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Por GABRIEL FERNÁNDEZ *
Se viene la esperada XV Cumbre del BRICS. La cita será en Johannesburgo, Sudáfrica, del 22 al 24 de agosto, bajo el lema «Los BRICS y África: asociación para el crecimiento mutuamente acelerado, el desarrollo sostenible y el multilateralismo inclusivo». Y más vale que los representantes estatales se dediquen a dialogar sobre el continente donde surgieron los primeros grupos humanos porque la Argentina, con su candidato sorpresa, complicó el debate sobre nuevas incorporaciones. El núcleo multipolar, empero, goza de buena salud y sus perspectivas son crecientes. Aunque lamentaría un eventual tropiezo, no concibe retrocesos en un período clave.
Las declaraciones del político más votado en las PASO sureñas, el presunto anti político Javier Milei, preocuparon a China y a Brasil, pero muy especialmente escandalizaron a India, que se había puesto al hombro el empuje destinado a incluir nuestro país en la coalición. Lo cierto es que 23 naciones solicitaron su adhesión al grupo. En el correcto análisis previo de los responsables conceptuales del mismo, ese interés «demuestra la eficacia real y el éxito de esta asociación». En general, el diagnóstico no ofrece razones para su modificación.
Sobre todo, especificaron, la alianza es en primer lugar económica, apunte muy sostenido por el gobierno de Narendra Modi, que prioriza como virtud básica la desideologización de los vínculos. Las algaradas estilo Super Agente 86 contra Sigfried formuladas por Milei molestaron a China, preocuparon a Brasil y dañaron los oídos indios. Como no podía ser de otra manera, fue Rusia la escogida para plantear la situación. El jefe del Instituto de Energía y Finanzas ruso, Alexéi Grómov, indicó ayer que “es necesario abordar el proceso de expansión del bloque con responsabilidad para no reducir su eficacia porque lo más importante es garantizar su sostenibilidad y la unidad de los países miembros en las cuestiones clave”.
El hombre ratificó la tendencia expansiva. Pero al referirse a las perspectivas inmediatas de integración, consideró que países como “Irán, Arabia Saudita, Indonesia, Emiratos Árabes Unidos y Egipto son los que tienen más posibilidades de unirse pronto al organismo”. «Se trata de países con economías relativamente estables y grandes que también se están desarrollando de forma dinámica y que han desarrollado vínculos políticos, financieros y económicos con todos los miembros actuales de los BRICS«, explicó Grómov.
La Argentina no fue mencionada por el experto, aunque tampoco descartada. Una semana atrás, antes del tifón norteamericanista de Milei, el país suramericano era el primero en la lista de incorporaciones. Cosa curiosa: Grómov se vio impulsado a resaltar que, teniendo en cuenta el carácter económico de los BRICS —que une a los estados con economías en desarrollo dinámico—, “no hay obstáculos para que los países miembros puedan seguir cooperando con Occidente”. Como se verá, ma non troppo.
Advirtió que esa cooperación puede complicarse en caso de que los países occidentales intenten desacreditar el bloque. (¿Cuántos factores integran el concepto de “desacreditar”?) Sin embargo, indicó que «hoy es prematuro hablar de tales acontecimientos porque el BRICS no compite aún con el Occidente colectivo, sino que solo está emergiendo como un nuevo centro de influencia económica en un mundo multipolar».
Según el analista ruso, la condición más importante para que los BRICS se desplieguen con éxito es su institucionalización. «Es necesario crear y desarrollar instituciones BRICS comunes, que incluyan no solo el Banco de Desarrollo, sino también toda la infraestructura comercial y logística de la asociación». Subrayó, para remontar el barrilete y ratificar el sentido original de la convocatoria, que el núcleo tiene como objetivos “promover la prosperidad de los Estados miembros, aumentar los lazos comerciales y económicos”.
Entonces, se curó en salud: “Como lo han demostrado las sanciones antirrusas, hoy en día estos lazos son vulnerables a las influencias externas porque todas las operaciones comerciales se realizan utilizando la infraestructura financiera de Occidente. Así que la prioridad crucial para los BRICS debería ser su desarrollo independiente de los instrumentos comerciales occidentales«.
«Hasta que no se cree un nuevo instrumento, crecerá la proporción de liquidaciones mutuas en monedas nacionales entre los países BRICS», añadió. Tras las reuniones de Vilna y -antes- de Madrid efectuadas por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), nadie puede anticipar el cierre del conflicto bélico en Ucrania. Por tanto, no resulta fácil predecir la intensidad de la confrontación comercial. De ahí que Rusia y China intenten delinear una perspectiva contenedora pero levemente inclinada: el año venidero, la Cumbre del organismo se organizará en la ciudad rusa de Kazán.
Según Grómov, Rusia aprovechará activamente esa oportunidad para promover sus intereses económicos en la asociación, en el contexto de la oleada punitiva occidental. «Con la institucionalización adecuada del BRICS es una excelente oportunidad para superar las restricciones occidentales a las actividades de comercio exterior de Rusia», concluyó.
Así, como saben nuestros lectores, el proceso de creación de una nueva moneda llevará un buen tiempo, las incorporaciones serán muy selectivas, y eso de que los miembros igual pueden cooperar con Occidente, resultará acotado por las mismas intenciones de quienes combaten abiertamente a miembros de la asociación emergente. Con semejantes desafíos, una Argentina dispuesta a desmantelar su Estado y a cooperar unilateralmente con los Estados Unidos, configuraría una incorporación muy poco atractiva.
- Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica / Sindical Federal
