La Señal Medios Sentir, pensar, actuar
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Por DARÍO G. MINSKAS *
Quiero explicar algo. Hay un insumo que se consigue legalmente de un solo lugar en el mundo, salvo que tengas algo interesante para vender; ese insumo se llama dólar. Al llevar a la Casa Rosada a unos sujetos que se encargan de que entre ese insumo por una puerta giratoria a un precio y salga a otro precio más alto, lo que sucede es que los bienes que hacemos aquí cada vez son más escasos y valen menos.
A eso agregamos una tasa de interés que supera por lejos cualquier actividad económica lícita, en utilidades apropiables.
A ellos ese insumo que nos prestan por una sola boca de expendio llamado FMI no les cuesta absolutamente nada más que el valor del papel, la tinta y la electricidad que consumen las impresoras. A nosotros nos cuesta la vida.
Como el famoso insumo cada vez circula menos por el mundo porque está siendo reemplazado, lo utilizan para seguir rompiendo cualquier posibilidad de que paguemos lo que debemos dado que a cada minuto que pasa tenemos menos cosas susceptibles de vender, menos empresas que las produzcan y menos gente que trabaje en producirlas.
O sea que estamos atados a un papel cuyo valor solamente existe para nosotros. Que no representa otra cosa que el poder del que nos presta y al que le estamos dando la ventaja de no frenar el círculo vicioso diseñado al efecto.
Por eso hay que frenarlo ya. Por eso no sirve presentar a alguien como portador de la solución porque tal persona no existe. Lo único que nos puede ayudar a frenar esto es el mayor de los consensos posibles sin ninguna excepción respecto a sector alguno.
Generaron un sistema de adicción económica a unos papelitos en extinción. El dólar es útil para hacer esto aquí nada más y en unos pocos países de malamuerte en el mundo. Si no asumimos la adicción, si nadie nos dice claramente que somos unos adictos en estado terminal, lamento decirles que nos vamos a morir lentamente. O no tanto.
Nos han tendido una trampa y la única forma de salir de ella es con un consenso tan contundente que la única manera de frenarlo sea con las armas y con un costo político altísimo.
Cualquier otro planteo es poco realista.
La buena noticia es que estamos a tiempo. La mala es que nos queda muy poco margen de maniobras.
Y voy a pudrirla así hablamos claro: no me parece que CFK tenga esto claro. No me parece que haya salido de la ingenuidad geopolítica que ella misma reconoció cuando salió «Sinceramente».
Yo no amo políticos. Amo a mi familia y amigos. Si quieren enojarse allá ustedes.
Les hablo desde una absoluta y probada honestidad de años.
Por lo menos recomendaría darse la oportunidad de pensarlo antes de reaccionar mal. Y al que reaccione mal lo borro porque me manejo en el mundo de las ideas y lo que aquí hago es una elaboración intelectual bastante clara.
Esto es una trampa mortal. Sépanlo.
Miren a Libia, Yemen, Siria, Venezuela cercada pero defendiéndose. Miren a Lula preso por una causa ridícula. Miren a nuestros presos. Miren a la propia Cristina a quien tienen deambulando por los tribunales.
¿Así y todo se animan a creer que un solo sector está en condiciones de arreglar esto?
Hasta Massa anda por ahí diciendo que el gobierno la cite a Cristina a discutir junto a todos los sectores.
Bajen a la realidad. Por favor.
