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sábado , abril 27 2024
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POLÉMICA / Nisman: el fiscal, la presidenta y el espía

Por LA SEÑAL MEDIOS

 

A continuación, brindamos un panorama completo de las repercusiones de la serie Nisman: el fiscal, la presidenta y el espía presentada por Netflix. Y datos relevantes sobre el origen del tema: el atentado a la AMIA. En todas las posturas registradas pueden hallarse importantes coincidencias y sutiles diferencias. Vale la pena detectarlas porque en la combinación de las mismas se percibe una evaluación distinta de la obra. Aquí hay textos, videos y audios que contribuyen a articular un rompecabezas inducido sobre la sociedad argentina acerca de una muerte que, en realidad, debería dejar pocas dudas si la Justicia operara adecuadamente. Presentamos artículos deGabriel Fernández, Juan José Salinas, Juan Gabriel Labaké, Horacio Verbitsky. Hay entrevistas a Néstor Espósito, Pablo Duggan y Hugo Presman. Para zambullirse con tiempo, leer, ver y escuchar. Para pensar y entender.

 

 

CAMPANAS / Apuntes sobre una serie

Por GABRIEL FERNÁNDEZ *
Es sencillo aparentar neutralidad para oscurecer la verdad. El mecanismo periodístico es básico: se coloca en igualdad de condiciones un disparate y se lo coteja con una aproximación fundada. La mitología de “las dos campanas”, tan extendida en los medios y asumida entre los estudiantes de periodismo, pero también repetida por un público golpeado, es el gran engaño que suplanta la investigación a fondo con sus fuentes confiables, sus documentos genuinos, sus entrevistas directas.
La serie sobre Nisman presentada por Netflix sugiere equidistancia. Allí se puede escuchar la confusión inducida de Jaime Stiusso, las aseveraciones despojadas de sustento del propio Alberto Nisman, los dislates de abogados de AMIA y periodistas sin conocimiento a fondo de la causa, junto a las precisiones de la entonces fiscal Viviana Fein, un apenas de Raúl Kollman, datos técnicos ofrecidos por Criminalística y el planteo de Cristina Fernández de Kirchner. El resultado es el deseado: los televidentes tienen “todos los elementos” para preguntarse quién dice la verdad.
El problema es que la verdad ya fue abordada por investigadores no consultados en la obra, empezando por nuestros compañeros Juan Salinas y Juan Gabriel Labaké. Cotejar las palabras de Stiuso con las de Fein es como decir “vamos a debatir sobre la dictadura” y poner en el mismo plano los testimonios de Ramón Camps y Juan Carlos Dante Gullo. Esa falsa equidistancia, esa recurrencia a “las dos campanas” genera una distorsión de hecho al equiparar las informaciones genuinas de quienes investigaron hasta donde pudieron con las generadas artificialmente por aquellos que cobraron para ocultar el atentado a la AMIA y, como derivado, el suicido de Nisman.
En la serie no hay neutralidad alguna, aunque lo parezca debido a su cuidada elaboración. Por un lado debido a las ausencias mencionadas, por otro debido a la comparación en pie de igualdad; pero fundamentalmente por adoptar como verdades dos elementos centrales para el desarrollo de una causa intencionalmente equívoca: la existencia de un coche bomba y la participación de iraníes en el ataque. Al aceptar estas dos bases falsas la película, que pretende ser un documental de tono periodístico, ingresa en un recorrido donde todo gira sobre hechos fantasiosos, inducidos por los profesionales contratados por poderes externos a tal efecto.
El coche bomba, que es incluido con imágenes difusas de otro automotor, con un vehículo de juguete en la reconstrucción filmada y con motores desmembrados procedentes de otros autos, queda fijo en la mente del espectador no avisado, quien es orientado a interrogarse quién consiguió la combi blanca, quién la condujo, quién era el suicida. El problema es que los investigadores mencionados, asentados en los testimonios reales de los testigos directos de los sucesos, demostraron que no hubo tal camioneta y por lo tanto, no hubo chofer precavido o suicida.
Pero a partir de allí los servicios de inteligencia, entre los que se contaba Stiuso, salieron a buscar al conductor del vehículo. Necesitaban decir que era iraní. Encontraron alguien que jamás había estado en el lugar de los acontecimientos, y dijeron acá está el nexo con Irán. Para su satisfacción, como era un conductor suicida, no estaba. La tenue duda deslizada al respecto en pantalla no damnifica la operación. Toda la investigación del juez Galeano y el fiscal Nisman, basada en la información recogida por esos hombres de inteligencia, se desarrolló con la premisa de la existencia de un coche bomba y de un conductor suicida conectado con Irán. Esa es la versión que comanda el lineamiento de la serie; es a partir de allí que la obra finge ecuanimidad y se abre a distintas voces. Pero su pilar esencial es falso.
A continuación, nos parece valioso re difundir una de las ediciones especiales de La Hora de los Pueblos dedicada al tema. Se grabó en febrero de 2016 y es de las pocas que sobrevivieron a la censura en Youtube. Pues hubo otras antes, y después. La podemos mostrar completa, con el orgullo de no modificar una sóla línea por entonces planteada.
* Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica / Sindical Federal

La Hora de los Pueblos

La Hora de los Pueblos 1
En el primer bloque del nuevo programa de La Hora de los Pueblos, Gabriel Fernández junto al abogado Juan Gabriel Labaké y el psiquiatra Oscar Abudara Bini, ambos especialistas del caso AMIA, analizan los hechos ocurridos en el atentado a la institución judía en Argentina y la relación del fiscal del caso, Alberto Nisman, con los servicios del inteligencia.
Una coproducción de Annur Tv y La Señal Medios.
https://youtu.be/WoYyKD9FkcI

La Hora de los Pueblos 2

En el segundo bloque del nuevo programa de La Hora de los Pueblos, Gabriel Fernández junto al abogado Juan Gabriel Labaké y el psiquiatra Oscar Abudara Bini, ambos especialistas del caso AMIA, analizan los hechos ocurridos en el atentado a la institución judía en Argentina y el accionar para desviar las pistas del caso de quien fue el fiscal de la causa,Alberto Nisman.
Una coproducción de Annur Tv y La Señal Medios.

 La Hora de los Pueblos 3

En el tercer bloque del nuevo programa de La Hora de los Pueblos, Gabriel Fernández junto al abogado Juan Gabriel Labaké y el psiquiatra Oscar Abudara Bini, analizan los temas mas relevantes que rodean al ex fiscal del caso AMIA, Alberto Nisman, entre ellos, su relacion con los grandes grupos sionistas y las enormes sumas de dinero que gastaba en fiestas nocturnas.
Una coproducción de Annur Tv y La Señal Medios
https://youtu.be/5d_9c7j27PA

La Hora de los Pueblos 4
En el cuarto y último bloque del nuevo programa de La Hora de los Pueblos, Gabriel Fernández junto al abogado Juan Gabriel Labaké y el psiquiatra Oscar Abudara Bini, analizan las causas del atentado a la institución judía, AMIA y a la embajada de Israel en Argentina y las consecuencias que produjeron para este país.
Una coproducción de Annur Tv y La Señal Medios.

 

CASO NISMAN. La polémica que provocó el documental de Netflix pone en valor el atentado a la AMIA

Por JUAN SALINAS *

Acerca del documental sobre el Caso Nisman, “El fiscal, La presidenta y el espía”:

Quien quiere entender, entiende

 

 

La discusión sobre el Memorándum con Irán encubre la muerte del fiscal, y la discusión sobre la muerte del fiscal encubre la falta de investigación para establecer quiénes y por qué volaron la AMIA, concluyó el ex fiscal Luis Moreno Ocampo. El único secreto significativo que subsiste es por qué Stiuso no le avisó a Nisman que había denunciado como falsario al supuesto superagente Allan Bogado.

El estreno del documental sobre el fiscal Natalio Alberto Nisman y su controvertida muerte, hecho por la barcelonesa JW Producciones para Netflix, contiene impactantes hallazgos, como la aparición pública de Antonio Horacio “Jaime” Stiuso, quien había sido durante la última década y media anterior el más importante de los espías argentinos y también había sido el autor en las sombras del insustancial borrador que Nisman presentó a la justicia acusando a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK), a su canciller, Héctor Timerman (cuya participación, ya agonizante, es otro punto fuerte de la serie de seis capítulos) y a un grupo de militantes peronistas de “traición a la patria” por supuestamente encubrir a los (presuntos) instigadores del atentado a la AMIA-DAIA… al haber firmado un “Memorándum de Entendimiento” con Irán, ratificado por ambas cámaras del Congreso, a fin de que Nisman y el juez Rodolfo Canicoba Corral pudieran tomarles declaración indagatoria a los acusados viajando a Teherán.

Stiuso acudió a la cita con Justin Webster y Martín Rocca con talante sobrador y, como se verá, salió trasquilado.

Otro gran hallazgo fue el de Ramón Allan Bogado, un misionero, ex agente inorgánico de la SIDE, originalmente a las órdenes de Stiuso… aunque quepa la sospecha de que antes de la muerte de Nisman pudiera haber pasado a reportar a un rival de Stiuso dentro de la disuelta SIDE, ya reconvertida en Agencia Federal de Inteligencia, AFI. Lo que el propio Bogado definió como que “era otra inteligencia” al servicio de la Casa Rosada. De ser así, ello quizá pudiera explicar porque Stiuso lo había denunciado ante la justicia dos mes y días antes de la muerte de Nisman como un falsario que se había presentado ante autoridades de la Aduana como agente del organismo sin serlo, pero aun así no explicaría por qué Stiuso no puso al tanto de su denuncia a Nisman, cuya estruendosa acusación a CFK y Timerman se basó en que Bogado era un superagente de contacto personal con la Presidenta, dedicado a proporcionarles todo tipo de informaciones (incluso de él y de su familia) a los protervos ayatolás iraníes con el único objetivo de volver papel mojado las acusaciones que contra ellos había levantado, de modo de que se cayeran las alertas rojas que ordenaban la detención preventiva de los inculpados apenas abandonaran la República Islámica. Sin embargo no había evidencia alguna de que el misionero Bogado hubiera entrado alguna vez a la Casa Rosada ni salido del país (excepto al Paraguay) ni tenido contactos con algún verdadero iraní.

