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domingo , abril 28 2024
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Fuentes Seguras. Se acelera el proceso

La decisión china de ampliar el BRICS generará una potenciación del entramado Multipolar y nuevos problemas para el Occidente financiero. En esta edición: La historia del grupo, el fondo del planteo asiático, las olas y el viento, la respuesta argentina y la densidad de las contradicciones norteñas.

 

Por Gabriel Fernández *

 

En 2001, el economista inglés Terence James O’Neill observó el panorama internacional y sugirió la idea BRIC: un bloque formado por Brasil, Rusia, India y China. Siete años después, estos países asumieron el concepto y comenzaron a reunirse para trabajar en conjunto. Luego se incorporó Sudáfrica y así nació el BRICS. Los involucrados eran considerados –y se calificaban a sí mismos- como economías emergentes con gran potencial: recursos naturales, grandes territorios, población numerosa. Andando el tiempo, al menos uno de sus integrantes ha dejado atrás el concepto de potencia de segundo orden.

 

HISTORIA VIVA. La forja costó, por el rasgo revolucionario que contenía. Tras varias reuniones previas, fue en 2008 cuando Brasil, Rusia, India y China comenzaron a desarrollar enfoques comunes sobre economía internacional. En 2010 se integró Sudáfrica. La medición dura de la economía mundial (incluyendo PBIs en alza y en baja) permite inferir que en los próximos años este núcleo empardará en importancia al G7. Entre ellos, China es el que tiene más población y mayor Producto. El segundo, India. Ese lugar es “disputado” por la Federación de Rusia, pues su nivel de vida y partir de allí su mercado interno, es superior al mensurado en la patria del Mahatma Gandhi.

Este interesante 2022 ha generado una serie de situaciones que, aun cuando en su germen late la intención norteña de ralentizar el proceso hacia un nuevo equilibrio, ha despertado instancias de aceleración. La guerra en Ucrania, promovida por las corporaciones que gobiernan el bloque anglosajón y operan bélicamente desde la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) forzó el tranco ruso hacia el establecimiento de variadas conexiones económicas de fuste. Nuevos gasoductos, comercio petrolero, intercambio de información financiera, empleo de monedas alternas al dólar, son el resultado del hostigamiento canalizado en sanciones bajo la cegadora propaganda del “aislamiento ruso”.

Ahora bien, si se recorre el entramado en desarrollo, podrá hallarse coincidencia, en el espacio inicial, con el diseño desplegado desde el 2013 por China a través de la Iniciativa de la Franja y de la Ruta (One belt, One road). El nivel de adhesión alcanzado es formidable (más de 70 naciones, hasta la actualidad) y su variedad comercial y estructural da cuenta de su potencial. Vamos a entender: La expresión «Franja», hace referencia a las rutas terrestres para el transporte por carretera y ferrocarril a través del Asia Central sin salida al mar, a lo largo de los senderos comerciales históricos de las regiones occidentales; en tanto «Ruta» hace referencia a las rutas marítimas del Indo-Pacífico a través del sudeste asiático hasta el sur de Asia, Oriente Medio y África. Las inversiones en infraestructura de la Iniciativa de la Franja y la Ruta incluyen puertos, rascacielos, vías férreas, carreteras, puentes, aeropuertos, represas, centrales eléctricas térmicas y túneles ferroviarios.

Los dos emprendimientos de las potencias euroasiáticas tienen el impulso previo de la coalición alcanzada desde la Organización de Cooperación de Shangai, donde después de mucho diálogo y varias acciones se fueron desandando las desconfianzas y los prejuicios que manaban de un verdadero archipiélago de países e intereses. Tal vez un momento clave se suscitó entre 2008 y 2010, cuando las potencias occidentales encerraron su perfil en la absorción de recursos planetarios para lograr el salvataje de las entidades financieras más empinadas. Por entonces, China ofreció créditos blandos y Rusia garantizó la seguridad. Así ganaron el bolsillo y el corazón de Asia Central, y consolidaron el vínculo con una potencia inteligente como Irán.

 

 

ACELERACIÓN. En la semana que pasó, todo este proceso eclosionó en definiciones que formarán parte del dibujo a que será sometido el globo durante las décadas venideras. Acérquese lector porque estos tiempos son apasionantes.

El jueves se congregaron los cancilleres del grupo. Fueron invitados los de otras naciones, entre ellas la Argentina. El ministro chino, Wang Yi, dijo cosas importantes. Por ejemplo, que El BRICS debe aumentar su cooperación con otros países, tanto en el formato BRICS+ como en otras fórmulas incluyentes”. En su intervención, en videoconferencia, resaltó la necesidad de “demostrar aún más la apertura y la inclusión”. ¿Las bases de la convocatoria? La solidaridad y la cooperación con los países de mercados emergentes, y los que están en desarrollo, es una excelente tradición de los países BRICS, y también es un camino inevitable para el desarrollo y crecimiento del mecanismo BRICS».

