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Por HÉCTOR AMICHETTI *
En 1895 los hermanos Lumière filmaron la primera película de cine que se llamó «La salida de los obreros de la fábrica Lumiére en Lyon»-
Ese mismo año, José Evaristo Uriburu asumió como Presidente de la Nación Argentina y a pesar de que no existía una CGT y casi no había fábricas, a lo largo de ese año fueron a la huelga los peones de puerto, panaderos, pintores, sastres, fideeros, talabarteros, zingueros, constructores de carros, carteros de pueblo y algunos más.
En febrero del ’95 nació Raúl Haya de la Torre en el Perú, en mayo Augusto César Sandino en Nicaragua y Lázaro Cárdenas en México, en el mes de agosto lo mataron a José Martí que integraba las fuerzas independentistas que habían comenzado la «Guerra necesaria» como Él la denominaba, para liberar a Cuba del dominio español.
El 8 de octubre nació Juan Domingo Perón por estos pagos.
Sandino se convirtió en el «General de Hombres Libres» combatiendo desde mediados de la década del ’20 al ejército de ocupación estadounidense.
«No me vendo ni me rindo, yo quiero patria libre o morir», fue la frase contundente de aquel «General de Hombres Libres» que logró expulsar a los yanquis pero terminó asesinado por la Guardia Civil de Somoza.
Haya de la Torre creo la Alianza Popular Revolucionaria (APRA), una fuerza política antiimperialista e impulsora de la integración latinoamericana.
Fue perseguido y protagonizó una frustrada revolución en Trujillo, varios de sus compañeros terminaron presos o fusilados.
«¡Ni con Washington ni con Moscú, sólo el Aprismo salvará al Perú!», era una de sus consignas. Luego el APRA haría alianzas con la oligarquía peruana para terminar abrazando las ideas neoliberales.
En las elecciones del año pasado obtuvo menos del 3% de los votos; Haya de la Torre había muerto cuatro décadas antes.
Lázaro Cárdenas fue un militar nacionalista mexicano, cuando le tocó ser presidente de la nación entre el año 1934 y el ’40, organizó a los campesinos y a los trabajadores para avanzar en derechos sociales, fue por la reforma agraria, nacionalizó los ferrocarriles y el petróleo y ofreció generoso asilo a los republicanos españoles.
Cárdenas murió en 1970 cuando en nuestro país alcanzaba su punto culminante la heroica resistencia por el retorno de Perón.
A diferencia del peronismo en Argentina, el cardenismo duró lo que un suspiro en la nación azteca.
Es que la Revolución Peronista, no fue una película como la de los Lumière, sino una realidad efectiva que dejó su huella profunda grabada en la conciencia y organización de buena parte del pueblo.
Y aunque una y mil veces intentaron borrarla con proscripciones, cárceles, persecuciones y genocidios, no lo lograron.
Un dato a señalar, como verán en las ilustraciones que acompañan este recuerdo, los rostros de Martí, Sandino, Haya de la Torre y Cárdenas en algún momento de la historia de nuestra América fueron impresos en los billetes de sus respectivos países.
A Perón se le niega ese reconocimiento porque, aunque haya muerto, su ideario sigue vivo y activo.
Es tiempo ya de remplazar animales por patriotas.
¡Viva Perón Carajo!
- Secretario General Federación Gráfica Bonaerense / Corriente Federal de Trabajadores / CGT