Bogado, que denunció al secretario general de la Presidencia de Macri de Fernando De Andreis de amenazarlo para que acusara a CFK de delinquir si no quería ir preso, ha dado en las últimas horas variadas explicaciones complementarias sin contradecirse. En el documental destaca que Stiuso no puede explicar por qué no le avisó a Nisman que lo había denunciado, “detalle” que –junto con la aparición en escena del ex jefe de Interpol Ronald Noble, tachándolo de “mentiroso” por haber afirmado que Timerman le había pedido la anulación de las alertas rojas– dejaron al fiscal “colgado del pincel” y sumido en la más negra desesperación (”estoy hecho mierda” le escribió a la madre de sus hijas, la jueza federal Sandra Arroyo Salgadol) ante la certeza de que no tenía posibilidades de salir bien parado en su anunciada presentación en la Cámara de Diputados sino que se hundiría en el ridículo, y de inmediato quedarían expuestos sus chanchullos y no sólo dejaría de ser fiscal, sino que probablemente acabaría en la cárcel, tal como expliqué en Caso Nisman, secretos inconfesables (Punto de Encuentro).

Un chasco que no esperaban   

El estreno del documental de Justin Webster provocó agudas controversias. La derecha neoliberal tributaria del eje EEUU-Israel lo esperaba convencida de que apuntalaría la temblorosa Historia Oficial y sufrió un enorme desengaño. Hecho con la evidente intención de no espantar a potenciales espectadores, pensaran como pensaran, para ellos fue una enorme desilusión, aunque, paradójicamente, también concitó las críticas de quienes esperaban que fuera más taxativo y ratificara lo que es vox populi desde la aparición del ¿Quien mató a Nisman? de Pablo Duggan, esto es que Nisman murió por un autodisparo y no hay la menor evidencia de que en ese baño hubiera otra persona. Sin embargo, los realizadores, que parecen haber sufrido presiones y dejaron de lado algunos de los aportes más tajantes en este sentido –como el de quien escribe, que colaboró en la producción– se las ingeniaron para eludir aquellas prsiones con una paleta de testimonios que permiten que el espectador atento forje sus propias conclusiones. En especial porque los testimonios más contundentes que se incluyeron provienen de agentes de la CIA y el FBI, ex funcionarios del gobierno de Mauricio Macri y otras figuras muy pero muy distantes del gobierno de CFK. 

El carozo del asunto

Ex fiscal en el juicio a las juntas militares de la dictadura y luego fiscal general de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno Ocampo, metió el dedo en la llaga: «Me gustaría que se volviera al eje: investigar el atentado a la AMIA. Con investigar a Nisman me parece que no hacemos nada. Los crímenes serios no se investigan. Investigamos cosas que no son el foco y nos perdemos el foco».

Mario Cimadevilla, un ex senador radical por Chubut que el presidente Macri puso al frente de la Unidad AMIA del Poder Ejecutivo (y que relevó cuando no se prestó a seguir sosteniendo la Historia Oficial) concluyó que «la teoría de un coche-bomba con un piloto suicida es una teoría instalada por servicios de inteligencia», agregando que «A lo mejor a alguno le convenía que esto quede impune y queden como sospechosos determinados países».

No Trafic

Exhibición de lo que dicen quedó de la supuesta Trafic-bomba, un 13%.

Una digresión imprescindible: No hay prueba alguna de que haya intervenido en la voladura de la AMIA (dos explosiones) ningún vehículo-bomba. Como en el caso de la Embajada de Israel, NADIE vio ninguna camioneta-bomba y por cierto los vehículos que sirven como vectores de explosivos no se evaporan en el aire y SIEMPRE, por retorcidos y quemados que queden pueden ser reconocidos a simple vista. En el caso de la AMIA y a instancias de la esposa de un comisario de Bomberos (cuyo Departamento de Explosivos estaba más sucio que una papa) se presentó a declarar una enfermera, María Nicolasa Romero, que dijo haber visto una Trafic beige (los restos de chapa que aparecieron eran blancos) que venía por la calle Tucumán y que al doblar hacia Pasteur le pasó muy cerca… como si estuviéramos en Londres y los autos tuvieran el volante a la derecha. Aquella mañana, María Nicolasa estaba acompañado por una hermana que dijo no haber visto nada. Una de las perlas del documental es que muestra por primera vez a la enfermera (que nunca había querido aparecer en público) declarando en el juicio y en el momento en que le presentan un identikit supuestamente hecho a partir de sus indicaciones, identikit que ella no reconoce en absoluto.

No sólo hubo una sino al menos dos Trafics que intervinieron en los prolegómenos de atentado, pero lo hicieron como señuelos, a fin de desviar las investigaciones. La supuesta Trafic-bomba es la piedra basal del encubrimiento… a la que los dirigentes de la DAIA extorsionados, el gobierno de Israel y sus acólitos nativos se apresuraron a convalidar porque no quieren por nada del mundo que se sepa quienes, cómo y por qué detonaron las bombas.

No Irán

Ross Newland

Respecto a la supuesta responsabilidad de Irán en el atentado, el agente especial del FBI James Bernazzina, quién vino a Buenos Aires a comienzos de 1997 a supervisar la investigación (si, la Argentina habia vuelto a tener un status semicolonial, luego renovado y reforzado por el gobierno saliente) reconoció que «no encontramos ninguna información (válida) acerca de la (supuesta) complicidad del gobierno iraní en el atentado”.

Y Ross Newland, ex jefe de la estación de la CIA en Buenos Aires coincidió: «Nunca tuvimos ninguna información que indicara que irán lo hizo. (Que lo haya hecho) porque frenaron el desarrollo de su tecnología nuclear es (apenas una) especulación.»

Es bueno recordar que durante años y antes de venderse a la prensa hegemónicar, Jorge Lanata y Gabriel Levinas habían impugnado la existencia de vehículos-bomba en ambos atentados y proclamado que no había pruebas contra Irán. Lanata enmudeció respecto a este tema, pero Levinas en sus trece de que no hay ninguna prueba de que Irán haya participado del ataque, y conste que lo dice luego de haber revisado en 1997 la causa por encargo de Rubén Beraja en nombre de la DAIA. Como puede apreciarse, todos los citados hasta aqui son testimonios de personas con las que ni quien escribe ni CFK ni los ex funcionarios de su gobierno tienen la menor afinidad, todo lo contrario.

Otra digresión: La mayor acusación –si es que puede llamarse así– verificable que se encuentra en el expediente judicial contra Irán es que el entonces agregado cultural de su embajada, el clérigo Moshen Rabbani hizo el viernes 15 de julio de 1994 una llamada telefónica desde su movistar tipo “ladrillo” a su mezquita desde algún lugar más o menos cercano (en aquellas épocas, cuando la telefonía celular estaba en pañales, las celdas abarcaban mucha superficie) al estacionamiento en el cual ese día unos muchachos de San Telmo (uno de los cuales era policía federal) estacionaron en medio de gran alharaca una camioneta Trafic que la Historia Oficial afirma fue utilizada tres días más tarde como vehículo-bomba. ¿Qué tiene de raro que un párroco llame a su parroquia?

El estreno del documental de Justin Webster hizo que Gustavo Sylvestre recabara la opinión de Rabbani, quien reside en su país desde que una vez se fue de vacaciones y el canciller argentino en persona, Guido Di Tella, le pidió al gobierno de Irán que no regresara, cumpliendo con lo que el o el presidente Bill Clinton le había pedido al gobierno argentino, luego de que la CIA fracasara en ese cometido (ver Operación Cacerola).

Ni Estados Unidos ni Israel ni casi nadie (en el atentado habían intervenido traficantes de armas y de drogas a alguno de los cuales el presidente Menem le había concedido graciosamente la nacionalidad argentina, allegados a Menem, policías federales, agentes de la SIDE y hasta agentes de inteligencia israelíes opuestos al primer ministro Isaac Rabin) querían que la verdad resplandeciera. Para mantener el embuste en pie y seguir culpando a Irán era necesario seguir presentado a Rabbani como un torvo asesino, y para esto era imprescindible que jamás declarara, pues de hacerlo quedaría en evidencia su total ajenidad a los hechos y su manifiesta incapacidad de haberlos organizado (luego de publicar La infAMIA visité por primera vez la Embajada de Irán y en esa ocasión, dos altos funcionarios me dijeron sucesivamente y por separado la misma frase respecto a las supuestas habilidades de Rabbani en materia de inteligencia: «No sabe sacar un limón de un limonero»).

Rabbani le dijo hace unas pocas horas a Gustavo Sylvestre que considera posible que a Nisman lo hubieran asesinado o inducido a suicidarse para evitar que quedara en evidencia que no tenía respuestas para las preguntas precisas que los diputados le iban a formular. El clérigo enfatizó que “no había pasado un minuto (desde la voladura de la mutual judía) cuando ya Estados Unidos decía que había sido Irán. ¿Cómo sabía?”. Es una pregunta que sigue sin respuesta.

Un Rasputín alineado

A causa de la absoluta falta de pruebas de la intervención de algún persa en el atentado, mucho antes de que Nisman se suicidara, quien escribe le decía a quienes querían escucharlo que, antes de ir a Teherán a interrogar a los altos funcionarios iraníes (incluido un ex presidente, Akbar Rafsanjani) a los que a acusaba, Nisman se iba suicidar. Decía que se «iba a incinerar a lo bonzo»: me equivoqué en el método escogido.