Para llevar a cabo estos objetivos, Wang llamó a “hacer un buen uso del modelo BRICS+, explorar el desarrollo de la cooperación BRICS+ a más niveles, en un campo más amplio y a mayor escala, promover la normalización e institucionalización de las actividades BRICS+ y establecer asociaciones más amplias”. Asimismo, enfatizó la necesidad de “inyectar una nueva vitalidad a la cooperación” de la organización, “frente a los nuevos desafíos de la situación internacional”. Por eso “La parte china propone iniciar el proceso de expansión del BRICS, discutir los estándares y procedimientos de esta expansión y formar gradualmente un consenso. Esto ayudará a demostrar la apertura e inclusión de los países BRICS, responderá a las expectativas de los países de mercados emergentes y los que están en desarrollo, y permitirá mejorar la representatividad e influencia de los Estados integrantes del BRICS, haciendo mayores contribuciones a la paz y al desarrollo mundial”.

 

FUNDAMENTOS. Durante los 15 años recientes el grupo conformado por los países indicados, ha sido esencial para la reconfiguración del orden planetario en movimiento y el emerger de la Multipolaridad. El volumen de sus miembros les ha permitido tallar en decisiones y generar un intercambio fructífero en su interior y en vínculo con otras potencias.

Aun portando concepciones diferentes sobre alineamientos globales, coinciden en impulsar proyectos que se asientan en el poder de Estados que priorizan la producción por sobre los intereses de las corporaciones rentísticas. Representan un tercio de la economía mundial y han contribuido en un 50 por ciento al crecimiento del Producto Bruto de la Tierra. De allí que la Red de Integración Latinoamericana, al presentar sus estudios, concluyera lo siguiente:

“Los países rectores del mundo: EEUU, Japón, Australia, Canadá y países de la Unión Europea, están perdiendo lentamente sus posiciones. Esto ocurre por varias razones. La principal de ellas consiste en que los BRICS no pretenden imponer en las regiones subdesarrolladas sus valores políticos sino que estructuran sus relaciones sobre la base de una cooperación de provecho mutuo”.

 

EL SUR. Hace pocos días, el embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, fue invitado por el gobierno de ese país a una importante jornada del BRICS realizada en la Ciudad de Xiamen, de la provincia de Fujian. Luego, el canciller de nuestro país, Santiago Cafiero, participó de la reunión preparatoria mencionada, junto a Kazajistán, Egipto, Arabia Saudita, Indonesia, Emiratos Arabes Unidos, Nigeria, Senegal y Tailandia.

Es evidente que el gobierno chino apretó el acelerador para integrar a esta nación sudamericana a la coalición. Resulta nítido además que esa decisión no sería adoptada sin contar con el acuerdo del resto de los miembros, muy especialmente de Rusia. La respuesta de la Argentina ha sido favorable. El presidente Alberto Fernández apuntó que “Los BRICS son para mi país una excelente alternativa de cooperación frente un orden mundial que viene funcionando para el beneficio de unos pocos”.

Dijo más cosas: “Los BRICS son sin dudas un grupo de países determinantes para el desarrollo económico mundial. Está claro que la estabilidad macroeconómica mundial y el crecimiento económico pasa y pasará cada vez más por este grupo de países. El nuevo banco de desarrollo de los BRICS del que mi país podría participar es para mí la institucionalización de un nuevo orden mundial centrado en el desarrollo lejos de la especulación financiera que tanto daño ha causado a nuestros países”.

 

Vale considerar el sentido de la respuesta.

Como detalle sureño, cabe indicar que la admisión de la propuesta por parte del gobierno de Jair Bolsonaro, así como la promesa de Luiz Inacio Lula da Silva sobre el establecimiento de una moneda sub continental si vence en los comicios venideros, conforman una valiosa perspectiva para la Argentina. Sin cargar las tintas, es pertinente recordar que en el último tramo de la gestión del Partido de los Trabajadores, bajo el comando de Dilma Roussef, Brasil dio largas a la iniciativa de la Argentina, Venezuela y Bolivia para generar el Banco del Sur y, al mismo tiempo, cerró la puerta que ya por entonces Rusia y China habían entornado para promover el ingreso albiceleste.

