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Por HÉCTOR AMICHETTI *
Una vez más las fuerzas reaccionarias de la oligarquía han fracasado en su intento de desintegración de uno de los movimientos políticos más importantes del planeta y el más influyente en toda nuestra América Latina.
No pudieron impedir su nacimiento con el mancomunado esfuerzo de la embajada de los Estados Unidos y el contubernio de entidades patronales.
La proscripción no alcanzó para frenar su retorno en el ’73.
El genocidio no pudo impedir su sobrevivencia.
El disciplinamiento que le impusieron en los ’90 no sirvió para transformarlo en un simple partido liberal.
Muy por el contrario, alimentó la rebeldía bien desde abajo para volver en el 2003 con los mismos principios que en el ’45.
Sólo las forzadas limitaciones que impone el poder de facto de las corporaciones en el marco de una democracia liberal, impidieron que se consolidara definitivamente el rumbo de grandeza violentamente interrumpido en septiembre del ’55.
Cueste lo que cueste
Allá por el año 2005, sumamente indignada por la bofetada que Néstor, Lula y Chávez le habían asestado a Bush en Mar del Plata, la Secretaria de Estado de los Estados Unidos Condolezza Rice manifestó ante el Senado de ese «gran» país del norte:
«Para que el sur del continente pueda ser asimilado, debe alejarse de Perón».
Por entonces el Comandante Hugo Chávez proponía cambiar el ALCA por el ALPA (Alternativa Peronista para las Américas).
¡Cómo no les va a preocupar que el Peronismo vuelva al gobierno en Argentina!
Será para ellos el hecho maldito capaz de reconfigurar un nuevo escenario en América Latina. Escenario que desde hace algunos años consideraban absolutamente libre de obstáculos.
De territorio libre para el saqueo del Imperio y las Corporaciones al Continentalismo Sudamericano de Perón.
¿Se entiende porqué no aceptan la derrota electoral?
¿Se comprende porqué han comenzado a desatar todas las fuerzas del mal para acentuar el infierno en el país?
Necesitan que Argentina resulte inmanejable, que el próximo gobierno no tenga más opción que rendirse a las condiciones que ellos pretenderán imponerle.
Los peronistas sabemos de democracias, de democracias a media y de tiranías varias. Hemos forjado nuestra experiencia en el dolor y las gloriosas resistencias.
Estamos muy bien preparados, sabemos que la victoria electoral es tan sólo un paso, somos conscientes que la Patria se recupera con unidad, con organización y con lucha.
Que si el pueblo es protagonista no hay fuerza que pueda detener su voluntad.
Se irrita la oligarquía por la inmortalidad del Peronismo.
Renace la alegría en el pueblo argentino y en los pueblos de Nuestra América.
Cueste lo que cueste, nuestro destino de grandeza es inexorable.
- Secretario General Federación Gráfica Bonaerense / Corriente Federal de Trabajadores / FSMN / CGT
