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Por RICARDO ROUVIER *
La participación del Presidente en la Cumbre ha sido satisfactoria. Tal vez, el discurso como Titular de la CELAC, ha sido la mejor pieza oratorio de Alberto Fernández en su cargo. Pero, las razones por las que califico seguramente son polémicas dentro del espacio ideológico en el que estoy comprendido. Basta ver, el expresionismo de las redes sociales, para observar como hay silencios locuaces frente a definiciones que si las subrayáramos serían inaceptables en este archipiélago ideológico que nos contiene (bueno contiene es de un optimismo excesivo).
Seré breve. Para mi el discurso fue muy bueno, porque calificó negativamente, ante el Pte y la Vicepresidenta norteamericana las políticas de los EEUU en la región, la exclusión de otras naciones que perjudican la integración. El carácter dependiente de la OEA, etc. Es decir un alocución crítica a los EEUU con referencias directas también a Trump, y su responsabilidad en el crédito otorgado con fines políticos al gobierno de Macri. En la segunda parte de su discurso lo que hizo fue invitar a los EEUU en participar de un proceso de integración ante la crisis alimentaria y energética que sobreviene, o que ya ha llegado. En esta línea es que invitó al país del Norte a concurrir a la próxima reunión de las CELAC. Se sabe que Biden contestó, seguramente con una sonrisa, algo como «espero la invitación». Además, el principal problema que preocupa a los EEUU es la cuestión inmigratoria.
En síntesis, me pareció muy buena la línea adoptada por nuestro país. Cuestionar los bloqueos a Cuba y Venezuela, la exclusión de la reunión y proponer una nueva relación de los EEUU con América del Sur. Es decir, denunciar, cuestionar y proponer. Algunos o algunas pensarán que EEUU nunca va a cambiar respecto al «patio de atrás». Es posible, pero el gobierno argentino ha hecho lo que más le permite su capacidad de fuego.
Establecer un punto de compromiso para ser aprovechado o para ser negado. La correlación de fuerzas a nivel internacional y nacional no permite, en esta etapa, contar con una alianza geopolítica mayor que pueda asegurar el fin del capitalismo y el fin de los EEUU. Considerando además que la evolución muestra que ambas cosas hasta pueden estar separadas, lo que genera a los países periféricos un problema mayor para resolver lo estratégico.
Hay muchos comunicadores que señalaron «una contradicción» en este discurso. Si miran bien verán que el discurso se ajustó a la realidad, que en sí es contradictoria. Y lo peor en situaciones como esta es encerrarse en una definición ideológica que supone confundir la palabra con un fusil.
Por supuesto que están aquellos que dicen «prefiero que no hubiera ido». Cómo nadie muere en la víspera, era mejor concurrir y hablar y decir.
- Titular de Ricardo Rouvier y Asociados