Puede que la inicial andanada pro estadounidense de Bolsonaro y el consecuente deterioro industrial –hoy parcialmente revertido- hayan despertado a esas zonas de Itamaraty que, de tan autonómicas, terminan considerando a nuestro país como hipótesis de conflicto y beneficiando indirectamente al Norte de la región. La alegría no es solo brasileña, y los errores no son solo argentinos.

No se debería pasar por alto que nuestro país anda por el mundo con la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) al hombro. Y que todos los alineamientos presentes son observados con detenimiento por el lanzador mexicano Andrés Manuel López Obrador. En principio, porque toda acción del gobierno austral involucra de un modo u otro al sub continente; luego, porque México, aunque un escalón más alejado –sólo un escalón- es otro de los potenciales convocados para integrar la coalición de los emergentes. Así, es posible percibir que la propuesta enviada por Alberto Fernández a su par azteca para involucrar a Lula en una tríada que motorice el andamiaje regional, merece calificarse como oportuna, en el mejor sentido de la expresión.

 

 

LAS OLAS Y EL VIENTO. En el cónclave mencionado también habló el “mejor amigo” de Vladimir Putin. El presidente Xi Jingpin indicó que en la actualidad, bajo los impactos combinados de los cambios y la pandemia nunca vistos en una centuria, vienen aumentando los factores de inestabilidad, incertidumbre e inseguridad en la situación internacional. “Sin embargo, se mantienen sin cambios el tema principal de nuestro tiempo de la paz y el desarrollo, la aspiración de los pueblos de todos los países por una vida mejor y la misión histórica de la comunidad internacional por la solidaridad y la cooperación de ganancias compartidas”.

Añadió que “Como una fuerza positiva, inspiradora y constructiva de la comunidad internacional, nosotros, los países BRICS, necesitamos afianzar la confianza, afrontar el viento y las olas, emprender acciones concretas para promover la paz y el desarrollo, defender la equidad y la justicia, y abogar por la democracia y la libertad, con miras a inyectar estabilidad y energía positiva a las relaciones internacionales en un período de turbulencias y transformaciones”. Entonces, insertó el bisturí. Xi Jinping destacó que “tanto la historia como la realidad nos han enseñado que buscar la seguridad propia a expensas de la de otros países sólo engendrará nuevas tensiones y riesgos. Para fomentar la seguridad común del mundo, propusimos no hace mucho la Iniciativa para la Seguridad Global”.

Consolidó el planteo: “Los países BRICS necesitan reforzar la confianza mutua política y la cooperación en seguridad, mantener estrecha comunicación y coordinación sobre los temas internacionales y regionales de trascendencia, atender de manera recíproca los intereses vitales y preocupaciones fundamentales, respetar mutuamente la soberanía, la seguridad y los intereses de desarrollo, oponerse al hegemonismo y la política de la fuerza, rechazar la mentalidad de Guerra Fría y la confrontación entre bloques, y trabajar juntos para construir una comunidad de seguridad para todos”.

El desarrollo constituye la tarea común de los mercados emergentes y los países en vías de desarrollo, recalcó Xi y añadió que frente a los diversos riesgos y desafíos actuales, resulta más importante que nunca fortalecer la solidaridad y la cooperación entre los mercados emergentes y los países en desarrollo. Por eso solicitó a los cinco países BRICS realizar “diálogos e intercambios con más mercados emergentes y países en desarrollo para aumentar el entendimiento y la confianza mutuos, estrechar los lazos de cooperación y profundizar la convergencia de intereses, para hacer la tarta de cooperación cada vez más grande y las fuerzas de progreso cada vez más unidas y fuertes, aportando así mayor contribución a la materialización de la elevada perspectiva de construir la comunidad de futuro compartido de la humanidad”.

 

CONTRADICCIONES VARIADAS. No debe resultar fácil encabezar la Organización del Tratado del Atlántico Norte en estos tiempos. Mucho menos forzar desde allí el disciplinamiento de naciones que se alimentan de productos generados en el bloque euroasiático, pero además cuentan con ese espacio como decisivo socio comercial. Ni qué decir cuando a la ecuación se integra el BRICS. Lo apuntó con espejo retrovisor el especialista Walter Formento: El Foro Económico Mundial de Davos de 2021 fue inaugurado por el presidente de China quien dejó en claro que el mundo ha optado por el multipolarismo. La canciller de Alemania Ángela Merkel luego se manifestó a favor del proyecto multipolar y con ello la Unión Europea”.

