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9 DE JULIO DE 1947 / Independencia Económica Argentina

 

Por HÉCTOR AMICHETTI *

 

SIN INDEPENDENCIA ECONOMICA, LA SOBERANIA ES ENTREGADA A LA AMBICION DEL IMPERIO Y LAS CORPORACIONES.

LA JUSTICIA SOCIAL SE CONVIERTE ASÍ, TAN SOLO EN UN AÑORADO RECUERDO.

«En la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán a los nueve días del mes de julio de mil novecientos cuarenta y siete, en centésimo trigésimo primer aniversario de la declaración de la Independencia política (…) se reúnen en acto solemne los representantes de la Nación, en sus fuerzas gubernativas en sus fuerzas populares y trabajadoras, para reafirmar el propósito del pueblo argentino de consumar su emancipación económica de los poderes capitalistas foráneos que han ejercido su tutela control y dominio, bajo las formas de hegemonías económicas condenables y de los que en el país pudieran estar a ellos vinculados».

Así rezaba el primer párrafo de la Declaración de la Independencia Económica en Argentina, plasmada en el acta del 9 de julio de 1947.

El último informe oficial del gobierno nacional correspondiente al mes de mayo de 2019 anuncia que la Deuda Bruta de la Administración Central en Argentina es de 329.895.000.000 de dólares.

Lo que significa que cada ciudadano argentino, sin haber tomado arte ni parte en las decisiones del actual gobierno, tiene de regalo una deuda de más de 7.300 dólares, que se agrega a cualquier otra deuda personal que pueda haber contraído voluntaria o involuntariamente.

Para colmo de males, la página del Observatorio Fiscal Federal, muestra en su página de internet -al estilo del reloj de un taxi- como evolucionan las variables financieras en el país, señalando que el endeudamiento aumenta a razón de 450 dólares por segundo.

Si tan agobiantes datos minaran nuestras fuerzas, caeríamos en el desánimo de aquella letra de tango que dice:

«¡Dan ganas de balearse en un rincón»!.

Sin embargo, el norteamericano David Lipton, quien desde hace unos días cubre el vacío que la generosa Lagarde ha dejado en el Fondo Monetario Internacional, acaba de prodigar elogios sin fin a la política económica del gobierno de Macri en Argentina.

Doctorado en Harvard y licenciado en Wesleyan, el hombre de Trump en el FMI, se ha convertido en un especialista en «estabilización económica en los países pobres de economías emergentes».

Es por eso que la cuarta revisión del programa stand-bay, realizada bien lejos de nuestras fronteras, aprobó que en los próximos días lleguen a nuestro país otros 5.400 millones de dólares y decidió también que la quinta revisión auxilie al gobierno de Macri con otra cifra similar antes de las elecciones de octubre.

La República Argentina vendría a ser hoy una especie de «chanchito de indias» con el que Estados Unidos experimenta a través del FMI un método extremo de avance en el dominio continental de toda América del Sur.

El acuerdo con el gobierno de Macri representa el mayor préstamo concedido por el FMI a un país en toda su historia.

El 44% de los créditos totales otorgados en la actualidad por ese organismo fueron concedidos a la República Argentina.

Plata que hay que devolver en sumas considerables en el transcurso de los próximos tres años bajo amenaza de que en caso de incumplimiento, los acreedores se apropien de riquezas y recursos naturales, pues el gobierno ha renunciado voluntariamente a la inmunidad soberana sobre los bienes estratégicos.

Si lo miramos con alguna perspectiva histórica desde una simbólica y apesadumbrada visión, mañana bien podría convertirse en el «Día de la Declaración de una nueva y humillante Dependencia».

Aquel 9 de Julio de 1947, los ministros del gobierno encabezado por Juan Perón, se trasladaron a San Miguel de Tucumán para firmar un acta que -entre otras cosas- decía:

«En representación del pueblo de la nación, (los firmantes) comprometen las energía de su patriotismo y la pureza de sus intenciones en la tarea de movilizar las inmensas fuerzas productivas nacionales y concertar los términos de una verdadera política económica, para que en el campo del comercio internacional, tengan base de discusión, negociación y comercialización los PRODUCTOS DEL TRABAJO ARGENTINO».

Aquellos patriotas del Peronismo se comprometían a:

«…romper los vínculos dominadores del capitalismo foráneo enclavado en el país y recuperar LOS DERECHOS AL GOBIERNO PROPIO DE LAS FUENTES ECONOMICAS NACIONALES».l

«La Nación alcanza su libertad económica para quedar, en consecuencia, de hecho y de derecho, con el amplio y pleno poder para darse las formas que exijan la justicia y la economía universal, EN DEFENSA DE LA SOLIDARIDAD HUMANA».

El Proyecto Nacional y Popular se imponía por entonces al Proyecto Cipayo de la Oligarquía que hoy, por esas vueltas que da la historia, ha regresado mostrando su peor rostro, con espíritu arrasador y destructivo.

Además del encadenamiento por el brutal endeudamiento, se agrega la destrucción de la industria nacional, el debilitamiento del Estado y sus empresas, la concentración y acelerada extranjerización de la economía y múltiples prácticas de saqueo, especulación y fuga de capitales.

Proceso hacia una nueva y explosiva crisis de consecuencias imprevisibles.

Rememorar aquel hecho histórico debe servirnos para reflexionar, trabajar incansablemente para recuperar en lo inmediato el gobierno de la nación, elevar el debate en el seno de las fuerzas del campo nacional, fortalecer nuestro ideario con políticas que permitan construir el verdadero poder del pueblo y prepararnos, desde allí, para avanzar con absoluta valentía y sin vacilación alguna hacia la concreción de nuestra verdadera y definitiva Independencia.

Nota: Entre la muy buena difusión gráfica que el Peronismo hacia sobre sus acciones de gobierno, se encuentra el afiche que acompaña esta nota, donde se compara la situación económica del país entre 1943 y 1948, expresando lo siguiente:

(Hasta 1943) «Cada día del año salían del país alrededor de $ 2.000.000 para pagar los intereses de capitales extranjeros (deuda externa – reaseguros – transportes – teléfonos, etc.). Era dinero que perdíamos».

(En 1948) «Con el pago de la deuda externa y la nacionalización de los servicios públicos, ese dinero queda en la Argentina para beneficio de todos sus habitantes».

 

* Secretario General Federación Gráfica Bonaerense / Corriente Federal de Trabajadores / FSMN / CGT

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