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lunes , abril 29 2024
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De nada sirve, escaparse de uno mismo

 

Por GABRIEL FERNÁNDEZ *

 

Al instante de iniciarse la intervención de Vicentin, Clarín, Infobae y La Nación -lo cual implica gran parte de la trama gráfica, radial y audiovisual argentina- lanzaron distintos rayos y variadas centellas. Le añadieron, como condimento para indignados, el renacimiento del tema Nisman con un informe reservado sobre Cristina, el viaje secreto de dos fiscales españoles por la causa de las fotocopias llamadas cuadernos, y unas cuantas cosas más que resulta innecesario precisar.

Pensando en estas reacciones lanzamos por distintas vías la idea de acelerar el tranco para quebrar el liberalismo económico y promover un cambio de mentalidad profundo (El dinero que el Estado vuelca sobre la sociedad pertenece a la sociedad y es la garantía del crecimiento nacional). Una campaña en toda la línea desde los medios públicos hubiera entornado adecuadamente la acción oficial sobre Vicentin y todavía puede abrir compuertas aún más interesantes a futuro.

El eje de este breve, empero, es otro: recordar que el contraste entre la realidad y la información suministrada por los monopolios no es un simple equívoco de la línea editorial. Se trata de empresas que, insertas en grupos económicos que incluyen espacios financieros, acreedores del país y sobre todo agroexportadores, necesitan que a la Argentina le vaya mal para que a ellos les vaya bien. Están dispuestas a dar batalla por la primarización y la renta, contra el desarrollo industrial, porque en ello les va la subsistencia.

Esta situación explica varias cosas. En principio, porqué la política de acercamiento del presidente no da resultados y lo deja malparado. Todo semeja un diálogo de bar en el cual apenas el interlocutor se despide y sale del lugar, los comensales comienzan a hablar pestes a sus espaldas. Luego, que esa reacción trasciende la buena o mala relación que algunos directivos puedan tener con Alberto Fernández. Héctor Magnetto, como recuerda CFK en Sinceramente, almorzaba amable y relajadamente con ella y con su esposo. Horas después, editaba tapas destituyentes.

Estos dos puntos –la responsabilidad propia, el interés ajeno- para nada justifican a esas compañías que, con origen en este país, combaten a este país. Pero sirven para comprender que las pautas publicitarias sensacionales, los gestos hacia entrevistadores menores y malintencionados, la orden de neutralidad para los medios públicos y la desatención de los medios populares, no sirven absolutamente para nada pues chocan con naves empresariales de timón fijo. Su rumbo está ligado al declive nacional.

Para nuestra preocupación, una de las Fuentes consultadas habitualmente llegó a expresar, mientras observaba en pantalla la portada web de uno de los medios citados: “pero qué hijo de puta, si la semana pasada estuvo acá, charlando amigablemente y comprometiendo apoyo a la campaña de salud. ¡Hasta elogió al presidente, cara a cara!”. Preocupación por la ingenuidad que denota el comentario y porque su interior desliza que una gran parte de la administración supone que con unos buenos avisos y un trato campechano los difusores de la división y el rencor se comportarán como periodistas.

Están en otro juego. Los medios que llevan adelante no tienen la menor intención de transmitir al público lo que sucede. Son herramientas de presión para sostener y ampliar el poder de las firmas que los contienen. Aunque no logran cautivar a una mayoría social que respalda la acción gubernamental, brindan letra, incentivo y altavoz a segmentos bulliciosos de triste pensar y sucio sentir. Los movilizan. Incentivan sus odios pre existentes. No les importa si una movida callejera origina contagios, en tanto observan con interés esa curva que obliga a seguir la cuarentena y les facilita clamar por “la economía”.

Al referirnos a estos medios, poco tiempo atrás, recordamos que de nada sirve hacerles caras lindas. Bien, hoy podemos complementar la expresión con otra que puede aplicarse a la necesidad de potenciar una comunicación propia:

De nada sirve, escaparse de uno mismo.

 

  • Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica / Sindical Federal

 

Ilustración. Leonardo da Vinci La virgen de las rocas y cuadro oculto detrás de la imagen

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