Aunque algún cambio político haya facilitado el apriete norteño, el lector agudo comprenderá que los intereses de base que condujeron a esas cercanías no se han diluido. ¿Europa puede prescindir de gas, petróleo y carbón? ¿Puede dejar de lado una venta voluminosa de productos con valor agregado a los mercados asiáticos? Es probable que los obstáculos planteados por Turquía para la ampliación de la entidad conducida por el bloque anglosajón resulte un verdadero alivio para muchos gobiernos que declaman en público fidelidad a Occidente pero necesitan atemperar los entusiasmos belicistas para concretar negocios formales. De hecho, el jefe de Estado francés, Emmanuel Macron, sugirió por lo bajo a su “colega” Volodímir Oleksándrovich Zelenski, tres semanas atrás, que ceda a Rusia la región del Donbas y establezca una influencia más reducida; esto es, algo más realista.

Veamos porqué este artículo ha tomado el sendero que, en lugar de bifurcarse, confluye. La determinación china de ampliar el BRICS genera una nueva complicación para las administraciones “políticas” de la Unión Europea, pues su despliegue, aunque fuera parcial, originaría un arco de aliados comerciales más imponente todavía para Rusia.

El esquema fue advertido por Formento, a doble pluma con Wim Dieckxsens (¿quién podrá pronunciar su apellido al aire?). Vale detenerse un instante y concentrarse para afrontar un diagnóstico complejo, presentado antes del presente período crítico suscitado en Ucrania.

Según esos pensadores, la “crisis en los Estados Unidos (EUA) y en la Unión Europea (UE), nos muestra que ya la crisis no es sólo financiera global en EUA (2008), ni sólo económica global en la UE (2010), ni crisis económica mundial (2013) sino una crisis mundial integral: económica, política, militar y paramilitar, religiosa/cultural /ideológica y estratégica de poder. En donde los grandes actores estratégicos de esta puja son el unipolarismo globalista por un lado, y los multipolarismos pluriversales por otro: tanto el que parte de la China multipolar y los BRICS, con su impronta principal desde la economía política internacional, como el multipolarismo humanista ecuménico/interreligioso que emerge desde la iniciativa del Papa Francisco, pero que pone de manifiesto la estrategia común de las cinco grandes religiones monoteístas, con su impronta principal desde lo religioso/cultural estratégico”.

Añaden en ese sentido que estos conglomerados se enfrentan a “la amenaza cierta de exterminio de la naturaleza y de la humanidad por parte del irracionalismo integral que le es propio al neoliberalismo financiero globalista. Ese irracionalismo integral globalista es quien conmociona a todas las civilizaciones que conforman el mundo y las reúne en un planteo y acción en defensa de la ´casa común´. Éstos son los grandes actores que motorizan las pujas y las propuestas que emergen ante nuestros ojos como forma en que se manifiesta la Crisis Mundial que es estructural, orgánica, de época y de civilizaciones”.

Por eso, en su libro La crisis mundial (*), plantean que “Estos actores multipolares pluriversales potencian en su despliegue y desarrollo a los actores del unipolarismo continentalista en el RU, en la UE, Japón, etc. Actores continentalistas que desde el unipolarismo globalista son permanentemente confrontados para ser desarticulados y absorbidos en posición subordinada, a través de sus cities financieras en el esquema de poder globalista y sus territorialidades de poder. En cambio, el multipolarismo pluriversal por su concepción puede sumarlos directamente como bloques continentales de poder y no tiene necesidad de desarticularlos para subsumirlos, le alcanza con sólo articularlos en el multipolarismo, desactivando su componente de unipolarismo expansionista”.

Finalmente indican que “Esta realidad de concepciones de poder diferentes en la escala global /pluriversal, permite que todos los continentalismos (ayer expansionistas/imperialistas, hoy a la defensiva por el expansionismo imperial globalista) puedan contar con apoyo en el Pluriversalismo para confrontar con el Globalismo, pero también para oscilar entre uno y otro, dadas sus largas historias imperialistas anteriores de guerras y segregaciones, con la alerta que esto significa. En cambio, los bloques regionales de poder que emergen desde historias subordinadas de semicolonias, dependencia y subdesarrollo pueden articularse de un modo directo en el Pluriversalismo multipolar y salir de esa posición de subordinación en los esquemas unipolares financieros”.

Recordarán los lectores que venimos poniendo énfasis en la desterritorialización y sus consecuencias. Los párrafos precedentes develan el trasfondo y apuntalan análisis previos.

La profundidad de esos autores denota, desde antes del inicio del actual tramo del conflicto en Ucrania, los ejes del dilema en el cual se encuentra Europa, pero también la progresiva debilidad –no sin un apreciable poder de fuego, claro- del bloque anglosajón. De allí que esta nueva instancia resulte un desafío complicado de abordar para el poder tradicional fragmentado pues el coloso asiático ha insertado otros jugadores en un campo que abarca casi todo el planeta. De allí también que apuntáramos semanas atrás el riesgo de un intento para cortar el avance multipolar de un tajo nuclear ante la ausencia de opciones económicas razonables para los regentes de las corporaciones financieras.

