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Caos económico inducido, para imponer medidas draconianas

Incerteza macroeconômica afeta a produção industrial argentina - Móveis de  Valor

 

Por CARLOS ANDRÉS ORTIZ  *

 

Provocar intencionalmente un brutal contexto de profunda crisis socio económica, es una perversa metodología para implementar con poca o ninguna resistencia, un conjunto de medidas que implican un muy fuerte retroceso social y una destrucción económica, en un marco de extranjerizaciones masivas, sobre todo atacando a los sectores más dinámicos y estratégicos de la Economía Nacional. Como justificativo, se argumenta la falsedad ideológica de responsabilizar por la inflación al déficit presupuestario, una simplificación que omite que nuestra inflación tiene carácter estructural, con múltiples factores causantes, entre ellos la carencia de divisas, vinculada con las operaciones de timba financiera, promovido ello por especuladores del sector financiero y ciertos empresarios que priorizan las fugas de divisas por sobre la producción y el crecimiento interno.

Esos mismos sectores empresarios, que venden y ganan más en contextos de desarrollo, incoherentemente son fervorosos propulsores de medidas económicas destructivas, como lo son las de corte crudamente liberal, o neoliberal, y hoy anarco libertario.

Esa metodología de promover la estanflación es utilizada para poder implementar medidas socio económicas muy regresivas y perversamente negativas, las que, en el contexto de miseria acentuada y creciente, de destrucción económica generalizada y muy focalizada en los sectores más dinámicos de la economía, puede hundir en el desconcierto y la apática resignación, a buena parte de la población. Eso buscan los perpetradores. Y si hubiera protestas, la represión ejecutada con mucha violencia y sin ahorrar sangre ni muertes, forma parte de la metodología recurrente, que se aplicó en otros países agredidos por metodologías similares, y que acá la conocimos llevándonos a la crisis terminal de 2001/2002.

Todo eso lo explicó Naomí Klein, en su didáctico libro La Doctrina del Shock.

Se perpetra ese destructivo plan, en un contexto de caos económico promovido intencionalmente, con fuerte caída del PBI y un muy acentuado deterioro del nivel de calidad económica y de pauperización masiva.

La “liberación” de precios, en un marco de anarquía económica y preanunciadas fuertes represiones a las protestas populares, que pueden multiplicarse en el contexto de hiperinflación intencionalmente inducida, y con apertura total de importaciones, forma un muy preocupante cuadro de situación, prácticamente calcado al desmadre general que nos llevó a la crisis terminal de 2001.

Y con los mismos perpetradores de aquel caos y represores feroces, hoy como supuestos “expertos en soluciones de crisis”.

Esa severísima crisis intencional en ciernes, del combo perverso de destrucción económica e hiperinflación (la estanflación), provocará masiva desocupación crónica, y afectará con premeditación y alevosía sobre todo a los sectores más dinámicos de la economía nacional, como el Sector Industrial, el Tecnológico, y las Áreas Estratégicas.

Todo eso, sumado al claro desprecio al pueblo común (al que el expresidente neoliberal descalificó como “orcos”), configura un contexto de destrucción socio económica generalizada, el cual incluye el evidente desprecio por la soberanía nacional; lo cual se evidencia por la explícita aceptación al renovado estatus de “patio trasero” promovido por EEUU para Íbero América; así como por los dichos y actos de subordinación al agresivo accionar imperial del Reino Unido; todo eso en el marco de extranjerizaciones forzosas que se pretenden perpetrar en contra de sectores estratégicos de nuestra economía.

Del desprecio a la soberanía, dan pruebas fehacientes la admiración del electo presidente, a Churchill y a Tatcher (responsable principal de la Guerra de Malvinas), así como la asistencia de la nominada futura canciller, a los festejos en la British Embassy por el cumpleaños del monarca de esa potencia imperial, todo eso en línea con dichos y acciones lesivas a la soberanía nacional, como el Pacto Foradori – Duncan, rubricado en el período macrista, que fue denunciado y dejado sin efecto hace poco.

Es una burla a los excombatientes y a los Intereses Nacionales, de lo cual pareció no percatarse el grueso de los uniformados, ni el pueblo en general, que hace poco se emocionaba con cánticos del Mundial y sus referencias “a los pibes de Malvinas, que jamás olvidaré”.

¡Que pronto los olvidaron!

Pese a la gravedad de esos hechos, el grueso de los uniformados, guarda complaciente silencio, mientras suelen alardear del patrioterismo formal, el patrioterismo de bandera, que alardea de “amor a la Patria” centrado solo en los símbolos patrios, pero hueco de contenidos, al ser cómplices pasivos de las proyectadas entregas al extranjero de bienes y sectores de muy altos valores estratégicos, y de las ya anunciadas destrucciones socio económicas generalizadas. Como el objetivo real de los que promueven en distintos países las crisis descomunales, de tipo catastrófico, es destruir la economía y “domesticar” a la población nacional, y como objetivo de máxima desguazar al Estado Nacional fragmentando nuestro territorio; con toda maliciosa intencionalidad enfatizan las medidas destructivas, para quebrar e incluso hacer desaparecer, en su casi totalidad, a las industrias y a los entes creadores de tecnología nacional.

En lo estratégico, ya anunciaron la perpetración de la anti geopolítica, postura típica de factorías subordinadas a intereses extranjeros, dentro de lo cual cabe la sumisión explícita al “patio trasero” de la Doctrina Monroe, y el rechazo – absurdo e impresentable- a nuestra incorporación al dinámico y crecientemente importante bloque de los BRICS.

La extrema incoherencia de haber anunciado romper relaciones “por motivos ideológicos” con Brasil y China, los dos principales socios económicos nuestros (¿acaso EEUU no comercia con China?), dio lugar a improvisadas acciones diplomáticas para “poner parches” a semejantes desatinos.

Y el desaire a los BRICS, no toma en cuenta, entre múltiples otros factores positivos que acarrearía nuestra incorporación a ese Bloque Geopolítico, que China, Brasil y Rusia, apoyan claramente la postura argentina en el sensible tema de Malvinas.

¡Claro que a los anarcos – libertarios, y a sus socios neoliberales, los temas de soberanía no solo no les importan, sino que los desprecian abiertamente!

 

  • Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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