Frente a las preguntas de Justin Webster, el station chief Newland reconoció que Nisman estaba «alineado» con las posiciones e intereses de la CIA, y que ésta operaba en a través de Stiuso, a quien comparó con el monje Rasputín. «Financiábamos diferentes operaciones de fijación de objetivos. Queríamos que hicieran ciertas cosas para resaltar ciertos objetivos», dijo Newland. Y agregó, sonriente: «No quiero pensar en teorías conspirativas pero no podrían haber arruinado mejor esta investigación (lo) que me hace pensar que a nadie le interesaba resolver este caso…».

Tras subrayar «la influencia muy negativa de la CIA y el Mossad» en la SIDE, hoy AFI, Moreno Ocampo puntualizó que la CIA no tenía entre sus objetivos “afectar al sistema judicial argentino», pero que eso fue un «daño colateral» del encubrimiento a quienes volaron la AMIA, y concluyó: «La discusión sobre el Memorando (de Entendimiento) con Irán encubre la discusión sobre la muerte de Nisman, que (a su vez) encubre el atentado a la AMIA dónde murieron 85 personas».

Antes, Moreno Ocampo había destacado que Stiuso había puesto al frente de la investigación al capitán del Ejército retirado Héctor Pedro Vergéz, un torturador y asesino serial, preboste del centro clandestino de exterminio conocido como “La Perla”, condenado a prisión perpetua. En verdad, Stiuso y Vergéz operaron en complicidad con la fallecida camarista María Luisa “Piru” Riva Aramayo, quien actuaba bajo la dirección de Carlos Corach, entonces jefe de Gabinete del presidente Menem. El objetivo era convencer a Carlos Telleldín de desviar la investigación, culpando a unos jóvenes paraguayos de ascendencia libanesa o a otros inocentes (que al final fueron el comisario Juan José Ribelli y sus hombres, que, aunque delincuentes, eran completamente ajenos a los bombazos). «Fue una investigación hecha para ocultar todo, para que no sepamos nada», concluyó, preciso, quien fuera fiscal en el juicio a las juntas militares de la dictadura.

El blooper del suicidio asistido

El resultado de la «pericia» gendarmeril habría sido un pago por el respaldo de la ministra a la fuerza ante la desaparición y muerte de Santiago Maldonado.

Uno de los grandes aciertos del documental es haber entrevistado a cuatro oficiales de la Gendarmería que intervinieron en una pericia remota (para la que se construyó una réplica del baño de Nisman afuera de la entrada del Edificio Centinela, sede la fuerza) ordenada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. (Im)pericia cuyo resultado (que habría sido un asesinato) fue dado a conocer por Clarín antes de que se iniciara. Se trata del recientemente relevado jefe de la fuerza, el comandante Gerardo Otero, de Orlando Caballero, Carlos Barrionuevo y Juan Leguiza, todos los cuales corren riesgo cierto de ir presos si, tal como anunció la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, dicha “pericia”, todo un mamarracho, se somete a revisión. El anuncio de la ministra enfureció a los editorialistas de La Nación y Clarín que saben que ese es el talón de Aquiles de un supuesto asesinato por el que solo está procesado quien le prestó a Nisman una vieja pistola que tenía registrada a su nombre, Diego Lagomarsino. No recuerdo si fue Caballero o Barrionuevo quien se despachó con una frase de antología: “Este hombre necesitó la participación de terceros para quitarse la vida”.

Una pregunta sin respuesta

Además de coincidir con Cimadevilla en que “el interés del ministro (de Justicia, Germán Garavano) no era precisamente investigar y saber la verdad”, Allan Bogado señaló que el divorcio entre Nisman y Stiuso databa de antes de que Stiuso lo denunciara a él en noviembre de 2014 como falso agente de la CIA (una perogrullada ya que Bogado jamás estuvo en la nómina o plantilla de la SIDE, nunca fue un agente orgánico,  siempre fue un “libero”, un inorgánico) y no le avisara de ello a Nisman. En fin, que Bogado dijo ante las cámaras que Stiuso engañó a Nisman. “Eso se llama hacer una cama, y Stiuso se la hizo a Nisman”, subrayó. Y ya en tren de hacer conjeturas –bien que con asidero– dijo suponer que uno de los motivos de las llamadas que Nisman le hizo a Stiuso el sábado 17 y que Stiuso no respondió tenía como motivo averiguar para quien trabajaba él. “Quería certificar quien era yo”, resumió Bogado. “¿Cómo Stiuso no le avisó?” que lo había denunciado, enfatizó el que parece ser el mayor misterio subsistente de un caso, el de la muerte de Nisman, que ya no tiene muchos otros. Por cierto, cuando Justin Webster se lo preguntó a Stiuso, éste hizo agua y no supo qué responder. Game over.

Si el resentimiento de Stiuso hacia Nisman anterior a la resonante denuncia contra CFK y Cía. todavía carece de explicación (es posible que se hubiera ofendido porque a partir de su eyección de la SIDE por orden de CFK, Nisman se arrogó el derecho a mantener relaciones directas con los principales “servicios colaterales” –esto es, la CIA y el Mossad–prescindiendo de él) el posterior es fácil de entender: Stiuso y Nisman preparaban esa denuncia para influir en la campaña electoral, esto es para presentarla antes de las elecciones de octubre. Y en aquel mes de enero Stiuso se encontraba negociando con el nuevo secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli, su jubilación y la de su gente de confianza, presevando una red de topos dentro de la nueva AFI. La intempestiva presentación del borrador (todo indica que bajo la influencia de agentes israelíes que lo convencieron de que era la única manera de abortar un inminente despido por la procuradora Alejandra Gils Carbó) hizo que CFK creyera que se trataba de una maniobra dirigida por Stiuso y le ordenara a Parrilli que dejara de negociar y, hablando mal y pronto, les pegara de una buena vez una patada en el culo a “Jaime” y sus cómplices. Eso es, palabra más, palabra menos, lo que Pablo Duggan dice que le dijo a Nisman el lugarteniente de Stiuso, Alberto Massino. Y que “Jaime” estaba furioso y por eso no le atendía el teléfono.

Nisman había dicho frente a los familiares de las víctimas de la AMIA que la SIDE tenía una escucha de una conversación entre el ex agregado cultural de la Embajada de Irán Moshen Rabbani y Carlos Telleldín. Parece evidente que repetía lo que le había dicho «Jaime». Quien es muy posible también que se hubiera jactado ante Nisman de tener acceso a las escuchas practicadas por la National Security Agency (NSA) a las conversaciones telefónicas de la presidenta, según denunció Edward Snowden (quien le habría confirmado el dato a la Presidenta al encontrarse ambos, por intermediación de Putin, cuando CFK visitó Moscú). Todo indica que la primera conversación jamás existió y que Stiuso no tuvo acceso a las grabaciones de la NSA o bien que las conversaciones grabadas de CFK por la NSA eran irrelevantes, lo cierto es que Nisman se encontró mas solo que Adán el Día de la Madre y si ningún elemento que le permitiera aspirar a salir indemne o al menos con heridas leves de su presentación en el Congreso.

Críticas

El documental de Webster hubiera estado cerca de la perfección si hubiera contado, por ejemplo, con el testimonio de Ronald Noble, el ex miembro del Secret Service de los Estados Unidos y ex jefe de Interpol que calificó a Nisman de «mentiroso» tras certificar que el fallecido canciller Héctor Timerman (que se despide en el documental ratificando su amor a la Argentina) no sólo no había pedido que se levantaran las alertas rojas sobre los altos funcionarios iraníes a los que Nisman acusaba de haber ordenado la voladura de la AMIA sino que, por el contrario, se había comunicado con él para asegurarse de que no se levantaran. También falta el testimonio de algún representante del gobierno iraní. En ambos casos la producción del documental intentó con ahínco contar con estos testimonios sin conseguirlos. Ignoro porque Noble no quiso aparecer, pero en el caso de los iraníes su posición invariable antes y después de la firma del controvertido memorándum fue que no tienen nada que decir porque se han cerciorado de que ningún ciudadano iraní tuvo que ver con los bombazos, por lo que las acusaciones pergeñadas primero por el convicto Juan José Galeano y más tarde magnificadas por Nisman carecen del menor fundamento.

Jefe de Interpol Ronald Noble: Querelló aClarín y al juez Claudio Bonadío por difamarlo. Insólitamemnte, nunca lo llamaron a declarar. Moreno Ocampo dice que si lo hicieran se caería la causa contra CFK & Cía.

Otras críticas que a mi juicio se le pueden hacer al documental es que no aprovechó el testimonio de Sergio Burstein, acaso el familiar de las víctimas que más contacto tuvo con Nisman, y que se lo hizo en beneficio de otro familiar, Luis Czyzewski, cuyos dichos fueron previsibles por ser un empleado de la AMIA que jamás se aparta del guión establecido por la DAIA y la Embajada de Israel (lo único imprevisible fue una boutade: que se encontraron escombros del edificio «a diez cuadras de distancia»). Del mismo modo, no aparece en el documental Laura Alche, viuda de Guinsberg, la familiar que ha buscado la verdad con más ahínco durante todo un cuarto de siglo, y en cambio sí lo ha hace otra viuda, Diana Malamud que hace mucho hace la plancha y practica una suerte de nihilismo (aparece diciendo que «desde un principio tuve la sensación de que el atentado no se iba a esclarecer» y opina luego que «no hay nada (sic) en esa causa», en referencia al paquidérmico expediente de la voladura de la AMIA. Por lo que no se entiende por qué no renunció a encabezar Memoria Activa… ¿no será que a este agrupamiento tampoco le interese llegar a la verdad?

Del mismo modo, se desaprovecharon mis proféticos dichos acerca de que el fiscal no estaba en condiciones de ir a Teherán a interrogar a sus acusados y que antes de verse obligado a hacerlo «se suicidaría a lo bonzo».

Jose Manuel Ubeira. Fuera de contexto.

