Una síntesis de EZEQUIEL BEER *
HARVEY, David- Marx, Capital and the Madness of Economic Reason.
Profile Books LTD
London- 2017
236 pp-
Alcanzar el universo harveiano nos invita a recorrer los renovados aires marxistas – en términos teóricos como prácticos – y considerar una narrativa actualizada y georreferenciada del desarrollo capitalista de los últimos 40 años.
El abordaje sintético de la obra El Capital y la puesta en escena del concepto de valor como fenómeno dinerario – materializado por el proceso de producción – son el punto inflexible de partida de la obra en cuestión.
Por lo que, en cuanto el capital permanezca en el proceso de producción, no es capaz de circular y por ende se encuentra virtualmente devaluado.
Las pérdidas acumuladas – devaluación – de valores activos en los EE. UU. durante la crisis de 2007/08 fueron de alrededor de 15 trillones de dólares, lo que es casi equivalente al valor de mercado del total de un año del producto interno de bienes y servicios.
Aquí el concepto de anti-valor entra en escena como un activo de la lucha anti-capitalista al colisionar con el valor y sus efectos de crisis financieras y monetarias.
Por otra parte, asistimos a la reconfiguración del concepto de valor a través del conocimiento y su circulación como capital, su transformación en mercancía y su correlato en las tecnologías de la producción.
Define al Capital como valor en movimiento que puja por la reducción de las barreras físicas – para la introducción del comercio internacional – y de aquellas otras culturales, políticas y sociales.
La relación dialéctica entre el espacio y el lugar es central para comprender los aspectos que construyen y destruyen el movimiento del capital en el espacio y en el tiempo.
En este sentido se da el caso del comercio entre un régimen de valor capital-intensivo y otro laboral-intensivo, donde este ultimo transfiere valor y plusvalor al primero, como puede ser el caso de Alemania con los llamados países PIGS.
El Capitalismo contemporáneo esta encerrado en el mal infinito de la acumulación sin fin y del crecimiento compuesto.
La locura de la razón económica burguesa – como Marx lo describe – es por lejos manifiesta por los crecientes antagonismos entre el valor y sus representaciones monetarias.
La búsqueda de espacios fijados para resolver los problemas de sobreacumulación continúa siendo una práctica capitalista común.
La vigencia teórica y política de David Harvey es una de las herramientas necesarias – no solo para comprender – sino también para transformar nuestra problemática realidad es pos de un bien común.
Bienvenidos sus aportes.
* Geógrafo UBA / La Señal Medios