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Por ARMANDO VIDAL *
Emiliano no quiero hablar de política, del Congreso que viene en marcha, ni del suspenso en torno del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, ni de la oposición envenenada y apátrida que escapa hablar de la deuda contraída por Mauricio Macri, ni de Macri y sus pesadillas ante los delitos cometidos que le conciernen en particular.
No, hoy no.
Quiero hablar de la nota de Nahuel Gallota, publicada en Clarín, con relación al crimen de Lucas González, aparecida en el amanecer del lunes 22 de noviembre y recibida con varias Molotov en la noche profunda del mismo día contra el frente del edificio de Clarín, de la calle Piedras al 1700.
No hubo heridos ni daños pero sí un aviso, hecho que se investiga por la Justicia y cuyos responsables deberán ser muy creíbles para poder creer en la Justicia. Eso se verá.
Pero también quiero hablar de Marcos Cytrynblum, el más grande jefe de redacción de Clarín (entre 1975 y 1990) y de cualquier otro medio de equivalente envergadura y no sólo en la Argentina.
Un caído en batalla en enero de 1990 en manos de Héctor Magnetto, especie de combate entre un trabajador consagrado en su oficio y un empresario ambicioso e inteligente dispuesto a manejar la redacción.
Para Magnetto era un paso clave en un proceso de acelerada revolución tecnológica. Pero más apremiante todavía era ese amanecer menemista de inevitable consideración para sellar acuerdos –de los que Magnetto se ocupó en persona- con relación a los dominios de una radio y un canal de aire, finalmente conseguidos por Clarín, o sea Magnetto.
En 1982, ocho años antes del despido de Marcos, Magnetto, el ex empleado de la sucursal de Berlingeri, en La Plata, era su contador, fue una especie de operador de la decisión anunciada por la directora Ernestina Herrera de Noble, en un discurso en un acto realizado en la misma redacción con motivo del décimo tercer aniversario de la muerte de Roberto Noble, con el título “Clarín no tiene amigos”.
Un discurso que significó el final de todo periodista identificado con el poderoso influyente Rogelio Frigerio, naturalmente hablo del abuelo ya que su nieto, flamante diputado nacional y ex ministro de Macri, no es frigerista.
O sea, en concreto, echaron a todos.
¿A qué viene todo esto? A que a Magnetto le costó ocho años sacarse de encima a Marcos Cytrynblum, el que llevó a Clarín a vender un millón de ejemplares en el esplendor de su reinado.
Lo curioso –pura casualidad- es que Marcos, con todo el poder y la libertad que podía disponer hubiera dudado, especulo, en publicar la nota de Manuel Gallotta porque la nota es un sablazo a la policía, en este caso la Policía de la Ciudad y de hecho un palazo contra el gobierno de Horacio Rodriguez Larreta. No hay que descartar que se haya publicado por error, ya lo dijimos.
De todas formas, con Marcos de jefe en 1985, con un equipo de periodistas integrado por el Turco Enrique Sdrech, el increíble Emilio Petcoff y con Horacio Ramos como jefe, con Gallotta, hubiera sido realmente un robo.
Claro que Gallotta nació precisamente en 1985, gobierno de Raúl Alfonsín, egresó de la Universidad de El Salvador, es autor de varios libros del género policial, no es precisamente un alfeñique y tiene un rostro para hacer de policía bueno en una película.
La nota de Gallota se publicó, dijimos, el 22 de noviembre.
Dos días después apareció en el sitio Coolt una nota de Pedro Perantnono titulada «El patriarca de los pájaros», un título que parece una distracción de abuelos, elegido justo para titular la vida y obra uno de los mejores tituleros del planeta Tierra.
Sorpresa te da la vida, Marcos.
Medio desconocido, llamado Coolt y periodista desconocido, llamado Pedro Perantuono, Cytryn rompe el silencio de treinta y un años sin especular con nada y cuenta su versión de la historia.
Pudo haber buscado a Horacio Vertbisky, Luis Bruschtein o a Jorge Fontevecchia, un aliado de Magnetto con juego propio. Pero no. Quiso ayudar a Coolt, supongo, de lo cual sospecho se estará preguntando por qué lo castigaron con las fotografías que eligieron.
La nota para alguien que se topó con un guerrero del pasado, siempre presente en el recuerdo de los periodistas que lo conocieron, es demasiado extensa, no está bien encabezada, tiene algunos equívocos que no alteran la verdad y pinta bien al personaje que, además, es un mecenas en Del Viso, el lugar en el que vive Marcos, por todo lo que hizo y hace: escuelas, biblioteca, cooperativa, club con cancha de fútbol y mucho más.
No cualquiera lo hace por más poder que tenga.
La nota de los que tienen licencia y chapa para matar y la nota sobre vida y obra de Marcos Cytrynblum, el del millón de ejemplares de Clarín, hacen mucho bien, incluyendo al propio diario.
Aquí la nota de referencia: https://www.coolt.com/ideas/patriarca-pajaros_275_102.html
Fuente: Radio Gráfica, 4/12/2021,programa «De acá para allá», conducido por Emiliano Vidal, sábados de 12 a 13.
