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Por LIDO IACOMINI *
No es el cinismo del discurso de Mauri Macri lo más importante de estas jornadas finales del «verano» de la nueva gestión gubernamental de la derecha. El paquete principal ya está puesto sobre la mesa y comienzan a desatarse los hilos que sujetan el monstruoso «regalo» a la nación que tiene adentro. A los que lo votaron y a quienes no lo votamos. Parece una suerte de gran «megacanje» aggiornado por los fondos buitres con la cobertura de Griessa y es así porque la gestión de Prat Gay es un revival del D. Cavallo recargado y finisecular. Sus consecuencias no serán menores a las que vivimos en el 2001 y ni siquiera se compadecerán de la verdadera herencia dejada por Cristina y Néstor: una deuda menor y más ordenada, resultado de la llamada política de desendeudamiento por ellos pergeñada y ejecutada.
Ahora sí, la suerte de la nación está en serio peligro y con ello los argentinos todos. La «operación» se completa con la demonización de los doce años kirchneristas coronada con el inicio del juicio a Cristina Kirchner, que aunque incomprobable, cargará con el «asesinato» de Nisman sobre sus espaldas apoyado en las declaraciones del espía que retornó del norte, apalancado en la CIA y debidamente entrenado.
La primer movida parlamentaria es destrabar de la Ley Cerrojo y de Pago Soberano, postergando, para facilitar la tarea colaboracionista del «peronismo tránsfuga» que debilitó nuestro bloque, el debate sobre los números reales de la hipoteca a favor de los bancos internacionales.
Entre esos legisladores hay viejos y nuevos traidores, están los que siempre compartieron la ideología de la reacción tan solo disimulada por oportunismo y conveniencia y los nuevas basuras como Bossio y companía. Pero también hay otros que hoy, presionados por el chantaje del macrismo que maneja la «caja», y apretados por sus gobernas, necesitan los fondos para asegurar la gobernabilidad de sus provincias y anteponen comprensibles necesidades concretas y reales al interés supremo del pueblo todo. Porque no se puede eludir que lo que estamos discutiendo es la creación de las condiciones de un nuevo ciclo de reendeudamiento y subordinación de la economía al capital financiero internacional y que quienes lo faciliten, aún comprendiendo sus razones e incomodidades de Judas conflictuados, estarán marcados por la historia pero también por el movimiento concreto de la política nacional actual.
Al menos hoy jugarán en el bando de los traidores, mal que les pese. Y esto no puede dejar de señalarse fuertemente ni obviarse en aras de una unidad política electoral que en algún momento llegará a ser actual pero hoy es virtual. Amén de ineficaz y difícilmente comprobable ese electoralismo no puede ser asumido por el PJ so riesgo de terminar construyendo nuevamente un flan inútil y un desengaño a las esperanzas organizadas de sus nuevos afiliados. Lo que hace falta son instrumentos de lucha lo suficientemente aguerridos como para enfrentar un proyecto maligno que viene de la mano del imperio.
Está claro que bajo la excusa de facilitar la gobernabilidad a Macri y sus secuaces lo que hacen los abridores de puertas es colaborar en el reendeudamiento argentino que Macri y Prat Gay pactaron ya con el JP Morgan, HSBC, Santander, Deutsche, BBVA, Citi y UBS ….y con la entrega de Cristina y su potencial y peligroso liderazgo en manos de los Bonadío y Cía.
Si no son los legisladores será el pueblo quien lo impedirá. Y si tenemos que ser minoría en esta circunstancia será desde esa condición que habrá que remontar. La valentía del Chivo Rossi en el Congreso del PJ es heredera de los atrevimientos de Néstor Kirchner, que es en estos momentos difíciles lo que debemos valorar.
* Carta Abierta.