Por último, es desdichada la primera aparición del abogado José Manuel Ubeira, quien participó tanto del juicio principal como el que se hizo contra parte de los encubridores. Ubeira aparece diciendo que en la primera parte del juicio original Nisman le demostró al tribunal la existencia de una Trafic-bomba, siendo como fue que en su magnífico alegato Ubeira puso en tela de juicio tal existencia. En contacto con él, este cronista pudo corroborar que Ubeira sigue en sus trece y solo quiso expresar que Nisman había sido eficiente a la hora de convencer a los jueces de una existencia que en absoluto está probada.

Embates del sionismo

Todo esto, más la insólita inclusión de Toby Dershowitz (foto), de la Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD), rama del poderoso lobby sionista en Washington (AIPAC) dedicada específicamente a atacar a Irán a través de periodistas influenciables de los principales medios, permite presumir que Justin Webster debe haber recibido fuertes presiones (posiblemente de Netflix, vehículo habitual de las posiciones sionistas) para incluir a algunas personas y excluir a otras.

La FDD cuenta entre sus principales financistas a Paul Singer, titular del principal fondo buitre acreedor de la Argentina y de Sheldon Adelson, magnate del juego en Las Vegas, dueño de Israel Hayom, el diario de mayor circulación en Israel y sponsor de las candidaturas de Donald Trump y Benjamin Netanyahu. Nisman se jactaba de tener relación con Singer y recibió 282 mil dólares de Israel Hayom, a lo largo de cuatro años, a un promedio de más 6 mil dólares mensuales (la mitad, 141 mil dólares, en un solo año, 2011). Todo a cambio de supuestas conferencias de las que no se tiene constancia. Es obvio que Adelson canalizó fondos de los servicios de inteligencia israelíes hacia el fiscal corrupto a cambio de previsibles favores.

Adelson y Netanyahu

A pesar de que Toby Dershowitz se presenta en la página web de la FDD como una especialista en «rastrear la red global de amenazas de Irán e identificar puntos de influencia para contrarrestar sus actividades malignas» que «ha escrito extensamente sobre el papel de Irán en el bombardeo (sic) de 1994 del centro de la comunidad judía AMIA en Buenos Aires», llegado el momento de la verdad y ante las cámaras no aportó nada, siendo la suya una participación insustancial e irrelevante para ninguna otra cosa que para seguir acusando a Irán… que es, también, para lo que la intempestiva denuncia de Nisman sirvió: para que al disertar en el Senado de los Estados Unidos para impedir la firma del acuerdo con Irán en materia nuclar, Netanyahu pudiera acusar a Irán de terrorista. Sin la denuncia de Nisman no hubiera podido mencionar a los atentados de Buenos Aires y no tenía ningún otro para citar.

Prudencias

Coincidentemente, en casi todo el documental (excepto en el caso de Mario Cimadevilla) no se objeta la Historia Oficial, es decir, que habría habido una Trafic-bomba y que las más altas autoridades de la República Islámica de Irán habrían sido las instigadoras de la matanza. Sin embargo, justo es reconocer que, a pesar de estas limitaciones (los realizadores argumentan que internarse en el tema AMIA los hubiera obligado a un despliegue mucho mayor a los seis capítulos que tiene este documental) Justin Webster y su segundo, el argentino Martín Rocca se las han ingeniado para que el espectador atento y de buena fue escuche testimonios tan contundentes como los incluidos al comienzo de esta nota, de modo que cualquiera que no quiera hacerse el distraído pueda extraer sus propias conclusiones.

Estas tensiones han quedado reflejadas en el hecho insólito de que Infobae, que suele reflejar en estos temas al milímetro las posiciones del gobierno de Israel haya anunciado con bombos y platillos el estreno del documental, y en que, en contraposición, a partir de entonces los voceros del sionismo se quejen plañideros de que tendría «un sesgo tendencioso».


Algunos aspectos (no tan) secundarios

* Todos los dichos de la fiscal Viviana Fein son creíbles. Trasunta buena fe y sinceridad, más allá de algún pequeño error que la prensa hegemónica se empeña en magnificar (como un leve desplazamiento en uno de los resaltadores amarillos que Nisman estaba utilizando en su desesperado intento de encontrar respuestas a las preguntas que sabía que los diputados le harían). El ensañamiento se produce sobre quien, ante los que sostienen la hipótesis del homicidio, los desafía a presentar alguna prueba. La fiscal dejó planteadas preguntas que Nisman debería afrontar de haber acudido al Congreso el lunes 19 de enero. Por ejemplo: “¿Cómo explica la nota que leyó (el canciller Héctor) Timerman, enviada por el ex secretario general de interpol Ronald Noble? (que afirmó que Timerman no sólo no le había pedido que bajara las alertas rojas contra los acusados iraníes sino que, por el contrario, le había pedido que las mantuviese contra viento y marea). “Si las notificaciones rojas siguen vigentes y no hubo intercambio de petróleo (iraní) por granos (argentinos) ¿Cómo afirma que el encubrimiento se consumó?”.

Fein recordó que al inspeccionar el departamento de Nisman junto a su madre, se encontró con una nota manuscrita de Nisman que decía “Las cajas que tienen un (círculo negro) son tuyas. (En) las otras está lo mío”; que Sara Garfunkel dijo no saber a qué se refería, pero que al salir de allí vació tres cajas de seguridad (previamente lo había hecho con la caja fuerte del departamento) en sendas entidades financieras. Nunca sabremos qué contenían, posiblemente dólares más negros que verdes.

* Stiuso miente sin necesidad, por mera costumbre, cuando dice que conoció a Nisman porque se lo presentó Néstor Kirchner, quien los instó a trabajar juntos. El documental muestra que al presentarse ante las cámaras de TN luego de presentar su denuncia contra CFK y demás, Nisman reconoció que conocía a Stiuso desde antes de aquello, según mis fuentes, de cuando trabajaba en el Juzgado Federal de Morón (Stiuso es de San Justo), como puntualicé en Caso Nisman: Secretos inconfesables.

* En esas mismas circunstancias, y como clara muestra de la intriga que comenzaba a carcomerlo, Nisman aceptó tener dudas sobre para quien, realmente, trabajaba Bogado. Dice que el grupo que integraba estaba constituido por “personal de la SIDE que estaba de antes” pero vaciló, dejando en evidencia sus tribulaciones… “Puede ser que fueran amigos de Stiuso”, reconoció como a la pasada. Y respecto al escrito que había presentado a la justicia, admitió que “Hace mucho que no hablo con Stiuso, y si hubiera hablado, me hubiera dicho que no lo presentara”.

* El documental pasa como por sobre ascuas por el deleznable comportamiento de Nisman cuando le tocó investigar las únicas desapariciones que fueron profusamente fotografiadas y filmadas al fracasar el intento de copamiento del regimiento de La Tablada, así como por sobre el soez acoso telefónico a que sometió a una joven mujer a lo largo de años. Tiene su lógica: extenderse en estas cuestiones haría que quienes por el motivo que sea conservan un buen concepto del malogrado fiscal, se abstuvieran de verlo hasta el final, como es aconsejable.

* No se le conocen amigos a Nisman. Quienes dicen serlo, el ex agente de inteligencia Moro Rodríguez (que aparece en el documental) y el doctor en Filosofía Gustavo Perednik viven en el extranjero: Moro en España Moro y Perednik en Israel. Por cierto, éste más que amigo parece ser quien lo reclutó en nombre de los servicios de inteligencia israelíes.

* El periodista Raúl Kollmann reconoce que no hay pruebas de que haya existido un chofer suicida pero se obceca en sostener la hipótesis del coche-bomba, él sabrá por qué. A su favor es imposible no consignar que todo indica que fue  lectura de su nota en Página/12 de ese domingo (que desmontaba el embeleco montado por La Nación y Clarín) la última gota que lo decidió –luego de ver fotos de una hermosa mujer con la que había tenido tratos en una piscina con festejantes; la crónica de quien decía haber vuelto de la muerte, y averiguar el significado de la palabra “psicodelia”, presente en ese artículo– a poner fin a su existencia.

* Stiuso se obceca en que hay un “inmolado” y que es un tal Ibrahim Hussein Berro pero cuando se le preguntó cual es su fuente, se limitó a decir que sería “una fuente de Hezbolá”. En realidad se trata de una carpeta azul que los israelíes le pasaron a los agentes de la disuelta “Sala Patria” de la SIDE, rivales de Stiuso, y que éste encontró en la vieja sede de aquellos luego de que cayeran en desgracia por haber vehiculizado el pago de los 400 mil pesos/dólares proveniente de los fondos reservados de la SIDE a Ana Boragni, compañera de Carlos Telleldín.

*Antes, en el juicio realizado a comienzos de este siglo, Stiuso aparece sanateando sobre la supuesta Trafic-bomba mientras escribe en un pizarrón el nombre del aún más fantasmal conductor-suicida al que identifica como Jihad Bru (sic) y relaciona con un tal Saad. Cuando le preguntan, dice misteriosamente que la información proviene de “fuentes del Líbano” y farfulla que trata de una pista que “no es fácil de seguir”. Y más tarde, en relación al supuesto “inmolado”, sostiene que «Bru, Borro, Bivio, es todo lo mismo». Lo hace sin atinarle al Berro, nombre que acabaría imponiéndose.

* Para la inefable ex titular de la Oficina Anticorrupción Laura Alonso (foto), la firma del memorándum con Irán fue “una entrega de la soberanía”. Amiga acosadora de Nisman dijo que le extrañó que éste presentara su denuncia a CFK “en pleno enero, cuando no hay nadie en la Argentina” (sic). Y añadió que cuando el miércoles 14 de enero el fiscal le dijo que “detrás de todo” estaba la Presidenta, tenía “los ojos vidriosos… Es el único momento de humanidad que le vi”.

