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lunes , abril 29 2024
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PANORAMA / Mucha intoxicación con Lázaro, pero el sur también existe

Por EMILIO MARÍN *

 

La cadena mediática intoxica a diario con Lázaro Báez, presentado como ícono de corrupción kirchnerista. La justicia y no Clarín deben fallar en ese caso. La realidad del desempleo e inflación se coló en Comodoro Rivadavia.

 

El cronista no siente la menor simpatía por el detenido Lázaro Báez. Nadie que tenga a su nombre, familiares y eventuales testaferros 200 propiedades, amén de posibles cuentas y/o empresas en el exterior, puede ser considerado de honestidad intachable. Le molesta sí que a doñas Rosas, mentalizadas por el grupo Clarín, les parezca que Báez debe ir derecho a la silla eléctrica, en tanto se embelesan con historias de millonarios que surgieron “de abajo” como Rockefeller, Ford, etc. ¿Acaso el fundador de la Standard Oil y la automotriz del óvalo eran trigo completamente limpio?

 

Báez es el prototipo de la burguesía arribista, angurrienta y ligada a los negocios con el Estado, cuando ambas órbitas, la empresaria y la estatal, tenían fuerte impronta de la gran burguesía nacional y el peronismo. Por eso el dueño de Austral Construcciones dio el gran salto con Néstor Kirchner. Su acumulación primitiva fue tan espectacular en poco tiempo, que hay motivos para desconfiar de su limpieza de emprendimientos. Y en este sentido está bien que la justicia lo investigue; ya cumplió un mes de detención en Ezeiza.

 

Lo que sí no debe linchárselo como lo hacen Clarín y el macrismo, que agitan ante la sociedad el fantasma de Báez para que las miradas no vayan al desempleo brutal que CEPA estimó en 141.000 cesantías en tres meses.

 

Esta semana Báez tuvo dos contragolpes efectivos contra el fiscal Guillermo Marijuan, quien dirigió la cacería allá en el sur.

 

Primer fiasco judicial-macrista: el detenido no pidió declarar como arrepentido, tipo Fariñas, y ratificó su inocencia. La apuesta de sus perseguidores era que se quebrara y aportara información para continuar con los procesamientos y detenciones de Julio de Vido y especialmente Cristina Fernández de Kirchner. Al menos por ahora, Marijuan y el círculo que lo anima tendrán que seguir trabajando y buscando otras pruebas. Báez no se las dio.

 

Y el segundo contragolpe del fundador de Austral fue la explicación sobre el dinero ingresado desde la suiza Helvetic, 208 millones de pesos. Dijo que no era lavado de plata sino un préstamo de esa firma para la constitución de una Unión Transitoria de Empresas (UTE), que participó de la licitación de las dos centrales hidroeléctricas en Santa Cruz. Allí Báez estaba asociado a una firma china y a Iecsa, de Angelo Calcaterra, primo de Mauricio Macri. Esa sociedad perdió el concurso a manos de Electroingeniería y otra firma china. Traducido: aquel dinero no era sucio, pero en tal caso, era para una sociedad con la familia de Macri. Fue como decir: no sigan apretando que el tiro les va a salir por la culata…

 

Otro tiro que sale mal

El macrismo y su historia de la “pesada herencia” procuraron endilgar al gobierno anterior la tremenda devaluación, con su consiguiente impacto en el alza de precios. No hacía falta indagar mucho en la intencionalidad política de la causa de la venta de “dólar a futuro” que lleva adelante el “juez pistolero” Claudio Bonadío, como lo llamaron Horacio Verbitsky y CFK.

 

La maniobra estaba clarísima, desde el momento en que durante 2015 la denuncia fue presentada por los titulares de los bloques de diputados del PRO, Federico Pinedo, y la UCR, Mario Negri.

Y así fue que Bonadío empezó la persecución en esta causa con similar odio y revanchismo al que puso en otra, llamada Hotesur, de la que fue apartado por la Cámara Federal. Le reprocharon irregularidades, como no informar a los letrados de los imputados y vulnerar su derecho a la defensa.

 

Por el “dólar a futuro”, ese magistrado citó a indagatoria a la ex presidenta el 13 de abril pasado, y en días previas indagó a Axel Kicillof, Alejandro Vanoli y otros ex directivos del Banco Central.

Allí las perdigonadas también le salieron mal, porque Cristina reunió a una multitud, que recuperaba las calles y el sentido de pertenencia al kirchnerismo, y dejaba por un momento el trauma de la derrota.

 

Pero hubo más, en contra de Bonadío. Los procesados pidieron su apartamiento y contragolpearon con declaraciones de que aquella venta a futuro de la divisa era perfectamente legal. Aseguraron que no habría producido ningún perjuicio al Banco Central si no sobrevenía la devaluación del 16 de diciembre.

