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Por GUSTAVO RAMÍREZ *
I
La economía y la política no resultan un relato de Fante. Bueno. Lo podemos reconocer. Tal vez sí. Sobre todo si encasillamos la narración en la cavidad del hiperrealismo sucio.
Hay un cuento. Todos tienen uno. Que nos dice que aun cuando la cosa esté mal lo mejor que podemos hacer es tomarlo con sorna. El Gobierno de Mauricio Macri parece hacer de esa premisa un himno a la alegría, aun cuando los datos económicos resulten ser una fiel exposición de las decisiones políticas.
La construcción idealizada de la derecha autóctona edifica su coyuntura en la desdramatización de países “desarrollados”. La fantasía discursiva precariza la estandarización del modelo. Sobre todo porque termina por ocultar datos de una fenomenología que genera graves profundos agujeros negros en el mapa social.
Cambiemos evangeliza, casi patológicamente, sobre la entrada de Argentina al Mundo. Ese Mundo, que no es el mundo, representa el interés global de la capitalización financiera. Bien. Nos subieron a una hamaca voladora. Hace calor y no es el verano crudo de una Buenos Aires hermosamente insufrible. Es el fuego venenoso del Mercado el que nos quema. Aun cuando exista un ciudadano promedio que este convencido que ese Mundo, el que presenta Macri, es su representación y voluntad.
Si nos sumergimos en el hiperrealismo sucio de la economía nacional Roma queda en la sucursal rubia y blanca de algún banco. Roma, amigo, queda en Wall Street. En el año 2012 el periódico Wall Street Journal lanza un titular paradigmático: “Para las grandes empresas, la vida es maravillosa”. Un fragmento del discurso amoroso.
El elemento de curiosidad es que cuanto más crece la rentabilidad de las grandes empresas más pequeña es la participación de los trabajadores en la “renta nacional”. En el 2013 un estudio de economistas de la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago, daba cuenta que de 56 países 38 registraban “una caída significativa de la participación de los trabajadores en la renta nacional”. Entre esos países estaban Estados Unidos, Japón, Canadá, Francia, Alemania y China. Mientras que nuestro país mantenía los índices de participación en términos elevados.
Estados Unidos es un modelo a seguir en el relato macrista. Vamos. Todos tienen un relato. Así que ahí está Roma.
II
¿Usted de verdad quiere entrar a ese Mundo o desea, en éste verano, dedicarse a la caza del tiburón blanco?
Vea. Obama deja la presidencia de Estados Unidos con 43 millones de personas pobres. Una tasa de desempleo del 4,9 por ciento, lo que equivale a 7,8 millones de desempleados. Un informe de la Agencia Central de Inteligencia asegura que la desigualdad “de las rentas, en Estados Unidos es equiparable a la de Filipinas y es mucho mayor que la de Egipto, Yemen o Túnez”.
En el 2013 el 0,1 por ciento de la gente más rica del país del norte acaparaba el 20 por ciento de la riqueza. En el 2014 el 1 por ciento posee la mitad de la riqueza. Los ricos, en Estados Unidos, alcanzaron su pico de poder adquisitivo desde los años ´30.
Durante 1950 el sector financiero, representaba en el país de Obama, el 2,8 por ciento de la economía. Durante el 2011 el porcentaje llegó al 8,7 por ciento. Para 1980 los activos de los bancos representaban el 55 por ciento del PBI al 95 por ciento en el 2000.
En su libro El Auge de los Robots, Martin Ford, ensayista y empresario de Silicon Valley, describe: “Mientras la administración Nixon se iba a pique, se produjo otro acontecimiento que nadie había previsto y que superaría el impacto del escándalo Watergate y de la crisis petrolera: 1973 fue el año en que el salario de los trabajadores llegó a su máximo nivel. Un trabajador típico del sector privado – casi la mitad de los trabajadores de la época – ganaba lo que hoy equivaldría a 767 dólares a la semana. Al año siguiente, los salarios empezaron a bajar y desde entonces no se han recuperado. Después de cuatro décadas, ese mismo trabajador estaría recibiendo 664 dólares semanales, lo que supone una caída del 13 por ciento”.
Simple. La política que Obama llevó adelante en Estados Unidos es la que quiere imitar, en parte, el Gobierno argentino. Las consecuencias, entonces, no pueden entenderse como crecimiento o desarrollo social.
