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Tras 52 años de conflicto armado, estuvieron las condiciones acordadas para un trascendente acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC. El periodista Aram Aharonian calificó de “histórico” al proceso de paz y que está “tocando los intereses de quienes apostaron a la guerra: el poder fáctico colombiano”.
El director de Question afirmó en Radio Gráfica “que desde los acuerdos de paz en El Salvador y Guatemala, América latina no vivía un sueño de paz tan grande. Mucho tuvo que ver la diplomacia cubana para que se puedan generar los ámbitos propicios“; pero aclaró que los problemas que produjeron el conflicto hace medio siglo, siguen vigentes: “en Colombia sigue vigente la problemática de la tierra, el trabajo, la distribución de la riqueza, la justicia social, los millones de desplazados y la cultura de la guerra. Ahora hay que poner ladrillo por ladrillo. Se van a caer muchas paredes, pero este es un inicio”.
El próximo 2 de octubre el pueblo colombiano refrendará – o no – el acuerdo en un plebiscito. Para Aharonian “por más que el mismo salga negativo, el proceso sigue. Se están largando muchas bolas desde el exterior hacia adentro. Creo que ganará el Si. Ya se ha ganado fuerza por las grandes movilizaciones de movimientos sociales y campesinos. Esta es una realidad que durante el gobierno de Uribe se ocultó. Durante sus ocho años de gobierno negó el conflicto mientras se asesinaban campesinos como guerrilleros dando cuenta de enfrentamientos que no existían”.
Finalmente, consultado por Gabriel Fernández, el periodista dio cuenta de un proceso de paz en un país con siete bases militares estadounidenses: “Obama busca sacarse los conflictos del patio trasero. Así lo ratifica este proceso de paz en Colombia y el acercamiento a Cuba. Estados Unidos busca que no haya conflictos en el continente ya que la guerra en Medio Oriente no da abasto. Estados Unidos apuesta a un patio trasero en paz”.
“Eso no significa –aclaró– que no siga incidiendo en la política interna de Colombia ya que es el principal productor de drogas del país con mayor consumo de cocaína. Obviamente la DEA siempre estuvo más interesada en el lavado de dinero que los grandes traficantes. Hay jefes del narcotráfico y el paramilitarismo deportados en los Estados Unidos, pero eso no significó que el tráfico haya finalizado. También hay bandas paramilitares que aun funcionan en territorio colombiano con el apoyo informal de las fuerzas armadas y los Estados Unidos”.
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