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viernes , marzo 29 2024
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Oscar Raúl Cardoso. El impulso para una mirada que llegó lejos

 

Por GABRIEL FERNÁNDEZ *

 

El agitado panorama internacional nos pide volver a las fuentes. Dos grandes razones acompañan la exigencia: el valor de mirar desde atrás para absorber la dimensión de los cambios, y la gratitud para quienes abrieron un sendero interpretativo.

En la indagatoria sobre las vicisitudes presentes, surgió el comentario de un colega: las consecuencias del accionar occidental sobre Rusia y China en los años 90, fueron anticipadas hace bastante tiempo. Enseguida saltó el origen, sin necesidad de grandes repasos.

El asunto no era dar con un diplomático que alzara el dedo a modo de advertencia, sino con un analista que explicara con nitidez el futuro inserto en aquél período oscuro para la humanidad. Como lo leímos, lo recordamos: en varias columnas Oscar Raúl Cardoso presentó un diagnóstico en proyección que se percibe en los días que corren.

Aunque fueron varias las notas que insertaron la temática en el área internacional de Clarín, existe una entrevista del Instituto de Relaciones Internacionales en la cual el periodista pudo ahondar y sintetizar los planteos. La tenemos aquí, en nuestras manos, y resulta válido someterla a una revisión. Data del año 2000; puede interesar a quienes nos acompañan hoy en este decurso comprensivo.

Tras efectuar una serie de referencias atinadas sobre el menemismo y lo que consideró su continuidad cultural, el delarruísmo, (“15 años de siesta sin sueños”) Cardoso se zambulló en las revueltas aguas planetarias:

“Kosovo fue el salvataje político de la OTAN. La Organización del Tratato del Atlántico Norte con la operación de Kosovo, esta guerra postmoderna, post-heroica, esta guerra breve, más complicada de lo que se planificó al comienzo, lo que hizo fue salvar a la OTAN. La Organización, desde el colapso del socialismo, tuvo grandes signos de interrogación, incluyendo esta idea instalada en las dos guerras mundiales del siglo XX de que la defensa de Europa occidental era un problema norteamericano”.

La OTAN, según Cardoso, “necesitó reinventar un espacio, porque es la herramienta más concreta de poder que tiene EEUU en el futuro europeo. Con esto, esta operación entre comillas exitosa, este operativo militar tan promocionado se puso en marcha para salvar a kosovares y se terminó matándolos. (…) La OTAN lo que hizo fue encontrar una excusa política. Algunos dicen que así reencontró una misión, pienso que lo único que ha hecho fue postergar la respuesta a los interrogantes sobre su utilidad o no en este mundo post guerra fría. Esto es lo más importante, todo lo demás fue show”.

Entonces “la continuidad de la Unión Europea y su emergencia, como nuevo polo de poder en un contexto multipolar le va a demandar en algún momento cierta independencia de la influencia de EEUU. Esa va a ser una situación conflictiva y no sé si van a encontrar un territorio pequeño para bombardear, para justificar. Con esta pauta de imaginación en la dirigencia europea sobre qué hacer con la propia seguridad creo que hay una hipoteca a corto plazo. Las demandas serán otras y si no hay guerra fría, va a ver guerra comercial caliente, luchas de espacio por mercados que tendrán alguna forma de manifestación militar”.

De ahí, fue al nudo del opuesto: “El problema es: ¿puede China seguir siendo una única China?, no tengo respuesta para esto. China, una quinta parte de la humanidad vive ahí, es uno de los lugares del mundo que más riesgo de balcanización tiene, digo esto sin ser un experto. Si esta premisa no se verifica, si tal riesgo no se materializa, el otro riesgo que existe es que China va a buscar un lugar en el concierto internacional que sea simétrico a cómo se ve a sí misma. Acá sólo veo puntos de conflicto”.

¿Y Rusia? El periodista arrancó en panorámica. “El Cáucaso es una región de conflicto potencial. Pienso que ahí es donde EEUU está tratando de darle una zancadilla energética a Rusia. Energética y política”. Por eso “EEUU quiere adecuar la región que comprende Georgia, Azerbaiyán, Armenia. Hay una necesidad de sentar preeminencia y generar expresiones de poder alternativas al poder histórico que Rusia ha tenido como potencia regional. Puede ser a través de oleoductos o gasoductos que no pasen por territorio ruso, sacando a la región de la condición clientelista que tuvo históricamente en materia comercial y de seguridad antes del marxismo y esto no va a ser sencillo. Aunque Rusia ha pasado demasiado tiempo cerca del colapso como Nación, no creo que EEUU lo obtenga gratis”.

De hecho, no logró las obras de infraestructura que le permitieran encarar la nueva etapa; la inversión ya no era el fuerte del esquema financiero. Dijo Cardoso: “Es una región poco entendida donde se está jugando un juego grande como dicen los estrategas, y vamos a tener un conflicto mayor. Cualquier problema que involucre a Rusia, de modo directo o indirecto, siempre es un conflicto mayor. Recién se está gestando”.

Allí el periodista transmitió su mayor acierto: “Occidente ha jugado mal con algo que es central, que es el prestigio de Rusia. No sólo la ha acompañado en un proceso de humillación sino que además la humilló gratuitamente. El prestigio sigue siendo hoy como lo era en el mundo de la guerra fría, o aún antes, un factor importante en las relaciones internacionales. Rusia pudo haber caído, pero no todos son asientos contables y la percepción que los rusos tienen de sí mismos en un contexto doméstico, miserable, salvo para los pocos que se hicieron ricos en el nuevo orden, está asociado con un deseo de presencia internacional. Rusia sigue sometida a una humillación. El día que esa humillación nos sea devuelta en la intemperancia de la sociedad rusa, vamos a tener por lo menos un problema a escala internacional, porque Rusia, aún como está hoy, postrada, es un conflicto mayor, no menor”.

Esta frase evidencia los niveles de entendimiento alcanzados por quien aquí evocamos. La charla resultó extensa y abarcó desde América latina hasta Africa. Rescatamos los ejes de la zona que venimos estudiando en la actualidad.

Quien redacta, que en otras ocasiones ha manifestado gratitud para tantos hombres y mujeres cercanos que realzaron este oficio, hoy pretende subrayar la labor de alguien a quien no conoció pero siempre leyó con atención. En cada tramo de esta vida laboral apareció la sorpresa por la confluencia, pues Cardoso ligaba su potente análisis mundial con un conocimiento a fondo del movimiento obrero argentino. En apariencia, dos “secciones” periodísticas desligadas entre sí, hasta en la geografía dispuesta puertas adentro de las redacciones. Pero hay un vínculo.

Esa relación, intentamos transmitirla a las nuevas generaciones y quizás algo se haya logrado. Pues ¿de dónde surgía la hondura de la dimensión regional que transmitía el analista? La respuesta puede estar soplando en el viento, o charlando con los delegados de fábrica. Quién sabe.

Frente a las gratas consideraciones que arriban bajo los artículos recientes a modo de comentarios, mensajes y difusiones con sugerentes añadidos, este narrador necesita confesar que no ha inventado pólvora alguna; apenas intenta seguir, con dificultad ostensible, un camino diseñado por grandes arquitectos; entre los cuales destaca Oscar Raúl Cardoso.

 

  • Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica / Sindical Federal

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