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Por GABRIEL FERNÁNDEZ *
A partir de ahora, la influencia del Opus Dei será mucho menor. Otra decisión incomparable de Francisco. Como Diego Armando Maradona: le duele –en este caso, la rodilla en vez del tobillo- pero juega igual.
Las disposiciones del Papa Francisco para atenuar el poder del Opus Dei y endurecer los controles sobre el accionar de la mítica organización, entraron en vigor. Sobre fines del mes de julio, el Sumo Pontífice consideró oportuno «confiar al Dicasterio para el Clero la competencia para todo lo que corresponde a la Sede Apostólica en materia de Prelaturas personales, de las cuales la única hasta ahora erigida es la del Opus Dei». La normativa ha sido llamada «Ad charisma tuendum» (Para proteger el carisma).
La resolución de Jorge Bergoglio también obliga al grupo vinculado a sectores conservadores de la Iglesia a presentar, cada año, «al Dicasterio para el Clero un informe sobre el estado de la Prelatura y sobre el desarrollo de su labor apostólica» y ya no con formato quinquenal como hasta ahora. Asimismo, el Motu Proprio indica que la autoridad del Opus Dei, conocida como prelado, ya no será obispo, ajustando a la teoría lo que se da en la actualidad con Fernando Ocáriz, que no ha recibido la ordenación episcopal.
La prelatura de la Santa Cruz y del Opus Dei (Praelatura Sanctae Crucis et Operis Dei), conocida como Opus Dei, es una jurisdicción de alcance mundial perteneciente a la Iglesia Católica. Fundada el 2 de octubre de 1928 por Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás, fue desplegando su influencia práctica y conceptual sobre grandes zonas de la institución. Escrivá de Balaguer fue canonizado en 2002 por Juan Pablo II, evidenciando la inclinación del papa de origen polaco. En 1982 el Opus Dei fue caracterizada como prelatura personal, caso único entre las distintas órdenes que configuran la Iglesia.
Prelatura personal es una institución erigida para llevar a cabo obras pastorales o misionales en favor de varias regiones o de diversos grupos sociales. Al frente de la prelatura personal está un prelado que, ayudado por presbíteros y diáconos, realiza su misión pastoral. El prelado puede ser obispo o presbítero.
«Deseando, por tanto, salvaguardar el carisma del Opus Dei y promover la acción evangelizadora que sus miembros llevan a cabo en el mundo, y debiendo al mismo tiempo adaptar las disposiciones relativas a la Prelatura a la nueva organización de la Curia Romana, ordeno que se observen las siguientes normas», señaló el Papa en su escrito de finales de julio. La resolución apunta en uno de sus seis artículos que, en base a estas modificaciones, los estatutos del Opus Dei «serán convenientemente adaptados», a través de propuestas de la propia institución, pero que deberá aprobar finalmente el Vaticano.
El Concilio Vaticano II había dejado clara la incidencia de las prelaturas personales: “El don espiritual que recibieron los presbíteros en la ordenación no los dispone para una misión limitada y restringida, sino para una misión amplísima y universal de salvación hasta los extremos de la tierra (Act., 1, B), porque cualquier ministerio sacerdotal participa de la misma amplitud universal de la misión confiada por Cristo a los apóstoles. Pues el sacerdocio de Cristo, de cuya plenitud participan verdaderamente los presbíteros, se dirige por necesidad a todos los pueblos y a todos los tiempos, y no se coarta por límites de sangre, de nación o de edad, como ya se significa de una manera misteriosa en la figura de Melquisedec. Piensen, por tanto, los presbíteros que deben llevar en el corazón la solicitud de todas las iglesias. Por lo cual, los presbíteros de las diócesis más ricas en vocaciones han de mostrarse gustosamente dispuestos a ejercer su ministerio, con el beneplácito o el ruego del propio ordinario, en las regiones, misiones u obras afectadas por la carencia de clero”.
La modificación se encuadra en un proceso de reordenamiento interno en busca de una mayor transparencia iniciado en el mismo origen de la tarea del Papa argentino. Desde que asumió en 2013 se lanzó a reformar la Curia Romana, el gobierno central de la iglesia, afrontando intensas críticas de sectores evaluados como tradicionalistas.
El Opus Dei tiene presencia en más de 60 países y lo integran unos 90.000 miembros laicos, entre ellos personalidades políticas y empresariales, y más de 2.000 sacerdotes; sobre todo en Europa y América latina.
Ha escrito el periodista argentino Roberto Bardini: “Se dice que los caminos del Señor son inescrutables. Desde su creación, el Opus Dei manifestó una fobia especial hacia los jesuitas. Su reglamento interno y secreto estipulaba que ninguno de ellos sería bienvenido en sus filas. Y justo les vino a tocar uno de Papa”.
A partir de ahora, su influencia será mucho menor.
Otra decisión incomparable de Francisco.
- Director La Señal Medios
