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martes , abril 23 2024
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GIMNASIA / Fútbol y autodenigración

 

Por GABRIEL FERNÁNDEZ *

 

Ustedes saben: no me vengan con este pueblo de mierda, este país de mierda y cosas así. Ya Arturo Jauretche explicó la importancia que las usinas del desánimo le brindan a la autodenigración. Así, decía, una gran nación aparece “apichonada”.

Estas maniobras se difunden intencionadamente entre algunos, pero también ingenuamente entre quienes, sin conocer qué sucede en otros puntos del planeta, idealizan en base a medios, películas, versiones o sueños. Pero no tienen idea de ciertas cosas.

Por estas horas, nuestro Gimnasia está padeciendo una andanada ferviente de desprestigio. Justo en el tramo en que la mejoría futbolística relativa de un equipo que ya estaba en zona de descenso, se enlaza con una movilización de base profunda potenciada por la presencia de Diego Armando Maradona.

Es habitual leer y escuchar que los cruces y broncas y presiones en las elecciones destinadas a escoger una nueva comisión directiva son un cachivache, una vergüenza, algo que denota “cómo somos” los gimnasistas. Muchos triperos lo repiten y se avergüenzan sin tener noción de lo que sucede en otros clubes.

La idea fuerza sería que frente a la armonía y la civilidad que caracteriza los períodos electivos en el resto de las instituciones deportivas (¿¿???) lo que sucede en Gimnasia es atroz, propio de incivilizados y de irresponsables. Eso sólo puede decirlo quien desconoce aspectos esenciales del fútbol argentino.

Pero es más: en un fútbol poblado de empresarios y representantes, pues genera mucho dinero, la discusión sobre la irrupción de Bragarnik ha pasado a ser “clave” pues denotaría la intención del operador, junto a dirigentes de la actual comisión, de crear una Sociedad Anónima Deportiva y quedarse con la institución.

En base a informaciones certeras sobre los negociados de Bragarnik, se sacan conclusiones extremas que quedan bien, aparentan mucho triperismo, y configuran disparates. Bragarnik aspira a quedarse con porcentajes del pase de algunos jugadores vendibles y ciertos recursos generados por la estrella en el banco.

Menos que lo que consigue mes a mes Enzo Francescoli en Ríver Plate, por ejemplo; mucho menos que la empresa paralela dispuesta por el macrismo en Boca Juniors. Menos que lo instaurado por el mismo empresario en Defensa y Justicia. Pues lo que a él le conviene es comprar y vender, pero no hacerse cargo de todo un club con lo que ello implica.

Francescoli no trabaja para Ríver. Lo hace ¡desde adentro! para su empresa particular. En cuanto al resto de los clubes, con una mirada clara sobre su interior se podrían sacar algunas conclusiones interesantes. Ningún medio informa al respecto. Pero Gimnasia está en todos los medios.

Sólo por completar, parcialmente: la violencia inusitada en asambleas históricas de los clubes Rácing e Independiente. La destrucción plena del interior del estadio durante el descenso de Central. Los tiroteos en derredor de las sedes de tantos otros.

El gran logro de todo el fútbol argentino es haber cerrado el camino a las SAD.

Pero además, la base social gimnasista, que ya resistió los embates destinados a sacarla del Bosque –se puede dar fe, desde Tribuna Gimnasista-, no admitió ni admitirá la privatización del club. La ausencia de confianza en ese pueblo es el colofón de todo el planteo. “A la gente la engañan con Diego”, dicen.

Entonces, en un gran momento movilizador, en el cual además se demuestran ciertos aspectos del trabajo de inferiores –tanto en el desempeño de la reserva como en los valores promovidos-, el activo tripero anda “apichonado”; acomplejado al creer que protagoniza un desaguisado institucional “sin precedentes en el fútbol argentino” –ya quisieran otros- y por suponer que le están birlando el club ante sus narices.

Como si fuera posible transitar el fútbol profesional sin empresarios. Para escándalo digamos: al menos Bragarnik llegó con Maradona bajo el brazo. Otros, sacan réditos parecidos y arriban con un troncomóvil digno de los autos locos.

Estoy orgulloso de ser de Gimnasia. Que El Día y Olé, entre tantos, sigan batallando en nuestra contra –y bien saben por qué lo hacen-, que los pinchas se burlen en los comentarios bajo las fotos de Maradona, no hace más que ratificar ese orgullo. Esta brutal ofensiva en pos de la denigración del tripero tiene un sentido.

Cuando llegó Maradona Gimnasia estaba futbolísticamente vencido. La gente lo entendió y se aferró a una ilusión. Eso es lo que está pasando.

El excelente periodista Carlos Fanjul –del cual siempre recomendamos la lectura de “Periodismo”, inserto en el libro del Ronco Basile-, catalizó informaciones certeras sobre Bragarnik y las hilvanó erróneamente, sacando conclusiones tremendistas. Lo hizo con buena intención.

Hoy, está de moda criticar a Gimnasia y muchos triperos creen estar haciendo el bien al autodenigrarse. Infieren que en el resto de las entidades no hay conflictos pre electorales y que los empresarios privados no tallan en el negocio. Piensan que sólo acá suceden estas cosas.

Atenti que cuando uno se cree menos, termina siendo menos. Es urgente revertir ese tipo de análisis y pensar mirando objetivamente el panorama. En tanto, alentar con toda la pasión posible. Que para eso, también, es el fútbol.

 

  • Director La Señal Medios / Sindical Federal / Area Periodística Radio Gráfica

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