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sábado , mayo 4 2024
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El golpismo macrista

 

Por ARMANDO VIDAL *

 

Emiliano, vamos a hablar de las pretensiones de Juntos por el Cambio de querer presidir la Cámara de Diputados y, por ende, de estar en la línea de sucesión presidencial, en tercer lugar después de la vicepresidente y de la titular provisional del Senado. O sea llegar al máximo cargo de la República sin el voto específico del pueblo. En el medio, golpismo puro.

Veamos.

La democracia como sistema de organización política es naturalmente imperfecta porque el poder de los pocos puede más que el voto de los muchos.

Por eso el poder de facto, el poder real, el poder económico, usa el despectivo término populismo contra todo gobierno que llegue al gobierno por el voto popular.

¿Qué arma de guerra contra la democracia tiene el enemigo, además de las convencionales como el poder económico? Tiene lo que desde el siglo XIX se llamaba “prensa”, y hoy se llama “poder mediático” porque además de los diarios y revistas –en franco camino de extinción- cuentan con televisión, canales, cables, agencias, redes y con agentes de servicios que se siguen llamando periodistas.

¿Qué es lo que sostiene la democracia, entonces?

La memoria de los gobiernos populares y también de sus golpistas.

Desde 1983, la memoria es el sostén de la democracia argentina, de lo que hicieron el poder económico y las Fuerzas Armadas en la última dictadura, la de 1976, la de los 30 mil desaparecidos, la de la deuda externa y también la de la Guerra de las Malvinas, desatada por los mismos asesinos que secuestraban, torturaban y mataban en el Plan Cóndor en el cono Sur al servicio de los Estados Unidos.

Ese espanto se mantiene en la memoria porque siguen los juicios contra muchos de aquellos asesinos en la Argentina de ayer, que también es la de hoy, la pobre y empobrecida Argentina jaqueada hoy con el último misil de los los 44 mil millones de dólares que Donald Trump canalizó por el FMI para Mauricio Macri –equivalentes a veinte naves al planeta Marte- sobre los que nadie da cuenta, algo increíble, salvo en la Argentina.

Sí, aquí, todo parece posible. Y no es atenuante que en el Uruguay del Frente Amplio de Pepe Mujica, ande hoy de rodillas un joven presidente llamado Luis Lacalle Pou –hijo y nieto de presidentes-, del partido Blanco aliado con el Colorado pro Washington-, ni que el pinochetista Santiago Piñera haya sido y sea presidente de Chile, ni el bestial Jair Bolsonaro gobierne Brasil, porque la Argentina está un paso adelante en esos procesos.

Y porque amenaza volver atrás, repetir su tragedia con el macrismo, cuyos personeros están dispuestos a todo, menos a ir a la cárcel, que hasta ahora es el destino en política de los no poderosos.

¿O acaso Milagro Sala no está presa desde hace más de 2000 días sin que ni siquiera haya tirado una piedra? ¿O la cárcel que se comió Luis D’Elía por reclamar en una comisaría por el crimen de un militante en La Boca?

Los otros no van presos. Ellos no, con democracia o sin democracia. Con democracia no, porque controlan la Justicia. Y sin democracia, no, porque son el poder.

Y, encima, ganaron las PASO.

Ganaron por la pandemia, en primer lugar pero también por el poder del poder que hizo de la oposición un bando complotado contra el gobierno de Alberto Fernández al que no le dio un día de respiro.

Nada, ningún respiro, cuando darlo es natural en política, después de una elección en la que el partido de gobierno derrotado pasa a integrar la primera fuerza de la oposición en el Poder Legislativo, que es uno de los tres poderes de la República.

Nada, ningún respiro. ¿Porque había un líder que así lo imponía? ¿Quién? ¿Macri? No. Él es un títere, que además siempre está de vacaciones.

Para ser parte de la política institucional en una República, una oposición que fue gobierno primero recompone la fuerza y inicia el proceso de renovación de sus dirigentes.

Los peronistas lo hicieron con el gobierno de Raúl Alfonsín. Un ejemplo para radicales de hoy de cerebros lavados. El Presidente Alfonsín cumplió con su promesa de campaña y envió al Congreso el proyecto de ley generador de los cambios necesarios para juzgar a los miembros de las tres primeras juntas de la dictadura.

Y la bancada peronista en Diputados participó, dio el debate, propuso cambios y votó, lo mismo que en el Senado, con el agregado que el senador peronista del Movimiento Popular Neuquino, Elías Sapag, aportó que el concepto militar de la obediencia debida no incluía la comisión de hechos atroces y aberrantes, o sea que los causantes de secuestrar, torturar y matar debían ser juzgados y condenados.

También estuvieron al lado del gobierno de Alfonsín, en 1987, con el levantamiento de los carapintadas. Y pagaron por ello, en particular Antonio Cafiero, que al año siguiente perdería una interna abierta con Carlos Menem, con todo lo que ello significaría hasta hoy.

Lo propio encarnó César Jaroslavsky, como presidente del bloque radical en la Cámara de Diputados, cuando el radicalismo por un golpe del poder financiero debió entregarle el gobierno a Menem, seis meses antes, cuando ya había operado el poder de facto sobre el caudillo riojano de las patillas para hacerlo rubio de ojos celestes.

Con el triunfo de Macri, en el 2015, también colaboraron los nuevos peronistas, en particular en la Cámara de Diputados, para que los dueños pasajeros del gobierno pudieran pagarle más de lo que pretendían a los fondos buitre. Debut en el gobierno de los grandes negociados en beneficio propio de Macri y asociados.

Todo con el apoyo y promoción de los grandes medios del poder, enemigos declarados de todo gobierno nacional y popular.

Sin saber lo que les espera en las elecciones del 14 de noviembre ya los macristas dicen los que les mandaron a decir que: quieren presidir la Cámara de Diputados. Golpismo por etapas, golpismo puro, al estilo de Jeanine Añez, la golpista boliviana presa.

¿Y el pueblo? ¿El pueblo argentino, el del 45 y el de los hijos y nietos del 45…se va a enterar por la televisión, por canal 13, de lo que le espera si no sale a la calle y no defiende su voto, el voto tan temido por los oli/garcas de hoy y de siempre?

Democracia, pueblo, calle, voto, gobierno sensible … y comienza, por fin, otra historia sin golpistas.

Golpistas, vieja epidemia en la política argentina.

 

  • Periodista / Congreso Abierto / Radio Gráfica, 2/10/2021, programa «De acá para allá», con la conducción de Emiliano Vidal. sábados de 12 a 13.

 

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