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Por GABRIEL FERNÁNDEZ *
Ha muerto Carlos Bulgheroni. Es un buen ejemplo del proceder de algunos sectores empresariales y de cómo se capitalizaron. Sin ingenuidad, vale la consideración ahora que se habla tanto de honradez.
Bridas, la petrolera fundada por su padre, lo tuvo como protagonista por décadas. Se llama así por los anillos que se usan para unir grandes tuberías petroleras, el primer producto que fabricó la empresa fundada por Ángel Bulgheroni.
El creador murió en 1985, Alejandro, el hijo mayor e ingeniero industrial, y Carlos, abogado (egresado de la Universidad de Buenos Aires) tomaron el mando de la empresa y viraron a la exploración y producción de petróleo y gas.
Su capacidad de lobby y de presión resultó eficaz con todos los gobiernos. El gran salto, lo dió durante la dictadura militar. Fue beneficiario de la deuda contraída forzadamente por el régimen liderado por José Alfredo Martínez de Hoz y Jorge Rafael Videla.
Fue beneficiario, junto a Macri, Fortabat, Bunge & Born, Pérez Companc, Techint (Rocca), Soldati, Pescarmona. Todos, recibieron con beneplácito la estatización de ese compromiso, dispuesto por Domigo Felipe Cavallo.
La firma siguió creciendo, respaldada en el desangre en Afganistán, y en acuerdos internacionales que llenaron de prestigio como empresario audaz a su jefe. Se relanzó durante el menemismo y, nobleza obliga, el gobierno nacional popular anterior le extendió por 40 años la explotación de Cerro Dragón.
La empresa Bridas hoy es dueña de Pan American Energy (PAE), la petrolera más importante de Chubut y la segunda de la Argentina, que en los últimos cinco años ganó casi 13 mil millones de pesos por su operación en tierras chubutenses.
En 2011, Carlos resolvió vender una participación del 50% en Bridas a la petrolera estatal de China, Cnooc, por $ 3,1 mil millones. Se asoció con la British Petroleum en Pan American Energy. «El trabajo mejor pago tiene que ser el de los abogados, en especial el de los que redactan contratos. Si yo firmo algo, tengo que terminar ganando ocurra o no lo que dice ese documento» indicó en una ocasión a sus colaboradores.
Así, los hermanos Bulgheroni controlan la mayor compañía privada energética de la Argentina, Bridas Corporation. Para el público en general, Axion es la cara visible y cotidiana de esta familia. Resulta ostensible el desembarco del conglomerado en el mundo del fútbol televisado, tras el cambio de gobierno.
Carlos fue un apasionado de la información. Siempre actualizado, tenía por hábito dialogar con ejecutivos de otras empresas para analizar economía y política. «Es una esponja que absorbe información y no se sabe luego qué conclusión sacará con eso», sostuvo un hombre de negocios que participó en varios de esos encuentros.
A los 71 años Carlos Bulgheroni cerró su vida con una fortuna de 4.500 millones de dólares, según la revista Forbes, el doble de la que tiene su perseguidor más cercano, Eduardo Eurnekian. Su mención despierta numerosas percepciones y no pocos silencios. Vale tenerlo en cuenta para analizar comportamientos ajenos… y propios.
La empresa tiene tres sedes operativas de importancia, situadas por el mismo Carlos: Buenos Aires, Madrid y Milán. Hoy, el comando de la misma está en manos de Alejandro, muy compenetrado en la cotidianeidad organizativa. Empieza a tallar su hijo Marcos, con aprendizaje al lado de Carlos, y se tejen interrogantes sobre el proceder legal de sus dos mujeres: Teresa Aguirre Lanari, la madre, y Natalia Cobo, la más reciente.
Toda la audacia como empresario mostrada por Carlos no alcanza para desmentir una observación central: si la dictadura no hubiera contraído una deuda innecesaria para el país y sustanciosa para el empresariado, la potencia de Bridas no sería la misma. Un dato relevante a la hora de filosofar sobre triunfadores en un esquema concentrado.
*Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica
