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domingo , abril 28 2024
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VENEZUELA Y LA HIPOCRESIA IMPERIAL

 

Por HÉCTOR AMICHETTI *

 

En Colombia hay democracia, en Venezuela dictadura, opinan los Estados Unidos y sus incondicionales aliados en América y en Europa.

En mayo de 2018 hubo elecciones en Colombia, sin brutales embargos estadounidenses ni desabastecimiento de parte de las oligarquías locales, ni campañas de boicot por parte de ningún partido político, apenas si votó poco más del 50% de los colombianos empadronados.

Con el respaldo de los votos comprados por el ganadero narcotraficante José José Guillermo Hernández Aponte, alias Ñeñe, y la bendición de los Estados Unidos, Iván Duque -delfín del veterano en matanzas Alvaro Uribe-, se convirtió en Presidente.

Colombia es el principal teatro de operaciones de los norteamericanos en América del Sur y no lo ocultan, hace un par de años el almirante Kurt W. Tidd, entonces comandante del Comando Sur afirmó: «Colombia es nuestro socio estratégico más importante en la región».

DEMOCRACIA TEÑIDA DE SANGRE

Esta es la cronología criminal que no puede ocultar la «democracia» de Iván Duque y el Comando Sur

El lunes 30 de noviembre fueron salvajemente asesinados por bandas paramilitares en el Valle del Cauca, el comunero indígena Romelio Ramos Cuetía y el líder juvenil y ambientalista de Chocó, Harlin Rivas.

El martes primero de diciembre la víctima fue Omar Bisbicús, referente indígena del Municipio de Ricaurte en Nariño.

El jueves 3 mataron a Miguel Tapí Rito, ex gobernador de las Comunidades indígenas de El Brazo y Bacurú Purú, también al ambientalista Javier Francisco Parra en el Departamento del Meta y a John Freddy Chicaiza Chindoy, comunero del pueblo de Inga.

El viernes 4 ejecutaron a sangre fría en el Municipio Buenos Aires del Cauca a Guildon Solís Ambuita, líder social de la Comunidad Muchingue.

El sábado 5 los paramilitares provocan una masacre en el Municipio Santander de Quilichao en la que pierde la vida Fernando Trochez Ulcue, ex miembro de las FARC y uno de los firmantes de los acuerdos de paz.

Al día siguiente es asesinado el dirigente social Joaquín Antonio Ramírez en Buenaventura, valle del Cauca.

En lo que va del año ya han sido asesinados 286 dirigentes sociales y suman 1054 los asesinatos desde la firma de los acuerdos de paz en septiembre de 2012.

Sin embargo para la «civilizada» comunidad internacional es en Venezuela donde son violados los derechos humanos.

SI ES ANTIIMPERIALISTA ES DICTADURA

Hugo Chávez falleció el 5 de marzo de 2013, al igual que Juan Perón a mediados del siglo pasado fue un hombre hondamente comprometido con la liberación nacional y la integración latinoamericana.

Cuando a Perón lo derrocaron en el ’55 festejaron en los Estados Unidos y también Winston Churchill en Gran Bretaña, a partir de entonces Argentina era un país democrático aunque el peronismo estuviera proscripto.

Nicolás Maduro reemplazó al Comandante Chávez como Presidente de Venezuela al obtener una clara victoria en las elecciones realizadas el 14 de abril de 2013.

Allí comenzó el plan de desestabilización de la Revolución Bolivariana que en el siglo XXI reemplaza los tradicionales golpes de Estado en Nuestra América.

El primer paso fue alentar a los grupos violentos de la extrema derecha, las llamadas «guarimbas», organizadas para ejecutar actos de vandalismo y provocar las inevitables respuestas del gobierno.

Hacia fines de 2014 el Congreso de los Estados Unidos otorga al gobierno de Barack Obama poderes extraordinarios para bloquear activos y prohibir transacciones financieras desde Venezuela con la excusa de que se estaban violando los derechos humanos.

Los precios del petróleo caen a 20 dólares por barril y los ingresos nacionales en la patria de Bolívar y Chávez se reducen un 70%, la oligarquía cipaya, en coordinación con los proveedores extranjeros, limita importaciones provocando desabastecimiento y una crisis inflacionaria.

El Citibank y otros bancos que Venezuela utilizaba para la compra de alimentos, medicinas y pago de deudas, cierran las cuentas de PDVSA y del Banco de Venezuela.

Las calificadoras de riesgo estadounidenses elevan el riesgo país de Venezuela ubicándolo como el más alto del mundo, contribuyendo así a impedir las fuentes de financiamiento necesarias para compensar la caída de los ingresos petroleros.

Las nuevas normas autoimpuestas por el capitalismo neoliberal dificultan la ejecución de un golpe militar directo o una invasión al estilo de las que se practican en Medio Oriente o en el norte del Africa, hay que utilizar nuevos métodos para desplazar del escenario político a los gobernantes rebeldes y líderes populares.

Mientras el Imperio compra aliados en el sur de América y agrupa más de medio centenar de países para aislar a Venezuela y provocar la caída del gobierno de Nicolás Maduro, no alcanza a comprender como millones de patriotas venezolanos duramente azotados por la crisis se mantienen leales a los principios de la Revolución.

El Imperio redobla la apuesta impidiendo a PDVSA recibir financiamiento del mercado estadounidense y prohíbe a la empresa venezolana Citgo, radicada en Texas, repatriar sus ganancias.

En 2018 resuelve un embargo petrolero no declarado, no permitiendo a PDVSA y Citgo vender producción en el mercado estadounidense.

La guerra económico-financiera ha sido declarada abiertamente.

En 2019 se produce la confiscación y robo de activos petroleros por casi 20.000 millones de dólares, además se secuestra oro y dinero fresco del país en la banca privada internacional por orden de los 5000 millones de dólares.

Se prohíbe a las refinerías de la Costa del Golfo negociar con el petróleo de Venezuela, lo que reduce medio millón de barriles de ingresos, equivalente a 18.000 millones de dólares.

El 23 de enero de 2019, el gobierno de Donald Trump reconoce oficialmente a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, sus lacayos representantes en Colombia, Brasil, Perú y Ecuador lo imitan.

Ante la imposibilidad de derrocar al gobierno democrático hay que inventar otro paralelo.

Este domingo hubo elecciones en Venezuela y el pueblo ratificó en las urnas el apoyo al Presidente Nicolás Maduro, no hubo proscripción alguna, sin embargo una parte de la oposición resolvió no participar en los comicios para no demostrar su debilidad.

En lo personal, valorando a los millones de venezolanos y venezolanas que pese a los enormes dificultades que padecen reafirmaron con un voto de conciencia su compromiso con la Revolución Bolivariana, los relaciono con los millones de compañeros y compañeras peronistas que durante 18 años fueron protagonistas de la heroica resistencia, no eran todos los peronistas, pero eran los necesarios como para lograr que el Peronismo vuelva y no muera jamás.

Chávez y Perón hacen un guiño desde el cielo, ellos saben muy bien lo complicado que es hacer una revolución emancipadora con la formalidad de una democracia liberal y los Estados Unidos como gendarme que nos vigila.

El General San Martín y Simón Bolívar aplauden, después de todo fue el Libertador quien nos advirtió hace 200 años:

«Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria a nombre de la libertad».

 

  • Secretario General Federación Gráfica Bonaerense / Corriente Federal de Trabajadores / CGT

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