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La noticia conmocionó a la opinión pública. En el exclusivo country Martindale, un ex gerente de la multinacional Coty asesinó a su mujer mientras negociaban los términos del divorcio.
¿Por qué Fernando Farré, un hombre de 52 años, gerente general de multinacionales como Coty, Avón o Loreal, apuñaló a la madre de sus tres hijos? ¿Esos crímenes no están relacionados tan sólo a los sectores populares? En La Señal, Gabriel Fernández le hincó el diente a éste tema y entrevistó a los psicoanalistas Agostina Ilari y Oscar Abudara Bini. Distintos enfoques para un tema apasionante.
Docente de la Universidad Kennedy, criada en un exclusivo country de Pilar, Ilari entiende que “la violencia es violencia en cualquier estrato social. Lo que hay en las clases altas es mayor manipulación y posicionamiento entre la víctima y el victimario. Me crié en uno de estos countries. El nivel de hipocresía y cinismo lleva a sostener apariencias hasta el extremo. Cueste lo que cueste. Y en ese cueste lo que cueste, aparecen estas reacciones violentas”.
La licenciada Agostina Ilari puntualizó “en muchos habitantes de los countries no existe una autorización para sincerar sus problemas. Un sinceramiento en el momento de sostener la casa, el coche último modelo, el colegio exclusivo para los hijos. El nivel de stress que conlleva para una persona que no está pasando su mejor momento laboral es total. El ejemplo más claro es María Marta García Belsunce. Todo el teje-maneje para mantener la apariencia de una familia perfecta, cuando en toda familia hay discusiones y malentendidos. Pero en estas familias el diálogo es inexistente”. Finalmente, Ilari reflexionó: “pensá en la mentalidad de éste sujeto, despedido de su cargo gerencial, seguramente reemplazado por alguien más joven. ¿De que se disfraza para seguir teniendo el mismo status de vida?”.
De larga trayectoria profesional, Oscar Abudara Bini brindó una visión desde el poder: “Este matrimonio vivía en una burbuja. Propia de una elite social. Pero recordemos un caso a la inversa como lo fue el asesinato del ex gobernador neuquino Carlos Soria. Ella lo mató a él. En ambos casos tenemos el caso de parejas en el ámbito de poder que les llegó el momento del divorcio. Los divorcios mueven las tripas y se generan niveles de violencia altos. Recordemos otro: Julio Ramos, dueño de Ámbito Financiero, se había casado con Silvana Suárez, ex Miss Universo. El divorcio lo llevó al descontrol. Un hombre acostumbrado al manejo del poder se descontroló. Ella estaba con un custodio, que por suerte para Ramos, tan sólo le dio dos sopapos. Di el ejemplo de tres matrimonios en vinculación con el poder”.
En la misma línea, Abudara Bini consideró: “Nosotros vivimos el contexto de un país sensible, y en un divorcio se pueden llegar a decir acusaciones dolorosas. Los climas de gran violencia no deben llegar al descontrol. Eso tiene que quedar claro. Otro divorcio del poder fue Bernardo Neustadt y Claudia Cordero Biedma. Fue otro tipo de violencia. Neustadt se sintió menoscabado, menospreciado por ella. No es una historia conocida, pero un hombre tan cercano al poder se internó en las aguas de Punta del Este dispuesto al suicidio y fue salvado por un guardavidas”.
Finalmente, Oscar Abudara Bini dio cuenta de una situación profesional que vivió en el divorcio político más importante de Argentina: “en su momento me tocó intervenir en el divorcio entre Zulema Yoma y Carlos Menem. Fue extremadamente complicado. Me tocó asesorar a los médicos de Zulema cuando la razón de estado sugería fabricarle una enfermedad psiquiátrica y un posterior accidente mortal. Yo le dije al médico: este mismo quilombo se puede encaminar sin matar a nadie. Es verdad que Zulema salió expulsada de la Quinta de Olivos. Carlos y Zulema tenían una experiencia de veinte años públicos muy buenos pero con reyertas internas”.
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