* El documental recuerda los viajes de Stiuso y Nisman a Detroit, donde se entrevistaron con hermanos del supuesto suicida, y como a su regreso con toda caradurez Nisman llamó a una conferencia de prensa (en la que no admitió preguntas) en la que aseguró que el misterio de cómo había sido volada la AMIA estaba resuelto, pues se había confirmado que el suicida había sido Ibrahim Hussein Berro. Lamentablemente no incluye el audio de la entrevista radiofónica que al día siguiente le hizo Rolando Hanglin a uno de sus hermanos, que desmintió todo y aclaró que lo que le habían dicho a Nisman era que su infortunado hermano Ibrahim, contrahecho por un bombardeo israelí (razón por la cual no había sido aceptado como inmigrante por la “Migra” estadounidense) había muerto en un nuevo bombardeo israelí a la aldea en la que vivía, en el sur del Líbano, y que ello había ocurrido después del atentado a la AMIA.

* Aparece Hernán Capiello, quien como periodista de La Nación fue (y sigue siendo) un encubridor de la primera hora, y el que echó las campanas al vuelo para proclamar que Bogado era miembro de la Cámpora, allegado a Cristina y negociaba personalmente con el iraní (sic) Alejandro «Yussuf» Khalil, un comerciante de Floresta, hijo de libaneses, que integraba la comisión directiva de All Boys, tenía un hermano del PRO y vínculos con la embajadas. Ante las cámaras hace un puchero y se le nublan los ojos, quizá porque enviudó doblemente: del convicto ex juez Juan José Galeano (que no murió más que civilmente) y de Nisman. En la misma frecuencia aparece otra viuda, el todavía fiscal Carlos Stornelli, que se lanza a la tarea ímproba de despegar a “Jaime” de cualquier irregularidad. También aparecen otras “viudas” de Stiuso como los fiscales Gerardo Pollicita (quien resucitó la denuncia de Nisman contra CFK, Timerman, Luis D’Elía y Fernando Esteche, etc., que el juez Daniel Rafecas había desechado por no encontrar en ella delito alguno) y Ricardo Saénz. En fin: los sostenedores de la patraña de que Nisman fue asesinado por un comando venezolano-iraní entrenado en Cuba (como dijeron en su momento el editorialista de Clarín Eduardo Van der Kooy y aumentó Elisa Carrió al denunciar a iranís que habrían comandado la ejecución desde un ferry de Buquebus priveniente de Uruguay), están sobrerrepresentados y carecen de derecho al pataleo.

Capiello joven y sin barba.

* El todavía procesado Diego Lagomarsino ratificó que en sus últimas horas Nisman estaba preso de un ataque de pánico: le dijo que «tenía miedo de salir» del departamento (mantenía las persianas bajas, quizá por fotofobia) y también que “ya no confío en mi custodia”.

* El ex agente del FBI Bernazzina dijo haberse sorprendido de que los pocos restos de la supuesta Trafic-bomba que le mostraron no se hubieran «descomprimido», es decir, abierto en búsqueda de cualquier cosa que pudiera haber estado adentro o quedado atrapada, y que al hacerlo encontraron restos de carne humana que fueron enviados a los EEUU en procura de identificar su ADN. Agregó que tenía entendido (porque así se lo habían dicho) que esos restos fueron identificados como los de un militante del Hezbolá libanés. En ese momento, Justin Webster le hizo notar que nada de eso figura en el expediente judicial, y el ex agente del DFBI comentó que «nadie puede determinar de qué prueba de ADN hablan», pues habría varias… Por cierto tanto esa pericia como la hecha sobre el ADN de uno de los hermanos de Ibrahim Berro dieron negativas.

* En el documental se habla de una supuesta amenaza que habría recibido Nisman… en 2012. La cámara muestra un mensaje que no está firmado por ningún extremista islámico sino por un ex espía de Ejército, la SIDE y la Policía de Seguridad Aeronaútica (PSA), Iván Velázquez. Y no aclara que, sea la firma apócrifa o verdadera, Velázquez no tenía nada que ver con el Gobierno de CFK, al punto de que estaba requerido por la justicia y exiliado en Montevideo. Él y otros espías –y algún periodista famoso– se habían enfrentado a la SIDE de Stiuso, que defendía su virtiual monopolio de las escuchas telefónicas, tanto legales como ilegales.

En fin: si no han visto El fiscal, La presidenta y el espía, vean sus seis capítulos (lo mejor está hacia el final). Y si ya lo han visto, vuélvanlo a ver, de modo que puedan coincidir o discrepar con lo que aquí se expresa. Y, si son ustedes parte del nucleo irreductible que no descansarán hasta saber quienes, por qué y cómo demolieron la AMIA, no dejen de leer La infAMIA:

  • http://pajarorojo.com.ar/

 

Para Duggan, el documental de Nisman ayuda a cualquiera se dé “cuenta que se trató de un suicidio”

Netflix estrenó “Nisman: El fiscal, la presidenta y el espía” y comenzaron a aparecer opiniones encontradas de distintos sectores. El periodista y abogado, Pablo Duggan, dialogó con RADIO REALPOLITIK FM (www.realpolitik.fm) y dio su visión sobre el documental que trata la muerte del letrado.

por  LUCAS ALVAREZ ACEBAL *

“Es un buen laburo, obligatorio para los periodistas y todos aquellos a los que les interese el tema”, aseguró. El autor del libro “¿Quién mató a Nisman?”, aseveró que “cuando te sentás a verlo (al documental), creo que cualquier persona, que no sea un fanático macrista, dispuesto a creerse cualquier cosa, se va a dar cuenta que se trató de un suicidio».

Duggan asegura que no se trató de un asesinato sino de una muerte autoinfligida y que “no es ni misteriosa ni complicada para analizar. Acá el que no sabe es porque no quiere saber». A su vez, denunció que hay gente que “quiere seguir lucrando con la mentira del asesinato para perjudicar a Cristina Kirchner«.  “El documental tiene muy mala aceptación en Clarín, La Nación, Majul o personajes que tienen tomada una posición que no van a cambiar nunca en su vida”, aseguró.

Lo cierto es que el lanzamiento de la plataforma de streaming generó polémica y volvieron a aparecer los cuestionamientos en torno al fallecimiento de Alberto Nisman. En este sentido, el periodista cuestionó: “¿Qué sentido tenía mandarlo a matar cuando ya había hecho la denuncia? Ellos dicen que fue un asesinato muy sofisticado porque no hay huellas, ¿en cuánto tiempo lo armaron? ¿En cuatro días? Desde que él presenta la denuncia hasta que muere pasaron cuatro días”.

La instigación al suicidio es otra de las opciones que se mueven en la opinión pública. “No hay ninguna prueba en el expediente”, aseveró. “No creo que se haya suicidado por otros motivos que los propios, era un tipo muy egoísta, narcisista”. Según el periodista, el fiscal “era una persona capaz de mentirle en la cara a las víctimas del atentado a la AMIA, mucha preocupación por el otro no tenía”.

Sobre el documental, que Pablo Duggan caracterizó como “un muy buen laburo”, añadió que se pueden ver “las caras de la gente de gendarmería, la precariedad de estos personajes, la chantada”.

«El reportaje a Stiuso es muy bueno, se ve su mentira, la chantada, la falta de respuestas, los agujeros negros en su participación en todo esto”, agregó.

  • www.REALPOLITIK.com.ar

 

NISMAN Y LOS BUITRES

Por HORACIO VERBITSKY *

El estreno en Netflix de la serie El fiscal, la Presidenta y el espía sirvió para dirigir también contra Alberto Fernández los ataques que, desde la firma del memorando de entendimiento con Irán, en 2013, apuntaron a la entonces Presidente Cristina Fernández de Kirchner. La serie está muy bien hecha, no aporta elementos que fueran desconocidos, se grabó hace tres años y su estreno en el primer mes del nuevo gobierno constituye una nueva vuelta de tuerca para arrinconar al peronismo, luego de cuatro años de gobierno neoliberal, cuando se avecina un punto crucial en la negociación de la deuda externa y recrudece el conflicto entre Estados Unidos e Israel con Irán. La de Natalio Alberto Nisman ha sido la muerte más útil de la política argentina y cinco años después sigue pagando dividendos.

 

No hay contradicción

En uno de los capítulos de la serie, el actual Presidente dice que no está convencido de que el 18 de enero de 2015 el fiscal se hubiera suicidado. Luego del estreno declaró que no había pruebas de que su muerte se haya debido a un asesinato. Estas afirmaciones no son excluyentes pero sirvieron para que medios comerciales e ideologizados, como Clarín, La Nación e Infobae, señalaran una contradicción y asociaran al Presidente con el episodio, ocurrido siete años después de su renuncia a la jefatura de gabinete. En el tramo más preciso de su respuesta, Alberto Fernández dijo que, haya sido suicidio o asesinato, le gustaría conocer la causa y que, en la segunda hipótesis, la principal perjudicada fue justamente la actual Vice, por lo cual hay que descartar su responsabilidad. La propia Cristina dijo al día siguiente del hallazgo del cadáver que Nisman se había suicidado y, tres días después, que lo mataron. Esto parece antes fruto del desconcierto que de una estrategia.

Ni ella ni el Presidente tienen otra cosa para ofrecer que hipótesis y conjeturas. Sólo un peritaje de la Gendarmería sostuvo que a Nisman lo mataron, pero fue realizado mucho después del hecho, por personal sin experiencia en la materia. Y sus conclusiones fueron publicadas por Clarín y La Nación, ¡tres meses antes de que se realizara! La ministra de seguridad, Sabina Frederic, fue instruida por el Presidente Fernández para realizar una investigación administrativa sobre los protocolos técnicos empleados para llevar a cabo ese anómalo peritaje, cuyo resultado contradijo los estudios del cuerpo médico forense, que realiza miles de trabajos similares por año, cosa para la que la Gendarmería no ha sido preparada, porque no forma parte de sus funciones.