 

Además, comenzó a filtrarse en los medios la lista de beneficiarios de esas ventas de dólar y resultó que muchos eran macristas de la primera hora, incluido el padre del presidente, con Socma-Chery. CFK incorporó esas denuncias y en la semana que concluye agregó en el juzgado una denuncia contra dos funcionarios macristas directamente involucrados en aquellos beneficios, con el agravante de que ambos fueron arte y parte. Uno es Mario Quintana, vicejefe de gabinete del gobierno de Mauricio Macri, y ex CEO de Farmacity y el fondo Pegasus, que adquirió 12 millones de dólares y con la devaluación valieron 70 por ciento más. El otro es Pablo Curat, macrista del Banco Central, que había adquirido 500.000 dólares y votó -ya en su nueva función- porque la entidad pagara aquellos compromisos, entre otros a sí mismo.

 

Los cargos parecen sólidos al punto que el fiscal Jorge Di Lello imputó a Quintana y Curat.

De todos modos no es para entusiasmarse, porque esta causa del “dólar a futuro” puede no tener el rumbo decidido de “la ruta del dinero K”. Para los medios concentrados no es negocio agitar casos donde las pruebas de corrupción salpican al poder macrista y a ellos mismos. Lo mejor para esos intereses es seguir machacando con el caso Báez, con la esperanza de que en algún momento eso abra paso a una orden de detención en El Calafate.

 

Lo bueno es que en la causa de “dólar a futuro” los elementos de prueba comprometen más al macrismo, que a Cristina.

 

La realidad que duele

Frente a tanto montaje televisivo y judicial, la realidad se abre paso y aquella contaminación no es absoluta.

 

Ese sentido positivo tuvo el 29 de abril, cuando el movimiento obrero realizó un acto multitudinario reclamando el cese de los despidos, entre otras seis reivindicaciones unificadoras.

Como abril culminó con una inflación del 6-7-8 (no es parodia del programa levantado en la televisión pública), en base a golpes de remarcación y tarifazos, aquella realidad social tomó trazos aún más preocupantes. ¡Cómo habrá sido impactado el gobierno por las críticas, que el ministro Francisco Cabrera debió prorrogar el programa K de Precios Cuidados y aumentar la lista de productos de 314 a 400, incluyendo cinco cortes de carne!

 

Independientemente de esa prórroga no querida por MM, los aumentos de precios tenderán a seguir, más aún con el 10 por ciento que subió la nafta el 1 de mayo, por decisión del ministro Juan J. Aranguren, ex CEO de Shell. Dicho sea de paso, ha sido denunciado judicialmente por favorecer a su ex empresa en la mayoría de los contratos para importación de combustibles. Es un empresario ducho en estas lides porque en la petrolera anglo holandesa tuvo medio centenar de denuncias y no pagó ni una sola multa. Shell lo hizo.

 

Ese descontento social también explica que el Senado votara por amplia mayoría de 48 a 16 la llamada ley antidespidos. Y que luego de las dilaciones intencionales de Gabriela Michetti, esa media sanción llegara a Diputados, donde esta semana comenzó a ser analizada en dos comisiones. El objetivo del PRO-Cambiemos es perder tiempo, mientras busca una negociación salvadora con Sergio Massa para dividir a la oposición. Hasta el momento esos intentos no prosperaron, pero tratándose de Massa, con el concurso del ex titular de la UIA, José I. de Mendiguren, todo puede suceder.

 

Las cinco centrales sindicales permanecen coaligadas en que Diputados haga suyo, si es posible sin cambios, lo que vino de la Cámara Alta. Creen que es mejor tener una ley cuanto antes, aunque no sea la ideal, para frenar las cesantías. Las puñaladas traperas de Luis Barrionuevo no han tenido éxito en herir esa coordinación gremial; antes bien, han servido para que mucha gente refresque o descubra lo nefasto que son los burócratas sindicales.

 

El Sur también existe

Como parte de esa realidad que se exhibe ante los argentinos, pese al relato macrista, hubo una masiva concentración y acto en Comodoro Rivadavia, protestando contra la falta de empleo producida por subsidios nacionales que no llegan y la contumaz conducta depredadora de las petroleras PAE, YPF y otras.

 

Las crónicas hablaron de un acto de 60.000 personas, entre trabajadores del sector y otras capas de la población. Ellos no quieren se repita la historia del vaciamiento petrolero que en los ’90 hizo de Cutral-Co y Plaza Huincul pueblos fantasmas.

 

Por supuesto que no es oro todo lo que reluce en esas grandes movilizaciones. Personajes como el gobernador Mario Das Neves y los directivos de las petroleras multinacionales que chantajean para seguir exportando un barril que les pagan 77 dólares cuando hoy vale la mitad, aprovechan estos ríos revueltos para pescar subsidios.

 

Aún con todas esas impurezas, la bronca petrolera de Comodoro y el Sur es parte del país profundo que no baila más con los pasitos de Macri en el balcón y los globos del PRO, que ya se desinflaron.

 

* Diario La Arena / La Señal Medios

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