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Con millones de personas concurriendo a ver El Clan, el cine argentino se encuentra nuevamente en el centro de la escena. En La Señal, la pregunta fue: ¿Cuál es el momento de nuestro cine? Para interiorizarnos, Gabriel Fernández entrevistó a una autoridad sobre la materia: Rómulo Berruti, conductor del mítico Función Privada junto a Carlos Morelli. Sin dudas, una de las voces más autorizadas para conversar sobre cine en nuestro país.
En relación con la cantidad de películas generadas con fondos del INCAA (Instituto de Cine y Artes Audiovisuales), Berruti tiene una mirada: “Hay más cantidad que calidad en el cine argentino. Se hacen muchas cosas y no siempre se afina la puntería. Hoy el Instituto financia mucha producción argentina, ahora es mucho más fácil la parte técnica. En la época del celuloide el cine llevaba mucho tiempo y dinero. Ahora se hacen cortos con celulares. El cine se hizo accesible cuando antes era inabordable. También hay menos exigencias, lo que genera menos auto-control de calidad. Me encuentro con mucho abordaje entusiasta, entonces hay cosas que salen bien y otras no tanto. Yo tengo una mirada exigente, pero hay que ser indulgente, porque hay cosas que son interesantes. El proceso actual reemplaza artesanía con velocidad. El nivel de evaluación, entonces, es otro”.
Romulo Berruti también entendió necesaria “una exigencia por parte del INCAA en relación a los proyectos que financia. Los cineastas acuden en busca de ayuda económica para poder montar un largometraje, pero el mismo debe ser monitoreado y si no corresponde al proyecto, que el mismo se corte. Sino, da lo mismo el que tiene verdadera dedicación y amor propio a un entusiasta que se tira un lance a ver si hace una película y que la pague otro. Un control sobre la marcha. Pensemos: la realización está sometida a un montón de circunstancias. El proyecto se convierte en un guión que sufre modificaciones. La realización está sometida a vaivenes económicos y prácticos. Ese seguimiento debe realizarse para custodiar el dinero público”.
El histórico crítico de cine dio cuenta que mucha gente se acercó a las últimas películas de Campanella o Szifrón “por la presión de películas tan bien vendidas que se ve empujado a verlas. Relatos Salvajes no me llegó como El Secreto de sus Ojos, que es una gran película. Fluye como debe fluir el cine. Para mí es una gran película. En otro género, Nueve Reinas de Fabián Bielinsky fue otro gran film. Una lástima que el director falleció muy jóven, cuando estaba en el trampolín para ser el gran director argentino”.
Por su parte, Berrutti ve un cine argentino con “material que tiende a la sencillez, películas que se repiten. Películas con mar de fondo, amores y frustraciones. Hay películas de término medio que son interesantes, como Rompecabezas o el Oso Rojo. El que tiene auténtico talento para el cine siempre sale a flote. Por ejemplo, `En el fondo del mar´ fue la primera película de Szifrón y es extraordinaria. El aprendió mucho en la televisión, pero esa fue una historia perfecta”.
Sobre la actuación en nuestro país, Berruti entendió que “hay astucia en la realización. Nuestro cine busca el humor aunque no sea una historia humorística. `Tiempo de Valientes´, en ese sentido, es una película deliciosa. También `La suerte está echada´. Los actores salvan a los directores. Ricardo Darín y Guillermo Francella desde luego. Pero otros como Luis Luque o Diego Peretti son garantía. Al igual que Luis Brandoni o Pepe Soriano. Actores con una capacidad tan grande, sobre todo en teatro”.
Consultado sobre un declive en el cine estadounidense, Rómulo Berruti lo afirma y no percibe nada que lo cautive: “la batalla la ganaron los efectos especiales. Los grandes taquillajes son películas de efectos. Todo lo que es para chicos que tienen un arrastre comercial monstruoso. Esas películas que contaban grandes historias, robustas, que te podían gustar más o menos, ya casi no existe. Hoy el cine tiende a que dominen los efectos especiales y hacer un cine parecido a la Edad de Oro no cuenta con financistas para realizarlo. Tal vez sea Clint Eastwood, un actor, el último gran director de ese cine que está en extinción”.
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