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Por Dr. Oscar Abudara Abini
Desde el ballottage porteño los votantes del PRO se han visto anonadados por el cambio de discurso de Mauricio Macri. De la noche a la mañana el jefe de Gobierno pasó de considerar negativa toda la acción de gobierno kirchnerista a reconocer las cosas buenas de la última década.
Después del shock inicial, los simpatizantes del líder de Cambiemos, que no se consideran ni furiosos ni anti peronistas, empezaron a reconocer en privado lo mismo que su jefe de Gobierno saliente, y lamentablemente para Macri, muchos están mudando su voto del amarillo al naranja.
Es que para estos profesionales de clase media, culta y acomodada el voto termina siendo más del bolsillo que de las ideas, para el Frente para la Victoria este cambio radical a tan solo dos puntos de ganar en primera vuelta no puede ser más que beneficioso.
Gran parte de estos profesionales, comerciantes y empresarios tenía desde hace años la seguridad de que el aumento enorme del empleo en comparación con el 2001, los planes sociales y el subsidio a escala gigantesca a las capas humildes causaban beneficios considerables a su propia economía.
Pero por fidelidad ideológica escondían esta percepción en sus grupos de pertenencia, ante el riesgo de ser acusados de «traidores». Luego de la confesión u simple oportunismo de Macri pudieron blanquear esta situación primero ante ellos mismos y de a poco a su grupo de pertenencia, pero por seguro lo harán donde más importa en un año electoral: en la intimidad del cuarto oscuro. Para entender esto, Foucault es clave: «la cuestión no es qué hace Mauricio sino que harás tu con Eso que Mauricio hizo»
En el PRO ya están advertidos de estos cambios de humor en sus propios votantes, es por eso que con temor a quedar fuera del ballottage han terminado por acudir al último salvavidas posible para un partido político liberal: el peronismo de la chusma.
Confían en sumar los votos que se van por el bolsillo y al mismo tiempo, porque no tienen escapatoria electoral, no perder a sus votantes más rabiosamente antiperonistas. A estos últimos les dicen que quieren hacer del peronismo PRO, un menemismo del siglo XXI, la mayoría se lo cree.
Muchos profesionales, comerciantes, empresarios, intelectuales han decidido mantener la fidelidad al PRO en lo ideológico pero votarán en secreto a Scioli que les garantiza seguridad de trabajo y bolsillo.
En un momento de definiciones cualquier jugada no deja de ser osada y peligrosa, mientras tanto en el bunker de Cambiemos no pueden parar la sangría de sus votantes no fundamentalistas porque para muchos lo importante no deja de ser el bolsillo. (*)
(*) Este estudio fue realizado mediante el escudriñamiento psicoanalítico de varios ciudadanos psicoanalistas psiquiatras de prestigio, comerciantes, empresarios, intelectuales; todos ellos adherentes al PRO.
** Psicoanalista / Analista Internacional de La Señal Medios
