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domingo , mayo 19 2024
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CALLES ARGENTINAS / Límites al macrismo

Por LEONARDO MARTÍN *

La inmensa convocatoria del viernes en el acto por el Día del Trabajador generó la primer crisis en el gobierno de Mauricio Macri. El GPS en la Casa Rosada debería estar recalculando los pasos a seguir para el futuro próximo. Sí continúa en el mismo camino como si nada hubiera pasado va derecho a una confrontación de final incierto con un altísimo costo político. Si toma nota de lo que pasó el viernes tendrá que rectificar políticas, ceder posiciones en su restauración conservadora o tomar el riesgo de sobrevivir con una legitimidad deteriorada con un Congreso en donde carece de mayoría propia, con sindicatos activos para defender sus intereses y con una parte importante de la sociedad argentina movilizada y consciente de lo que está en juego. Puede tener el favor de las corporaciones, de los sectores más concentrados de la economía, un potente aparato comunicacional a su favor y un Poder Judicial con capacidad para atacar a sus rivales pero los límites son muy evidentes. Apenas en 140 días de gobierno tuvo tres  actos multitudinarios en su contra y otros tantos también de envergadura.

La declaraciones posteriores de Marcos Peña y de algunos ministros buscando minimizar e intentando explicar que tienen “la misma agenda que los trabajadores” puede ser útil para salir del paso y ofrecer un título a los medios, no mucho más que eso. La realidad marca que en los poco más de cuatro meses de gobierno macrista los trabajadores son los que han cargado con el peso del ajuste con una devaluación del 50 % con el traslado a precios que siempre conlleva. Se suma la quita de las retenciones al agro lo que provocó un brutal aumento de los los alimentos, el hachazo a los subsidios de los servicios públicos y el transporte, los despidos en los organismos estatales y también el sector privado. Todo en un contexto con una economía en baja en donde el desempleo comienza a ser una amenaza concreta. En la semana se dio a conocer un informe del CEPA (Centro de Economía Política de la Argentina) que afirma que entre diciembre y marzo se han perdido 140 mil empleos. Del observatorio de la UCA también señalan que existen 1,4 millones más de pobres en datos que toman hasta marzo. Mejor no contar los que se sumaron en las últimas semanas.

La sociedad argentina aún tiene frescos los recuerdos del desastre neoliberal de los noventa, la pérdida de los empleos, los salarios de hambre, la angustia de ver cómo se derrumba todo alrededor. A diferencia de esos años el movimiento obrero tiene la experiencia, el recuerdo como referencia para subir la guardia con más velocidad, antes de que sea tarde. La pesada herencia que quedó del período kirchnerista para el macrismo son sindicatos nutridos, con miles de afiliados, y capacidad de acción. Le achica el marco de lo posible para implementar el repertorio de políticas neoliberales que están llevando adelante.

A partir de la convocatoria del viernes queda planteada la pregunta, aún sin una respuesta clara, ¿es posible la unidad del movimiento obrero organizado? ¿bajo qué programa sería esa unidad? Hoy parece más clara la necesidad de la unidad para conformar un bloque monolítico y potente para resistir el avance de las políticas macristas que en un programa común o un líder que pueda aglutinar diversas vertientes del sindicalismo nacional. Aún queda mucho camino por recorrer en ese tema más allá de que como anunció Antonio Caló la CGT tendrá una conducción unificada para el 22 de agosto y de que las CTA también hayan realizado guiños en ese aspecto.

El desafío inmediato del Gobierno nacional es la ley de Emergencia Laboral que esta semana se tratará en la Cámara de Diputados. El anuncio de un posible veto de Mauricio Macri puede generar un conflicto de proporciones aún difícil de dimensionar pero con posibilidades de escalar a niveles de enfrentamiento riesgosos. Puede convertirse en la Resolución 125 para Cambiemos en comparación a lo que le sucedió a Cristina Fernández a pocos meses de comenzar su mandato con los sectores agrarios. Un enfrentamiento abierto y que cristaliza a un sector opositor.

En Cámara de Diputados queda por ver el rol que cumplirá Sergio Massa. Después de apoyar inicialmente al proyecto, viró hacia una posición más difusa cambiando hacia otro  que apunta a mejoras impositivas para las PyMES pero sin el periodo de 180 días sin despidos en las pequeñas y medianas empresas. Con una bancada propia partida en ese tema, de no apoyar el Ley de Emergencia Laboral con un periodo sin despidos, corre el riesgo de enfrentarse con los sindicatos, que parte de sus propios diputados lo desautoricen y que el electorado comience a ver su “oposición responsable” como complicidad con el macrismo. Faltan pocos días para ver qué decisión tomará. La bancada del Frente Renovador es considerable, un comodín en el actual escenario legislativo.

Avanzamos hacia un escenario abierto y conflictivo si Mauricio Macri no toma nota de las preocupaciones que existen en torno al crecimiento del desempleo, al aumento de la inflación y de que el salario no le alcance a los trabajadores. A un deterioro inocultable, los medios de comunicación  pueden seguir obviando esa situación multiplicando las denuncias de corrupción del anterior Gobierno por un tiempo, pero más temprano que tarde la realidad se hará evidente. Por lo pronto el movimiento obrero dijo presente, marcó la cancha y expresó, por ahora de modo calmo,  que el Gobierno tiene que escucharlo, tanto como está escuchando a los reclamos de las cámaras empresarias.

* CPSF / La Señal Medios.

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