 

Cola de paja

Al mismo tiempo, la DAIA acusó de antisemita al diputado nacional Leopoldo Moreau por haber calificado “el asesinato de Nisman” como “una de las operaciones de marketing mejor concebida a nivel global” y por señalar como responsable al “Estado de Israel, la derecha norteamericana, los fondos buitre y los socios locales de ese club”. La DAIA le respondió que “no hay mayor muestra de antisemitismo que relacionar a los fondos buitre con Israel y la DAIA”. Lo más llamativo es que Moreau sólo mencionó a “los socios locales”, ni siquiera dijo que fueran judíos y en ningún momento nombró a esa asociación civil, cuya representación del judaísmo argentino fue cuestionada por el gran rabino sefardí Isaac Saca. La DAIA se colocó así el sayo de socia local del club formado por Israel, la derecha estadounidense y los fondos buitre, lo cual es un acto de sinceridad y explica su indignación contra el único dirigente político que fue estrecho colaborador de los ex Presidentes Raúl Alfonsín y CFK, y que puso en evidencia la jugada.

No puede sorprender que la DAIA asuma un cargo que Moreau no le hizo; que las conclusiones del peritaje de la Gendarmería se difundieran tres meses antes de que se realizara y que la ex titular de la oficina de encubrimiento de la corrupción, Laura Alonso, reconozca en el documental que dijo que le habían tirado el cadáver al gobierno de su amado Presidente Macrì en cuanto se enteró de la aparición del cuerpo. A pocas horas del atentado y mucho antes de que hubiera comenzado la investigación, los gobiernos de Itzhak Rabin en Israel, Carlos Menem en la Argentina y Bill Clinton en Estados Unidos, acordaron acusar a Irán, tal como lo demuestran los documentos que publiqué hace 16 años. Cada gobernante tenía sus razones propias, pero los tres coincidían en excluir a Siria de cualquier sospecha y apuntar sólo a Irán.

Lo mismo dice en el documental el experto del FBI enviado por Clinton para revisar la investigación: tenían una versión previa a la que había que acomodar las cosas.

Esta polémica entre la DAIA y Moreau pone de relieve la vinculación entre la muerte de Nisman y la deuda externa que Macrì contrajo y defaulteó y que Fernández está tratando de negociar con el FMI y los acreedores privados. Los buitres están esperando que se abra esa ronda para repetir la jugada anterior, comprar por monedas títulos que habiliten un nuevo litigio para cobrarlos a su valor nominal, con ganancias astronómicas, si bien las condiciones para una quiebra soberana han cambiado. Detrás de esta jugada está el sector de las finanzas internacionales que lideró el proceso político y económico entre 2015 y 2019 y que no se resigna al cambio de hegemonía entre fracciones del capital que expresa el nuevo gobierno, en alianza con sectores populares.

Esto, a su vez, es clave para la política económica que debe lidiar con la peor situación imaginable: simultánea caída del producto interno bruto durante tres de los cuatro últimos años e hiperinflación, según las definiciones internacionales.

 

Los duros hechos

Más allá de los chisporroteos verbales y de lo que se piense de las afirmaciones de Moreau, importa determinar si tienen asidero en hechos comprobables o no.

Sobre la subordinación de la DAIA y la AMIA a las decisiones del gobierno de Israel no hay dudas:

En enero de 2013, cuando el ex canciller Héctor Timerman les comunicó la firma del memorando de entendimiento con Irán, ambas entidades expresaron su apoyo a esa decisión en una conferencia de prensa.

El presidente de la DAIA, Julio Schlosser afirmó en la señal de cable del Grupo Clarín, para defender el memorando, que no serviría de nada negociar con Suecia.

Y el de la AMIA, Guillermo Borger, explicó que “el Gobierno se está proponiendo con toda voluntad destrabar esta complicada causa”.

Pero días después, sin explicar las razones del cambio, ambas entidades pidieron al Congreso que no lo ratificara, reclamaron su inconstitucionalidad a la Justicia, a través de la única asociación de familiares del atentado que les responde llegaron a denunciar a Timerman y a Cristina por traición a la patria, pidieron la reapertura de la causa por la denuncia de Nisman contra Cristina y solicitaron ser tenidas por querellantes.

El juez Daniel Rafecas rechazó la reapertura, por lo cual lo colocaron en su nómina de aversiones e impulsaron una solicitada feroz en su contra. Pero un grupo más representativo y diverso de la sociedad argentina lo respaldó, y ahora que el gobierno lo propuso como Procurador General de la Nación, la DAIA decidió no impugnarlo, inquieta por la toma de posición de varios rabinos muy prestigiosos que cuestionan las posiciones políticas de esa asociación y ponen en duda su representatividad. Pero no hay que esforzarse para anticipar que desde los medios previsibles se asociará su nombre con lo que llaman impunidad para Cristina, a quien no se le ha probado ningún delito.

Respecto de la relación de Israel, Estados Unidos, Nisman y los fondos buitre, sobran los elementos:

Considerado entre los diez hombres más ricos del mundo, Sheldon Adelson patrocinó la Task Force Argentina. Este fue un instrumento de presión para conseguir el pago. Se especializó en la presentación de denuncias contra el anterior gobierno argentino, al que asoció con el eje del mal formado por Irán y Venezuela. En una de sus réplicas a la DAIA, Moreau reprodujo uno de los avisos pagados por esa Fuerza de Tareas (¡qué nombre eligieron!) el 29 de enero de 2013, que presenta a Cristina como aliada del entonces Presidente iraní Mamud Ahmadinejad .

 

Sheldon Adelson con Bibi Netanyahu

Adelson también es socio del fondo Elliot, de Paul Singer, que había rehusado ingresar en los dos canjes de deuda que arreglaron las cuentas con el 93% de los acreedores, porque prefirió litigar contra la Argentina y consiguió un fallo favorable del juez de Wall Street, Tom Griesa.

En junio de 2014 Macrì viajó a Israel, donde se reunió con el primer ministro Benjamín Netanyahu. El propio aspirante a la presidencia argentina reveló que habían hablado del fallo de Griesa a favor de los fondos buitre. “Habrá que pagar al contado”, opinó Macrì entonces, quien dijo que Netanyahu estaba de acuerdo. También coincidieron en el rechazo al Memorando de Entendimiento con Irán. ¿Qué tenía que ver Netahyahu con el litigio de los fondos buitre contra la Argentina y por qué Macrì puso ese tema en la agenda? También en este caso, el involucramiento de Israel fue confesado en forma espontánea por sus protagonistas.

 

Netanyahu con el entonces alcalde porteño.

 

El cocodrilo

El 26 de agosto de 2014, el diario sensacionalista The New York Post informó que Paul Singer había contratado para apoyarlo en la lucha contra el gobierno argentino a la consultora Albright Stonebridge Group. Agregó que el socio de la ex secretaria de Estado demócrata Madeleine Albright, el ex secretario de Comercio del republicano George W. Bush, Carlos Gutiérrez, nacido en La Habana, había estado en la Argentina “tratando de movilizar la oposición al gobierno”. Gutiérrez llegó al jefe de Gabinete Jorge Milton Capitanich con el argumento de acercar posiciones. Axel y Cristina revelaron que en ese encuentro, Gutiérrez amenazó con el plan alternativo que aplicarían de no lograrlo: un ataque especulativo contra el peso hasta forzar una nueva devaluación; ataques y denuncias mediáticos internacionales para desgastar a Cristina; impedir el pago local de los próximos vencimientos de la deuda reestructurada y el acceso del sector público y de las empresas argentinas a cualquier financiamiento internacional. Esto ayudaría a instalar el año próximo un gobierno favorable a un acuerdo con los fondos buitre, que se firmaría en 2016. Gutiérrez también mencionó la contratación de periodistas y dirigentes sindicales para que contribuyeran a esa estrategia, que se cumplió paso a paso.

Carlos Gutierrez, el cubano enviado por los buitres para apretas a CFK

 

En febrero de 2015, durante una audiencia del subcomité del Hemisferio Occidental del Capitolio, la “testigo invitada” Bonnie Glick, del Meridian International Center, dijo que “el liderazgo de Cristina Kirchner es tan corrupto que ahora parece que, en complicidad con Irán, Kirchner puede estar detrás del asesinato del fiscal Alberto Nisman”. Clarín comentó que esta vez los fondos buitre “han permanecido en silencio. Creen que no es adecuado explotar algo tan terrible como lo es la muerte de Nisman”. No es así: el presidente de Meridian era el propio Carlos Gutiérrez, contratado por los buitres para esmerilar a Cristina. Meridian es una organización de enlace entre el Departamento de Estado y las mayores corporaciones “para responder a los desafíos globales”. Sus sponsors son Chevron, Coca Cola, Goldman Sachs y VISA. Otro de sus directivos es el abogado de Nueva York Charles H. Camp, cuya especialidad es descubrir y recuperar fondos ocultos para que sus clientes cobren deudas impagas de deudores deshonestos. Para ello cuenta con “una red de ex agentes de Inteligencia” que investigan cuentas bancarias, intereses comerciales de personas y países. “Una vez localizados, los activos pueden ser congelados y recuperados mediante órdenes judiciales.” Como Albright y Gutiérrez, Bonnie Glick traspasó varias veces la puerta giratoria entre el Estado y las mayores corporaciones. Si Gutiérrez fue presidente de la alimentaria Kellogg’s y vicepresidente del banco Citi, Bonnie Glick se encargó de las relaciones de IBM con sus clientes latinoamericanos. En el Departamento de Estado tuvo destinos llamativos, en el equipo que defendió en las Naciones Unidas la Operación Tormenta en el Desierto y en las embajadas en Etiopía al finalizar el gobierno comunista, y Nicaragua, luego de caída del sandinismo. Es decir, es una experta en la delicada especialidad del cambio de régimen. El episodio recuerda el cuento del médico cuyo paciente sueña que un cocodrilo lo acecha debajo de su cama. Cuando falta a una consulta, el médico se comunica con la familia. “Se lo comió un cocodrilo”, informa la madre.

