a la inflación. Un negocio maravilloso para inversores especulativos.
Se trata del BONCER 2021, que será ajustado conforme al Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) a una tasa del 2,50% nominal anual.
Dicen que esta medida responde “a una estrategia financiera integral” del ministerio de Hacienda.
Movimiento de Periodistas Peronistas / Tambores en la Noche.