En piadosa búsqueda por atenuar el temor que semejante variable gestó entre lectores y oyentes, este periodista sugiere incluir en el planteo otro factor: la práctica del wei qi. ¿Qué significa? Es probable que China –también la madurez de la conducción rusa- eviten ese borde y brinden una compuerta de salida para alguna fase de las megaempresas. Igual, a no descuidarse. Eppur si muove.

UNOS MATES PARA TERMINAR. Reinsertemos la comunicación en el debate. Existen dos factores clásicos del comportamiento humano, a su vez compuestos por dualidades fácilmente reconocibles. Es viable suponer que se trata de elementos adecuados, propios de nuestra especie, y que su deriva guarda vínculo con el acento que se instala sobre cada uno. Esto es: no resultan negativos en sí mismos; se transforman en dañinos si el subrayado es enfático. El problema abarca a los individuos (se lo percibe con rapidez) pero también a las sociedades, y allí su influencia sobre la realidad en conjunto se torna enfática.

De qué hablamos. Por un lado, tenemos al deslumbramiento. Es probable que en los tiempos recientes, con la expansión comunicacional que implica internet y las redes sociales, haya cobrado una trascendencia superior a la registrada años atrás: la persona brillante, impactante, sabedora o bella, genera una atracción cautivante, a la cual es difícil resistirse. Pero el anverso de la misma expresión es la ceguera, la dificultad para observar a otras personas y los sucesos en los cuales se hallan implicadas. Cuando un individuo o un grupo de sujetos están deslumbrados, pueden admirar con intensidad o desviar la mirada ante la obstrucción lumínica.

Por otro lado, el estado de ánimo. Esa catarata de información esplendente que se recibe a diario contiene elementos positivos y negativos que enlazan con situaciones particulares y orientan al individuo y a los grupos al definir el entorno en el cual se desenvuelven. Más nítido que el caso anterior: la carga de datos aparece inclinada con potencia a la desazón, anulando uno de los polos de los extremos felicidad – depresión. El receptor, que ya tiene sus problemas a la hora de entornar los párpados para librarse del impacto lumínico, absorbe una persistente secuencia de “descripciones” infaustas que lo conducen a suponer que el lugar que habita es un tumulto de desgracias que inhabilitan progresos y alegrías.

De la combinación de ambos factores surge una rareza que sin embargo es adoptada como natural en la cotidianeidad. Quienes aceptan el bombardeo logran cierto prestigio social al presentarse pesimistas; cuando alcanzan a articular una serie de argumentos razonables evolucionan hacia el rol de “críticos”. Siempre portando en derredor un aura dark que les permite aseverar yo no me como ninguna. Mientras, los que se dedican a esquivar los focos deslumbrantes y elaboran su propia vara de alegrías y angustias –en la cual la comparación es esencial, por caso cómo se vive en otros territorios– pasan a ser evaluados cual tontos o conformistas.

Es que si todo es lo mismo porque el sistema no cambia y la vida es injusta, la sugerencia más certera es cachá el bufoso y chau, vamo a dormir. Contra esto, entre otras cosas, luchaba el muy citado Arturo Jauretche, cuya frase sobre pueblos, tristezas y alegrías ha sido difundida hasta el hartazgo por quienes en vez de luchar, lloran. Si todo es lo mismo, ¿cómo detectar los flancos sobre los que sí hay que presionar, los espacios que sí necesitan modificarse y los objetivos que sí pueden plantearse? Además, con qué ganas encarar esas batallas si “en la Argentina todo termina mal” como ha sentenciado –recabando enorme megusteo– el periodista Jorge Asís. Lo han avalado muchos que pretenden ignorar que la base de sustentación del apotegma tiene anclaje en el desprecio por la propia comunidad, a la cual se caracteriza como incapaz para llevar adelante un proceso de crecimiento integral.

La autodenigración es una herramienta del espacio antinacional.

Cierre: La complejidad de varios tramos del artículo que aquí concluye, no es ignorada por este narrador. Es que la realidad que atravesamos, tiene ese sesgo.

Puede considerarse, por tanto, como una muestra de respeto hacia el lector.

 

  • Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal

 

*El título completo del libro es La crisis mundial : Trump, BrExit, BRICS, Francisco, Dólar, Bitcoins, Yuan, continentalismos, globalismo y pluriversalismo

 

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