 

Israel fue uno de los siete países que en la ONU votaron contra las regulaciones para la reestructuración de deuda soberana propuestas por la Argentina.

Al contado

En enero de 2016, ya como Presidente, Macrì volvió a encontrarse con Netanyahu en el foro patronal de Davos, donde acordaron la cooperación israelí en tecnología de inteligencia y seguridad. Modi Ephraim, subdirector del Departamento de América Latina y el Caribe de Israel, le dijo a la Agencia Judía de Noticias (AJN) que la cita con Macrì era la más importante para Netanhayu en Davos. También encomió a Nisman, expresó que Macrì sería el mejor aliado del gobierno de Netanyahu en América y anunció una ola de inversiones de empresas israelíes. Como se sabe, Macrì pagó al contado todo lo que reclamaban los fondos buitre, hasta la cuenta de sus abogados que litigaron contra la Argentina, e inició de ese modo el tercer ciclo de endeudamiento argentino que culminó en una catástrofe. La declaración de emergencia en seguridad permitió comprar los juguetes israelíes sin licitación.

El 24 de enero de 2015 publiqué en el diario Página/12, una planilla con los pagos en dólares que Nisman recibió del diario Israel Hayon, propiedad de Sheldon Adelson, quien explota casinos en Las Vegas y en enclaves coloniales de Asia. Las transferencias de Israel Hayom a Nisman se realizaron entre 2010 y 2014, a una cuenta del Bank Hapoalim de la ciudad de Colonia, de la República Oriental del Uruguay. El fiscal nunca declaró esos fondos, que los ejecutivos del grupo periodístico justificaron como honorarios por conferencias de las que no hay constancias. La planilla, que tuve a la vista para anotar los datos, pero no se me permitió fotocopiar, lleva el membrete de la sucursal en la ciudad uruguaya de Colonia del BHI (Bank Hapoalim). La cuenta bancaria internacional de referencia se identifica como 9700-7548-MAJ-6325-AC874 y como titular de pago (Holder paid) figura Nisman, Natalio. La primera transferencia se acreditó el 26 de octubre de 2010, un mes después de un seminario sobre la penetración de Irán en América Latina, co-organizado por la DAIA, el Congreso Judío Latinoamericano y la fundación Israel Allies Caucus, financiadas por Adelson, durante el cual Nisman se reunió con Roger Noriega, cuyo American Enterprise Institute también es sostenido por el Rey del Juego. Transferencias similares, siempre por 23.500 dólares cada una, se realizaron otras once veces en los años siguientes, hasta totalizar 282.000 dólares. Al mes siguiente de la muerte de Nisman, el Hapoalim decidió el cierre de su sucursal Colonia, que era la puerta de salida para la fuga de capitales desde la Argentina hacia Israel.

 

 

Los pagos de Adelson a Nisman

 

A partir de un informe de quinientas páginas presentado a mediados de 2013, poco después de la firma del Memorando argentino-iraní, Nisman fue una pieza central del esquema de hostigamiento tanto al gobierno argentino de CFK como al estadounidense de Barack Obama. No logró impedir la concreción del acuerdo nuclear con Irán pero contribuyó al cambio político en la Argentina. Su mamotreto sobre la penetración del gobierno teocrático de Irán en América Latina, que no tenía relación alguna con la causa DAIA-AMIA y cuya información provenía de servicios internacionales de Inteligencia que abastecían al capo spione Horacio Antonio Stiuso, fue citado en audiencias de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso estadounidense, en julio de 2013 y en marzo de 2015. Nisman describe una red de inteligencia encubierta que Irán habría desarrollado en América Latina con estaciones clandestinas en Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Guyana, Paraguay y Perú. Nada dice sobre las playas de Cancún, que son la única zona de la región que conocía de primera mano. Tampoco menciona las Chacras de Manantiales, en Punta del Este, donde compró tres terrenos, tampoco declarados.

El financista

A través de empresas, Adelson fue uno de los mayores aportantes al Partido Republicano de Estados Unidos y al Likud de Israel, es decir a las candidaturas de Donald Trump y Benjamin Netanhayu, los principales opositores al acuerdo nuclear con Irán que el Presidente Barack Obama logró perfeccionar en 2016 y que Trump desconoció luego.

En febrero de 2015, el líder republicano de la Cámara de Diputados, John Boehner, invitó a Netanyhahu a pronunciar un discurso en el Capitolio, que el premier israelí dedicó a denostar en forma virulenta al Presidente Obama, un hecho sin precedentes en el mundo. Si así trataban al Presidente de la primera potencia del mundo por negociar con Irán un tratado razonable, ¿qué podía esperar Cristina entonces  y ahora Alberto?

El gestor de la relación de Macrì con Netanhayu fue Claudio Avruj, socio del compañero sentimental de Patricia Bullrich, Guillermo Yanco. Juntos administran la agencia de noticias Vis-A-Vis, financiada hasta el mes pasado con publicidad oficial argentina y cuya principal fuente informativa internacional es el diario Israel Hayom, propiedad de Adelson, desde el que se giraron las subsistencias a Nisman. ¿Me acusará la DAIA de antisemita por revelar estos pormenores?

Entre el 29 de marzo de 2015 y las elecciones primarias del 9 de agosto, el operador judicial del Grupo Clarín, Daniel Pedro Santoro, publicó una serie de notas, que luego replicó en televisión, aduciendo que el hijo presidencial, Máximo Kirchner, y la ex ministra de Defensa y de Seguridad, Nilda Garré, compartían diversas cuentas bancarias secretas, en Irán, Estados Unidos y las islas Caimán, en las que habrían manejado depósitos por más de 109 millones de dólares. Con la misma táctica vil que se utilizó contra Florencia Kirchner, en este caso la falsificación incluyó a la hija de Garré, Paula Abal Medina. Casi cuatro años después, el 21 de noviembre de 2018, el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi sobreseyó a Máximo, Nilda y su hija, ya que hasta el gobierno de los Estados Unidos informó que todos los datos publicados eran falsos. Daniel Pedro Santoro nunca reveló cuáles fueron sus fuentes, amparándose en un secreto que no es obligatorio sino voluntario, y que fue concebido para proteger a funcionarios que revelan delitos cometidos desde el Estado, pero no a quienes inventan historias malintencionadas.

 

Marcelo Sebastián D’Alessio (izquierda) y Daniel Pedro Santoro (derecha)

En una columna publicada el 1° de enero de 2016 en el diario The New York Times, Paul Krugman narró que en sus casinos de Macao, Adelson tuvo “vínculos con el crimen organizado y la prostitución”. En una investigación en Nevada, discutió con la jueza Elizabeth Gonzalez. “Luego Adelson compró el mayor diario de Nevada”, Las Vegas Review Journal, por el que pagó la irresistible suma de 140 millones de dólares. Sus redactores recibieron la directiva de “concentrarse en la investigación sobre la jueza Gonzalez y sus dos colegas del tribunal. El diario nunca publicó los resultados de esa investigación, pero en un pequeño diario de Connecticut, que pertenece a uno de los socios de Adelson, apareció un ataque a la jueza Gonzalez, con una firma que parece ficticia. El gasto político de Adelson lo ha convertido en un gran jugador de la política Republicana, al punto que los periodistas suelen hablar de la primaria de Adelson, en la cual los candidatos peregrinan a Las Vegas para prometer obediencia”, agrega Krugman. Antes de comprar el diario, Adelson recusó a Gonzalez pero la Suprema Corte de Nevada la confirmó. El diario neoyorquino también describe los métodos políticos de Adelson: sus aportes en las campañas electorales fueron para derrotar a candidatos demócratas que lo molestaban. En 2012, según un colaborador de la jueza Gonzalez, dos personas le dijeron que allegados a Adelson las tentaron para que se presentaran de modo de impedir que ella fuera reelecta.

¿Te recuerda algo?

  • https://www.elcohetealaluna.com/

 

NÉSTOR ESPÓSITO / El documental de Nisman tiene omisiones imperdonables

Néstor Espósito, periodista especializado en cuestiones jurídicas, dialogó con Radio Gráfica sobre su visión del documental “Nisman. El fiscal, la presidenta y el espía”. Sostuvo que la serie lanzada por Netflix “no profundiza” y se refirió a que la causa “está  empantanada en un estudio muy complejo” que “tiene que ver con el entrecruzamiento de las comunicaciones de todos los teléfonos que estuvieron en los alrededores de Le Parc en los días previos a la muerte de Nisman”.

El especialista Espósito analizó que la causa Nisman “está empantanada en un estudio muy complejo que pidó el fiscal Eduardo Taiano y consintió el juez Julián Ercolini”. Hay un “entrecruzamiento de todas las comunicaciones de todos los teléfonos que estuvieron en los alrededores de Le Parc en los días previos a la muerte de Nisman, incluyendo el mismo día de la muerte. Son como 45 mil llamados telefónicos, están buscando identificar todos los teléfonos celulares y de línea que se comunicaron“.

Sobre la misma línea, añadió: “La resolución de Ercolini es muy clara cuando dice que lo mataron. Pero es oscura porque no dice cómo, quién, cuándo, dónde. Todo lo demás ni siquiera adhiere a la versión del homicidio que le propone el peritaje de Gendarmería. Que por cierto, deja de lado los puntos más importantes, ¿cuánta gente lo mató?, ¿1 o 2 personas?- y simplemente no se mete en eso, que parece ser lo más importante en esta historia”.

“La resolución de Ercolini es muy clara cuando dice que lo mataron. Pero es oscura porque no dice cómo, quién, cuándo, dónde”

Me resulta raro, no en el caso de Bonadío que es casi una caricaturización de esa característica, cómo los jueces eligen las causas que quieren trabajar y las que no. Eligen a que causa le imprimen velocidad y a las que duermen durante años”, resaltó en la entrevista realizada por Leonardo Cofre y Julia Resnik.

