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RUSIA EN ARABIA SAUDITA / Lazos que se rompen, lazos que se fortalecen

Por GABRIEL FERNÁNDEZ *

En los días recientes, el presidente ruso Vladimir Putin se reunió con sus colegas turco e iraní para resolver la situación en Siria tras el retiro estadounidense y el intento de la OTAN de insistir en el sendero bélico al promover bandas mercenarias en la zona. Luego, viajó a Arabia Saudita, nación que no visitaba desde el 2007, para plasmar un acuerdo sobre la situación petrolera e insertar a la monarquía dentro del esquema defensivo euroasiático.

«En cuanto a la asistencia a Arabia Saudita, a propósito, en el mismo sagrado Corán se habla de lo inaceptable de cualquier tipo de violencia, excepto [si se utiliza para] la protección de su pueblo. Con el fin de proteger a su pueblo, a su país, estamos listos para brindar asistencia adecuada a Arabia Saudita«, afirmó el líder ruso. Como colofón, Putin regaló un halcón gerifalte al rey saudí, Salmán bin Abdulaziz (foto). Sugerimos releer la segunda parte de su frase.

Rusia y Arabia Saudita suscribieron la carta de cooperación OPEP+. Esa denominación agrupa a los 14 países de la entidad y a diez países no miembros, oficializando un acuerdo aprobado pocos meses atrás. El documento busca «reforzar la cooperación […] y apoyar más la estabilidad de los mercados petroleros», explicó el ministro de Energía saudita, el príncipe Abdulaziz bin Salmán. La nueva realidad económica internacional ha tornado dúctil el liderazgo monárquico, presentado durante largos períodos como cerrado y unidireccional.

En el pasado mes de julio, los 14 miembros de la OPEP y sus diez socios, Rusia entre ellos, aprobaron en Viena una Carta de Cooperación que afirmaba sus vínculos con el objetivo de estabilizar los precios del petróleo. Por entonces dispusieron una prórroga de nueve meses en su acuerdo para reducir su oferta acumulada de 1,2 millones de barriles diarios respecto a octubre de 2018. Su alianza, informal hasta la fecha, surgió a fines de 2016, en un contexto de caída en los precios del crudo.

Como adelantamos en La Señal Medios, hace rato que la alianza entre Arabia Saudita y los Estados Unidos origina bastantes penas y escasas glorias a la monarquía absoluta. El forzamiento político de un dumping demasiado prolongado en el tiempo generó dificultades internas en el régimen. Mientras exigía el esfuerzo, el país del Norte disparó sus reservas y su producción. Montado sobre el fracking advino –este año- en el principal exportador mundial de petróleo. Ante el desencanto saudí, Rusia se acercó para ayudar a vislumbrar un sendero.

Por eso se ha concretado este pacto. El factor institucional juega: la firma se produjo en el marco de una visita de Estado del presidente ruso, quien fue recibido por el rey de Arabia Saudita, Salman bin Abdelaziz, en el palacio real en Riad. Los mandatarios coincidieron en presentar el cónclave como una iniciativa destinada a estrechar la cooperación bilateral y acercar posturas políticas. Cuando se habla de política y petróleo, es inevitable saber que Rusia tiene muy en cuenta los intereses iraníes por un lado y las necesidades de la industria china, por otro.

Tras el recibimiento formal, en el que estuvo presente Mohamed bin Salman -príncipe heredero-, el monarca alabó «las relaciones entre los dos países en todos los campos» y aseguró que la visita es «una gran oportunidad para reforzarlas».  Además, «Arabia Saudí espera trabajar con Rusia para lograr la paz, la estabilidad y la seguridad, y luchar contra el terrorismo», dijo el rey, en declaraciones muy difundidas por la emisora del reino. Por su parte, Putin destacó que la coordinación entre Riad y Moscú «es importante para reforzar la seguridad y la estabilidad en Oriente Medio». Según declaraciones recogidas por los medios locales el jefe del Kremlin aseguró que «Rusia está prestando una atención especial a mejorar las relaciones con Arabia Saudí».

Esas palabras no configuran alarde. La cuestión de la seguridad regional ha alcanzado una singular trascendencia. Putin destacó que los acuerdos sellados con el rey Salman hace dos años se están implementando. En aquel entonces, los dos países firmaron pactos militares de transferencia de tecnología para la producción de armamento ruso en territorio saudí; por dar un ejemplo, un contrato para la fabricación de fusiles automáticos Kaláshnikov A-103. Fusiles célebres en todo el planeta.

El presidente ruso agregó que el intercambio comercial entre Rusia y Arabia Saudita ha aumentado en un 15 por ciento, alcanzando los 1.000 millones de dólares el año pasado. El vínculo tiende a incrementarse: ambos países sellaron este lunes veinte acuerdos en energía, minería, industria aeronáutica, comercio, administración pública,  sanidad, turismo y cultura. Y esta misma semana se celebró la primera reunión del Consejo Económico ruso-saudí en Riad, en la que empresas privadas de los dos países sellaron diecisiete acuerdos en los sectores de transporte, energía y tecnología, incluidos diez pactos de la compañía petrolera estatal saudí, Aramco, con firmas rusas.

Es preciso recordar que en ambas naciones el proceder económico de las compañías privadas no es aleatorio ni está determinado específicamente por los directorios de las mismas. Aunque sus propietarios tienen responsabilidad en el diseño de los negocios a abordar, el monitoreo de los Estados permite una orientación coordinada según lo que cada liderazgo considera adecuado para los intereses nacionales. Situaciones semejantes se reiteran en China e Irán, para seguir con el hilván. A ningún empresario privado se le ocurrió salir a declarar en la prensa mundial sobre violaciones a la libertad comercial.

Por décadas, todo análisis internacional se basaba en la fortaleza de la relación de Arabia Saudita con los Estados Unidos y la OTAN. El panorama está cambiando con ritmo acelerado y a partir de ahora el foco tendrá que ser más preciso. Asimismo, esas interpretaciones daban por descontado que, en cada temporada, una delegación norteamericana se acercaría a Riad para garantizar –a veces, con tono desesperado- la provisión de crudo. También aquí la situación se está modificando. Si reflexionamos un poco sobre los lazos saudíes con varios actores del mapa de Medio Oriente, podemos sacar conclusiones conmocionantes.

  • Director La Señal Medios / Sindical Federal / Area Periodística Radio Gráfica

 

 

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