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Por GABRIEL FERNÁNDEZ *
Algo de información sencilla para tomar en cuenta. El Grupo de los 20 es un foro internacional destinado a promover la cooperación económica, financiera y política. Está compuesto por la Unión Europea y 19 países: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía.
El G20 comenzó como un Foro de Ministros de Finanzas y Presidentes de Bancos Centrales. Fue creado el 25 de septiembre de 1999 en una Reunión de Ministros de Finanzas del G7, que vieron la necesidad de contar con un espacio más potente, para generar un mayor impacto.
En el 2008, durante la crisis financiera internacional, el mundo vio la importancia de alcanzar nuevos consensos entre los funcionarios del más alto rango. A partir de entonces, las cumbres del G20 comenzaron a incluir también reuniones a nivel de Jefes de Estado y de Gobierno y la agenda temática se amplió.
Durante encuentros previos el G20 había despuntado como una zona de debate capaz de alcanzar conclusiones sin pleno acuerdo, pues las posturas de los BRICS y la Argentina resultaron profundas y condicionaron la hegemonía impuesta por los Estados Unidos y Gran Bretaña en beneficio de los programas de ajuste.
Asimismo, en varias reuniones fue puesto en cuestión el accionar del Fondo Monetario Internacional. En ese marco, Rusia anunció la creación del Banco de Desarrollo con un capital fundacional de 50 mil millones de dólares y del Pool de Reservas de Divisas, con un capital acordado de 100 mil millones de dólares.
Pero las potencias occidentales, ahora con el paradojal respaldo argentino y brasileño, insisten en revivir a los zombies generados tras Bretton Woods. Es posible indicar que esta reunión de Buenos Aires configura un paso atrás de la entidad mundial, aunque acotado y sesgado por la presencia de China y Rusia entre otros; pero más ligado a los noventa que a la actualidad.
Una ciudad helada recibe a los funcionarios. Las agujas de la llovizna acicatean con menos intensidad que los precios a los nativos. En esta etapa inaugural hacia la nueva era, varios yetis del ayer emergen del frío para congelar el ansia productiva de la humanidad. Algunas declaraciones de buena voluntad y pocos aciertos conjuntos pueden esperarse del cónclave presente. El FMI, gracias a la deshonra de los anfitriones, se siente vital.
- Director La Señal Medios / Sindical Federal / Area Periodística Radio Gráfica.