Respecto a la renuncia de la jueza Sandra Arroyo Salgado, ex esposa de Alberto Nisman, a la querella en la causa por la muerte del ex fiscal, manifestó que “ella dice que cuando determinan que a Nisman lo mataron, ya no era necesario seguir adelante con las búsqueda, porque implica un trabajo que tenían que hacer otros jueces y que ella quería dedicar ese tiempo a su familia y a sus hijas”.

En relación al documental estrenado por la plataforma de Netflix, el periodista sostuvo: No me gustó, es superficial y sesgado“. Y sumó que “tiene una cantidad imperdonable de omisiones y dejó pasar una oportunidad de aproximarse no a la verdad, sino a la causa judicial. A mí, conociendo la causa, no me aportó nada. Y lo otro importante es que no profundiza en ninguno de los hallazgos. Habla un tipo de la CIA, un tipo del FBI y Jaime Stiuso. Son testimonios importantes y pasa de largo todo. Antonio “Jaime” Stiuso (ex agente de inteligencia) dijo, no sólo en la causa judicial sino en el documental, que no le contestó el celular a Nisman porque lo tenía en vibrador. Nos toma a todos por estúpidos, él puede mentirte en la cara. Lo que es insólito es que nadie le haya repreguntado“.

“El documental tiene una cantidad imperdonable de omisiones y dejó pasar una oportunidad de aproximarse no a la verdad, sino a la causa judicial”

“Nisman: el fiscal, la presidenta y el espía” se estrenó el 1° de enero de este año y está dirigido por el británico Justin Webster. El tema central gira alrededor de la muerte del ex fiscal Alberto Nisman. El periodista sostiene que Nisman nunca se iba a presentar en el Congreso” y que “murió sin saberlo”, pero el domingo a la tarde, cuando Nisman ya estaba muerto,  hubo una reunión entre Laura Alonso, Patricia Bullrich, Cornelia Schmidt Liermann y Federico Pinedo, y Mario Negri al teléfono.  Allí resolvieron que no estaban dadas las condiciones para que Nisman fuera al día siguiente al Congreso y eso figura en el expediente“. El lunes era el día de presentación en el Congreso sobre la denuncia contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros funcionarios y dirigentes.

También indica que el documental omite nombres y episodios que marcaron la causa, como cuando “Palmaghini tuvo la causa durante mas de 2 años y luego pasó al fiscal Eduardo Taiano y a un juez llamado Julián Ercolini. En el medio intervinieron 3 jueces de la Cámara de Crimen, 3 jueces de la Cámara de Casación porteña y 5 jueces de la Corte Suprema. Además, hubo fiscales que intervinieron. Antes que la denuncia original de Nisman fuera desestimada por el juez Daniel Rafecas, la causa había pasado por María Servini, por Ariel Lijo y por Rodolfo Canicoba Corral“.

LI/UA/GF/RG

 

ESPECIALES

por RADIO GRÁFICA

 

Juan Gabriel Labaké a La Señal Medios: “Nisman ya sabía demasiado”

Juan Gabriel Labaké, Abogado y defensor de Kanoore Edul y autor del libro; “AMIA, Embajada ¿Verdad o fraude?”, habló en La Señal, por Radio Grafica FM 89.3 acerca del informe secreto de la CIA, la relación con el Fiscal Nisman, los intentos desestabilizadores e hizo un repaso por los puntos más importantes de la causa AMIA.

¿Por qué muere Nisman?

Los supuestos, que instalados por quienes encubren a los verdaderos autores de este entramado político, y que difunden por los grandes medios de comunicación, se transformaron en los últimos días, en meras especulaciones.

En la mesa conducida por Gabriel Fernández con la participación de Oscar Abudara Bini, se llevaron los temas a fondo de la mano del principal investigador de la causa AMIA.

¿Por qué se acelera la muerte de Nisman?

“Mi impresión es que desde que la separación de Stiusso de la SIDE, quien maneja estos hilos, ha decidido acelerar el trámite. La causa AMIA iba a llegar a un punto en que iba a explotar todo necesariamente. Hicieron apresurar la denuncia, porque Nisman ya sabía demasiado y no les servía” aclaró Labaké.

“Quieren desestabilizarnos, para que nuestra Patagonia sea más vulnerable”

“El atentado a la AMIA, tenemos que entender que no es un atentado cualquiera, porque se hizo en nuestro país con motivos especiales, que compromete nuestro futuro y que nos deja inmersos en el más grave conflicto bélico del planeta que es la lucha por Medio Oriente. Entre nosotros, puede tener una importancia eventual para desestabilizarnos para que nuestra Patagonia sea más vulnerable” expresó el abogado.

El escritor que ha profundizado sobre el caso AMIA, explicó “Hay una fuerza de dominación mundial, que está en manos de dos grandes familias financieras que manejan el 62% de las acciones de la reserva federal, una de ellas es judía sionista. Este poder financiero que trata de crear el famoso “Mundo Uno”, con centros de poder financieros, se ha asentado políticamente y territorialmente en EE.UU y en sus satélites; Europa y Japón, con su socio menor Israel”.

“El encubridor tiene que echarle la culpa al otro, busca a alguien a quién acusar, un autor irreal del hecho, para esconder al verdadero responsable”.

Después de un intenso debate, Labaké concluyó “Se tiene que investigar, lo que hay que investigar. La clave es poner un fiscal en reemplazo de Nisman, para que investigue a fondo. No hay nadie privilegiado ni con coronita para no ser investigado. El caso lo van a mantener abierto, porque les sirve para desestabilizarnos a nosotros y para sus fines en Medio Oriente. Ruego a Dios que la Presidenta pueda, y no digo quiera porque creo que quiere, llevar esta investigación a fondo”.

 
Para escuchar la entrevista completa, hacer click en el siguiente enlace:
 

A dos años de la muerte del fiscal Nisman

UNA VERGONZOSA UTILIZACIÓN POLÍTICA DE UNA MUERTE TRÁGICA

Por JUAN GABRIEL LABAKÉ *

Al cumplirse dos años de la muerte del Dr. Nisman, llama la atención el desesperado intento del lobby anglosajón-israelí por tergiversar los hechos que rodearon el trágico fin de un fiscal que llevó una doble y turbia vida durante al menos 10 años.

En ese dilatado lapso, el Dr. Nisman estuvo permanentemente al servicio de los dos más tenebrosos y anti-argentinos servicios de inteligencia del mundo: la CIA y el Mossad. Y desapareció en forma tan cruel debido, justamente, a esa dependencia bochornosa e inconfesable.

27 días antes de su muerte (el 22-12-2014) denuncié ante su superior inmediato, la Dra. Gils Carbó, la total dependencia que había aceptado Nisman respecto de la CIA y el Mossad. Demostré, en aquel extenso escrito, que el ex fiscal llevó la investigación del caso AMIA exclusivamente por los carriles que le indicaron esos dos servicios extranjeros en el tramposo y falso “Informe Internacional”, redactado por el entonces jefe de la CIA George Tenet, con la confesada colaboración del Mossad.

Dije también que ese Informe fue entregado por Tenet a Miguel Ángel Toma –jefe de la SIDE- para que lo usara exclusivamente el Ing. Antonio Stiusso, su jefe de Operaciones, en su relación con Nisman. El ex fiscal aceptó ese trato espurio, y así se inventaron las falsas acusaciones de Nisman.

Es evidente que el ex fiscal, acorralado en su propia trampa por la expulsión de Stiusso de la SIDE, debió obedecer en todo a sus “controladores” de la CIA y el Mossad y presentar la conocida denuncia contra la ex presidente y su canciller, el 14 de enero de 2015. Tan disparatada era esa denuncia que, tres días después, el propio diario LA NACIÓN debió reconocer que ella no tenía ningún asidero ni base jurídica.

También es evidente que Stiusso (es decir, la CIA y el Mossad) empujó a Nisman a cometer ese desatino, para luego no atenderle las numerosas y seguramente angustiosas llamadas telefónicos que el ex fiscal le hizo en su desesperación por saber si había alguna prueba sobre su irresponsable denuncia. No la había, y Stiusso no le atendió el teléfono durante los dos últimos días de su vida.

Ese fue el momento en que aparecieron en escena las entonces diputadas Patricia Bullrich (familiarmente atada a Israel) y Laura Alonso (políticamente dependiente de Hillary Clinton), quienes virtualmente le exigieron a Nisman presentarse ante el Congreso, decisión que para el ex fiscal significaba la muerte civil, pues quedaría al desnudo su falta de responsabilidad por la ausencia total de pruebas.

El resultado de la presión de las ex diputadas, sumada a la “desaparición” de Stussio llevaron al fiscal a su trágica decisión. A un hombre, cargado de vergonzantes e inconfesables secretos de su propia vida, sus “amigos” lo habían dejado solo frente al precipicio.

Nisman pagó muy caro el pacto del Dr. Fausto que había firmado con la CIA y el Mossad a través de Stiusso.

Esa versión mía de los hechos no ha podido ser refutada por nadie hasta hoy en uno solo de sus puntos.

A pesar de ello, los mismos tenebrosos poderes que controlaron en vida a Nisman, y lo llevaron a la muerte, son los que ahora tratan de usarlo una vez más. En una campaña inescrupulosa, que repugna a las conciencias limpias, la constelación de fuerzas que responden al lobby anglosajón-israelí intentan hoy transformar a Nisman en un héroe inmaculado, y colocarse ellos en el papel de defensores de una causa noble, siendo que la verdad comprobada es la que relato más arriba.

Quizás la Dra. Viviana Fein, y la propia madre, Sra. Garfunkel, decidan algún día contar al mundo todo lo que encontraron en el departamento de Nisman cuando entraron a él luego de su horrible muerte.

Buenos Aires, 18 de enero de 2017.

* Abogado / Autor del libro Amia – Embajada ¿Verdad o fraude?

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