III
Según los datos vertidos por el informe de la Universidad Metropolitana Para la Educación y el Trabajo, durante el 2016 el costo de vida para los trabajadores ascendió un 40,6 por ciento. En tanto, el poder adquisitivo del salario cayó un 6,1 por ciento.
Los números del INDEC, que de la noche a la mañana pasó a ser creíble para el marketing mediático, demuestran que la alegría PRO se derrumba con el peso propio de una economía en crisis. Para el primer trimestre del 2015 la tasa de desocupación alcanzaba el descenso más significativo de la gestión anterior con un 5,9 por ciento. Con la llegada del macrismo al gobierno el índice de desocupación trepó al 8,5 por ciento. Traducido: 1,1 millones de personas están sin trabajo y hay 300 mil nuevas personas sin trabajo.
Así como hicieran la dictadura y el gobierno menemista, la gestión cambiemos se inclinó por el fortalecimiento del mercado financiero. Esta nueva coyuntura se observa en el registro de renta ganada, en éste último año, por las entidades bancaras. Para septiembre del 2016 el BCRA informaba que las ganancias del sistema financiero trepaban eran un 43,9 por ciento más que el año anterior.
Para el segundo trimestre del 2016, período durante el cual el Gobierno esperaba la “lluvia de inversiones”, el 10 por ciento más rico acumuló un ingreso del 23,2 por ciento mayor al 10 por ciento más pobre. Durante el 2015 esa acumulación era del 18,7 por ciento. En un año la desigualdad social y la pobreza pasaron del 27,3 por ciento al 32,2 por ciento de la población. La transferencia de la riqueza fue sistémica y abrupta.
El Gobierno pretende parar la inflación con la caída de la actividad económica. La financiarización de la economía trae resultados catastróficos para los sectores más vulnerables de la población y promueve la movilidad social descendente en el campo social.
La devaluación de la moneda, la desprotección del mercado interno, la retracción del consumo y la caída del salario ensanchan las brechas sociales. Esa es la “grieta” de la cual no hablan los medios empresariales al servicio de la oligarquía financiera. La alianza con las finanzas internacionales se dio cuando Macri pagó a los fondos buitres.
¿Un dato más? En la última semana de noviembre del 2016 la cámara de exportadores de granos CIARA-CEC daba cuenta que la liquidación de divisas “de las exportaciones de productos agrícolas” acumulaba un total de 1.384 millones de dólares. La cifra representa un 212 por ciento más que mismo período del año anterior. Tal como lo indica el informe Económico Mensual del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz.
IV
En medio de un verano siempre sofocante en la ciudad, el macrismo profundiza sus decisiones políticas, que no son otra que cosa que decisiones económicas. Para ello modifica el estatuto social y criminaliza la protesta. Para ello cuenta con la anuencia de los medios empresariales y de los periodistas que perdieron la ética en el espejo da la falsa moral.
El modelo M recompone viejas recetas y se instala en el paradigma de una conformación mundial que genera mayor inequidad social. La pornografía de cambiemos tiene su correlato en un deformación discursiva que altera las constancias temporales para evadir la responsabilidad política. No es la “pesad herencia” la que acorraló a la economía argentina. Es la decisión política e ideológica de creer que en el negocio continuo esta la solución. El Mundo M es un conglomerado de CEOS que fagocitan la limpieza étnica por medio de la selección económica. Si no podés adaptarte a la competencia, estás fuera.
Cuando era jefe de Gobierno de la Ciudad Macri no se cansaba de mendigar amor en la embajada de Estados Unidos. Basta con ver los cables de Wikileaks. En ellos se refleja su odio de clase respecto al peronismo y en especial al Kirchnerismo. Su operadora política en la Embajada era y es Gabriela Michetti. Para 2010 propiciaba jugosas reuniones entre banqueros, empresarios y políticos, de manera secreta con el Presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti. La idea: Eliminar todo vestigio del populismo kirchnerista anti-norteamericano. Claro que en tal sentido el populismo es traducido como proteccionismo y proteccionismo es entendido como alianza anti-financiera.
Es verano. Algunas lluvias parecen impiadosas. No son inversiones, claro. Como paradoja hay una porción del país que se incendia. Tal vez y sólo tal vez, sea el oeste de Roma.
* AGN Comunicaciones / La Señal Medios
