LAS REVOLUCIONES SE EJECUTAN CON SABIDURIA

En Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil, Perú, Ecuador y Colombia gobierna la derecha absolutamente disciplinada por el neoliberalismo e incondicionalmente leal al mandato de los Estados Unidos.

A ese bloque continental se ha sumado hace un par de meses Bolivia como consecuencia de un brutal golpe de estado con activa participación militar, al estilo de los que no se ejecutaban en la región desde hace más de 40 años.

En territorio sudamericano solo resiste Venezuela, acosada por los cuatro costados y en medio de una muy complicada crisis.

En ese contexto el Peronismo ha recuperado el gobierno en Argentina constituyendo, como ha sido histórico, un Frente con sectores que tienen compromiso dispar con la profundización de un auténtico proyecto de liberación, pero que en general rechazan el modelo neoliberal.

En lo interno el panorama es sumamente complicado, cuatro años de saqueo no solo condicionan la recuperación económica y social de Argentina por el brutal endeudamiento externo, limitan muchas de las acciones necesarias y urgentes por el vaciamiento que ha hecho el gobierno anterior de Ministerios y demás dependencias públicas y de las empresas del Estado.

La fuerza social que ha perdido las elecciones, no oculta su táctica de repliegue estratégico, está demostrando que mantiene férrea organización para defender sus privilegios y control de los medios masivos de comunicación que despliegan intensa tarea para formar opinión pública en contra del gobierno democrático, explotando los condicionamientos que debe sortear para poder implementar soluciones rápidas e ideales, producto de ese campo minado que ellos mismos dejaron.

Estados Unidos tiene muy en claro que debe impedir una experiencia exitosa en Argentina en la medida que vaya en contra de sus intereses de dominación continental.

Y bien sabemos que no habrá experiencia exitosa para el pueblo argentino si no rompemos esa dependencia.

Es preciso que los peronistas tomemos plena conciencia de esta situación y articulemos con sabiduría la acción del Estado con las Organizaciones Libres del Pueblo.

Allí radica nuestro verdadero poder.

Del acierto de nuestras políticas y la consolidación en cada paso que vayamos dando de nuestro proyecto histórico, no solo depende la suerte de los argentinos y argentinas, me atrevería a decir que se juega también el destino de Nuestra América.

No detenernos en contradicciones secundarias es nuestro deber de buenos peronistas y es además un compromiso irrenunciable para cumplir con el sueño inconcluso de Perón y Evita y para honrar la vida y la muerte de todos nuestros héroes y mártires.