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lunes , abril 29 2024
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NOBLEZA OBLIGA / Apuntes sobre el Encuentro de Mujeres en La Plata

Por GABRIEL FERNÁNDEZ *

 

A Lidia

 

Si bien la canción Todo Cambia ha quedado identificada con mediocres que se consideran con mérito para vivir mejor que el resto sin haber creado algo de valor y con la campaña macrista, la obra del chileno Julio Numhauser Navarro que hizo popular Mercedes Sosa posee unos cuantos aciertos. Además de su belleza natural, contiene una visión que encarna aspectos de la vida. Está en sintonía, hilvano, con aquél Manual de la militancia política de Eduardo Astesano, donde se instruía al activo para entender y modificar el andar sin perder los grandes objetivos.

Aunque somos defensores de internet y la comunicación interactiva plasmada en las redes, tenemos que indicar rasgos bien propios del ser humano que allí se evidencian: para tener gran número de seguidores y montones de me gusta, es preciso fijar la idea, cristalizarla y sostenerla aunque la realidad la objete y la modele. Enormes regiones del público sólo desean que se ratifique lo que piensan, en vez de pensar. Pero este parlamento mundial, igual vale la pena. Como dijimos en referencia a Diego Armando Maradona: quién sabe porqué las hojas que conduce el viento arriban a determinado lugar.

En este caso, sin embargo, vamos a relativizar el quién sabe porqué. Con el mate cerca de la pantalla narro lo que averigüé acerca del reciente Encuentro de Mujeres realizado en La Plata. Básicamente, ante las complejas experiencias anteriores y la cercanía de las elecciones, las compañeras agrupadas en el movimiento nacional y popular, cada vez más numerosas y asentadas en una fuerte presencia sindical, metieron mano en los recorridos y los debates al punto de aislar el grupo reducidísimo y visible de las señoras que ya tenían previsto atacar la Catedral y el busto de Evita.

Ese núcleo, al cual evalúan lumpen y provocador -en consonancia con los grupos de varones que en un estadio generan violencia cuando la gente está mirando el partido o aquél centenar de mercenarios que se situó en las cercanías del escenario durante el recital del Indio en Olavarría-, quedó fuera de las marchas multitudinarias y de las polémicas en los talleres. En las ciudades más reducidas, durante las reuniones anteriores, la cercanía física logró efectos dramáticos porque gestó corridas y agresiones sobre actos que contenían más de cien mil personas. La experiencia les permitió analizar el tema, aislarlas y seguir adelante con las jornadas.

Lo que es más. Si uno en vez de contar con timón fijo se preocupa por analizar los debates y las conclusiones, encontrará que la historia del movimiento obrero organizado y su derivación post 90, las organizaciones sociales, se hizo presente al punto de comandar una porción apreciable del Encuentro. Lo digo para mis adentros: tonto, está sucediendo lo que tenía que suceder, con esta trayectoria a cuestas. Las miles de compañeras de los sindicatos, con práctica social diaria y concreta, no se iban a dejar llevar de las narices por un grupo de personas que lanza ladridos a la luna ni por corrientes que en sus propios espacios son minoritarios y antiperonistas.

En La Plata se acercaron miles de mujeres de los barrios populares. Se sintieron convocadas. Escucharon y formularon ideas que dinamizan en vez de exposiciones universitarias sectarias. No volvieron a sus casas a pelear con los compañeros, aunque algún caso habrá como es razonable, sino a potenciar la lucha por derechos particulares y generales. Configuran un elemento más para el fortalecimiento de la trama social que puede expulsar al liberalismo del gobierno y a las injusticias de distinto rango en la sociedad.

