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Aram Aharonian, director de Miradas al Sur, fue entrevistado por Gabriel Fernández en La Señal, radio Gráfica 89.3
Consultado sobre el momento de la comunicación en Latinoamérica, quién fuera director de Telesur, Questión y secretario de redacción del mítico diario La Voz fue contundente en su apreciación: “Tenemos que definir en qué etapa nos encontramos. En la resistencia o la construcción. Deberíamos dejar de denunciar y lloriquear para pasar a una nueva construcción. Es más difícil porque habrá que juntarse, pensar, llamar a la reflexión a la academia y darle marco teórico y praxis a estos movimientos sociales continentales que buscamos imponer sociedades más justas. Pensemos que las armas mortales de hoy no son los isótopos nucleares si no los medios de comunicación de masas en manos de poderes corporativos. Si hace años la reacción necesitaba de fuerzas armadas para imponer políticas económicas, hoy no son necesarias las bayonetas”.
En relación con el rol de los medios concentrados a nivel continental, Aharonian afirmó “son desestabilizadores de gobiernos populares, restauradores del orden liberal. Es un llamado a tomar conciencia en plena batalla cultural por las ideas. Hoy no hay metralletas ni fusiles. Las armas son micrófonos, cámaras, redes cibernéticas y para poder luchar en esta nueva batalla por la democratización de la palabra es necesario saber usar estas armas”.
Consultado por Fernández sobre si los mandatarios continentales son consientes del rol que ocupan los medios concentrados, quien fuera director de Telesur reflexionó: “No existe una conciencia real de la guerra que se está liberando. O tal vez existe una concepción reactiva y no activa. Seguimos con la costumbre de la agenda informativa de estos medios. Por eso aquello de “Clarín miente” o “O Globo miente”. Nos invisibilizamos a nosotros mismos. Seguimos en esta cosa de trabajar para el enemigo con agendas pro-activas“.
En sintonía con lo expresado, Aharonian afirmó: “Las fuerzas conservadoras no han sido derrotadas. Están tomando un segundo aliento. En muchos lados se disfrazan de progresistas. En otros eluden la confrontación sobre temas reales. Todo se vuelve banal. En vez de hacer periodismo, hacemos show, espectáculos. Seguimos el mismo modelo de ellos porque no creemos en nuestros propios proyectos. No nos atrevemos con nuestras utopías. Hay una culpa que no es recuperar la memoria de nuestro pensamiento crítico latinoamericano”.
En relación con Miradas al Sur, su director explicó la línea editorial que busca brindarle al semanario: “Debemos reenfocar quién es sujeto al cual estamos dirigiéndonos. Es un intento de llegar a las grandes mayorías con lectura, información y formación de nuestra gente. Un sentido nacional y popular. Avanzar en un diseño gráfico que ayude y no copie el modelo anquilosado del Diplomatic francés. Poner en debate todo. Escuchar las voces del campo popular. Poner en primer orden que no somos un país aislado si no parte de una Patria Grande. Esas cosas que teníamos claras hace cuarenta años y hoy debemos formarlas otra vez”.
CA/GF/RG
