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Por GABRIEL FERNÁNDEZ *
Los estadounidenses concurren este martes a las urnas para escoger a un tercio de los miembros del Senado, renovar toda la Cámara de Representantes y elegir a 36 de los 50 gobernadores de los Estados.
Toda la campaña, como podía preverse, se ha desarrollado alrededor del presidente Donald Trump. La expectativa de participación masiva a cuenta del voto anticipado registrado (34,5 millones, un 50% más que en 2014) tiene varias lecturas.
Los grandes debates cruzados de los años recientes han repolitizado a una zona vasta de la sociedad norteamericana.
Muchas personas beneficiadas por la política económica industrial se suman a la participación, mientras otras tantas, que rechazan el decir oficial, se han sentido incentivadas a combatir al jefe de Estado.
Las elecciones legislativas suelen resultar difíciles para los oficialismos. Las últimas, de 2014, damnificaron a Barack Obama. Los republicanos recuperaron el Senado y ampliaron su mayoría en la Cámara baja. Esta vez, las encuestas dan como favoritos a los demócratas para hacerse con esta última, pero tienen dificultades para hegemonizar el Senado.
¿Qué puede pasar? Hay tres escenarios posibles. Uno, que los republicanos logren mantener el control de todo el Congreso, lo cual reforzaría sin dudas la acción trumpista.
Otro, que los demócratas recuperen la Cámara de Representantes pero no consigan el Senado. Eso implicaría equilibrio de fuerzas y problemas para ambos, una suerte de traba institucional.
El tercer escenario, la victoria demócrata en todo el Congreso, generaría un terremoto político y la oposición intentaría impulsar un proceso de destitución (impeachment) del presidente.
Esa acción político jurídica sería implementada en base a las poco fundadas sospechas de una connivencia de Trump con el líder ruso Vladimir Putin para incidir en los comicios que permitieron al rubicundo hacerse del Poder Ejecutivo.
Curiosamente, aunque los dos años recientes configuran el único período de crecimiento económico que pueden mostrar los Estados Unidos en décadas, los medios han resuelto menoscabar la trascendencia del dato.
El grueso de las coberturas están situadas sobre asuntos que otrora no merecían mayor referencia, como los migrantes y los derechos cívicos.
En esa dirección, la gran Marcha de Migrantes que se desarrolla hacia la frontera sur norteamericana amerita varios interrogantes: su organización parece compleja y prevista por agrupamientos con perspectiva y capacidad operativa.
De allí que las acusaciones sobre empresarios decisivos del capital financiero internacional que objetan a Trump haya surgido rápidamente.
De hecho, las condiciones de esas personas eran igual de graves durante las administraciones estadounidenses previas. Sus problemas, hoy son bandera. Justo cuando la industria renace en la potencia del Norte.
• Director La Señal Medios / Sindical Federal / Area Periodística Radio Gráfica.