Mi prevención anterior a la campaña ONG y liberal para que las mujeres vuelvan a encerrarse y discutir “cosas de mujeres”, con el expreso objetivo de sacarlas del vibrante juego de la política nacional, se está derrumbando. Nobleza obliga, debo indicarlo con información como la vertida, en la mano. Vale señalar, en ese sentido, que en muchos espacios quedó abierto el debate sobre el lenguaje inclusivo (algo que irá decantando hacia la realidad) y el aborto (donde la expresión “libre” será con el tiempo matizada por la lógica que impone una política de Salud Pública). Pero el eje pasa por otro lado.

Lo valioso es indicar que en los distintos talleres se dialogó abiertamente sobre economía, gremialismo, política, cultura y derechos. Que en ellos, la postura de la militancia de base argentina fue decisiva a favor del modelo sindical, la legislación laboral, la previsional, la igualdad salarial, el desempleo, las políticas económicas y, por supuesto y cómo no, la violencia contra la mujer y todos aquellos que adopten la identidad sexual que deseen. Esto fue así porque, cuando algunos sectores apostaron a quebrar la unidad popular en la ciudad capital bonaerense y a gestar un ambiente de violencia y desencuentros a escasas semanas de los comicios nacionales, la experiencia y la lucidez del movimiento nacional y popular se hizo presente y desarticuló tales intenciones.

La difusión de una veintena de mujeres desnudas, sin columnas ni banderas por detrás, gritando a solas en la gigantesca Plaza Moreno, evidencia que el último tramo de la acción provocativa diseñada fue el único que en verdad se cumplió, mientras que los previos, asentados en la búsqueda de grandes corridas, pedreas, enfrentamientos y destrozos, fue imposible. Lo fue porque el peronismo existe. Y cuando las masas están en las calles, sabe tallar del modo adecuado. Sin excluir, sin cercenar, pero –al igual que en las grandes marchas del movimiento obrero y su derivado contra el gobierno macrista a lo largo de estos cuatro años- sin admitir provocaciones.

Me digo hacia adentro y nobleza obliga otra vez: en verdad no podía ser de otra manera porque esas compañeras surgen de los mismos espacios que conocemos. De la militancia barrial, de las agrupaciones sindicales, de las entidades de desocupados, de las cooperativas. Son nuestras compañeras que, aunque durante un período del año pasado fueron parcialmente arriadas para hacer silencio ante los oblicuos pronunciamientos anti hombre y anti pueblo, sacaron a relucir su inteligencia y su identidad social para lograr que ese masivo Encuentro tenga un perfil genuino y logre contener las demandas específicas sin dejar de lado una filosofía nacional popular como la que conduce sus tareas cotidianas.

Esta es una mala noticia para el esquema de poder rentístico en la Argentina: la mujer de nuestro pueblo está de pie; piensa y actúa. No es furgón de cola de cuatro provocadoras, de servicios ni de zonzos que anhelan el quiebre. En su interior hay muchas posiciones, como las hay en el movimiento obrero y en el social, como las hay en una misma cooperativa, como las hay en los distintos agrupamientos pymes. Pero la orientación general del movimiento tiende a la confluencia con la población en su conjunto; y muchos de sus reclamos nos ayudan a todos a pensar nuestra acción diaria y a mejorarla en tanto seamos capaces de “cambiar” prejuicios por análisis.

Tras tanta polémica, en la cual he sido implacable –y lo ratifico- con las impronunciables e, arroba y x, tras objetar los cuestionamientos absurdos al Papa, justo que el jefe del Estado Vaticano está situado de este lado de la contienda, y luego de señalar que no acepto ni aceptaré prejuzgamientos porque se pretende dar valor legislativo y judicial a quien acusa, las precisiones de este artículo contienen el intento de afrontar, con otra madurez, un tema que casi casi rompe el vínculo en el seno de la valiosa militancia nacional popular argentina.

Insisto: las banderas que se cristalizan, no flamean. Y así como uno cuestiona lo que considera erróneo, tiene la obligación de señalar aciertos. Sobre todo si son trascendentes.

 

• Director La Señal Medios / Sindical Federal / Area Periodística Radio Gráfica

 

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