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«El juicio por encubrimiento es una trampa para no resolver nada«. Así lo afirmó el periodista e investigador Juan Salinas, en diálogo con Gabriel Fernández en La Señal, quién aseveró: «El juicio de encubrimiento es una trampa armada por el extinto fiscal Alberto Nisman, con vocación de no resolver nada. Tan sólo subrayar las líneas maestras de lo que fue un desvío de la causa. Es el encubrimiento de un encubrimiento mayor. Se puso la bomba en la AMIA, como antes en la Embajada de Israel. Cómo dijo el ex presidente Néstor Kirchner, el encubrimiento comenzó antes, por quienes fueron los asesinos que colocaron esas bombas«.
El autor del libro «AMIA, el atentado«, brindó detalles de la causa: «Recordemos que en horas después del atentado llegó a la Argentina un rescatista israelí que arregló directamente con Carlos Menem dar cuenta de una versión falsa, que es la del coche bomba conducido por un suicida ligado al Hezbollah libanés en una operación orquestada desde Irán. Este es el mayor engaño. Dentro de este engaño hay gente que no está en este juicio y que estaría complicada hasta la coronilla, como el ministro del Interior Carlos Ruckauf, quien estaba aquel día en los Estados Unidos, y pocas horas después del atentado dijo, suelto de cuerpo, que los responsables fueron los iraníes, ya que así le habían soplado desde Washington«.
Salinas, entrevistado en el espacio diario de La Señal Medios en Radio Gráfica FM 89.3, dio cuenta de cómo fueron cambiadas las pistas apenas sucedido el atentado en la Mutual: «Hay gente allegada a Carlos Menem y a la Policía Federal muy implicada. La Federal se habría comunicado con Corach y Ruckauf, decidiendo que en lugar de ellos, se vincularía a los iraníes por un lado y a la Bonaerense por el otro«.
Finalmente, Juan Salinas planteó que Carlos Corach fue el cerebro de la operación: «El pago a Telleldín sirvió para establecer responsabilidades. Porque allí también estuvieron metidos Beraja y Anzorregui. Pero también estuvieron metidos periodistas. Mucha gente. Por otro lado, yo no sé si el señor Edul es un santo, pero también creo que es inútil investigar qué hizo con la camioneta bomba, porque esta no existió. Es un portador de nombre que está metido en esto porque aceptó públicamente haber llamado a Telleldín«.
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