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jueves , abril 25 2024
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TRAMAS y NARICES / Los intereses que trascienden las eras y el caso AMIA

 

 

 

Por GABRIEL FERNÁNDEZ *

Si tuviéramos que trazar un cuadro de situación despojado –por un instante- de nombres propios para ligar la acción con los intereses profundos, resultaría adecuado indicar que existe una relación entre los autores de los atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA, los investigadores de los mismos y el andamiaje político – jurídico – económico – mediático que trabaja día a día para su (desesperado) encubrimiento.

Comprender esa clave nos permite ubicar en su justo lugar el testimonio del ex titular de la Unidad de Investigación AMIA, Mario Cimadevilla. El dirigente radical consideró que el presidente Mauricio Macri pretendió convertir esa entidad en una unidad especial de encubrimiento. Precisó, además, que un hombre decisivo para el despliegue de ese delito es el ministro de Justicia, Germán Garavano, y que la orientación del Estado argentino en la materia está determinada por la injerencia de poderes internos de los Estados Unidos e Israel.

El gobierno “resolvió” la cuestión con sencillez, anulando la Unidad. Pero mientras se desarrolla el juicio por encubrimiento siguen saliendo a luz referencias evidentes en la dirección marcada por nuestro primer párrafo. Quizás la única objeción que pueda plantearse a la posición de Cimadevilla es que la entidad mencionada tuvo una función falsificadora desde su mismo origen, pues los intereses de fondo trascienden al actual presidente. Sin embargo, el choque implica una interesante evidencia de las dificultades de Cambiemos para alinear toda la tropa con crímenes de fácil visualización.

Cimadevilla concretó su gran acierto al indicar la intención oficial de eternizar el manto de dudas sobre las presuntas responsabilidades iraníes en el ataque: semejante consideración lanzada desde un ex funcionario obtura las maniobras destinadas a caracterizar el Memorándum como una traición a la patria, y permite inferir que la imputación sobre un Estado lejano favorece el ocultamiento de la trama que en verdad llevó a cabo el atentado. Las observaciones fueron publicadas por el diario Jornada, de Chubut.

El eje de lo que sigue ocurriendo debe reconocerse de esta forma: mientras más duras son las imputaciones contra los representantes de la República Islámica de Irán y los funcionarios argentinos que intentaron ahondar en la investigación a través de la objetada herramienta, más firme es la evidencia sobre la trama que nuclea finanzas, armas y drogas. El poder asentado en ese trípode funcionó a pleno durante ambos ataques, se prolongó en las acciones de encubrimiento posteriores y se asienta en el seno mismo del gobierno macrista.

En un segmento que presenta con lucidez el problema, Cimadevilla indica que “La investigación del atentado a la AMIA ha quedado amarrada a previas determinaciones de hipótesis de verdad sentadas por flojas decisiones anteriores, que no acusa ingenuidad epistemológica, sino simple inercia, hipocresía, cobardía o directamente complicidad institucional”. Enfatiza, en ese sentido, la existencia de un “entramado de delitos, negocios y negociados, relaciones malsanas y clandestinas, intereses económicos, estratégicos y diplomáticos”.

Solamente el asombroso ocultamiento de la verdad por parte de los grandes medios nacionales e internacionales permite que lo que está a la vista salga a la luz. Con este marco ostensible y palpable, Clarín, La Nación, Infobae y Perfil –por sólo hablar de los locales- insisten en consignas incomprobadas sobre conspiraciones entre Irán, ¡Hezbollah! y el kirchnerismo para ocultar lo ocurrido, y no trepidan en reposicionar continuamente al fiscal Alberto Nisman como un héroe cuando su labor no ha sido otra que la instrumentación del encubrimiento exigido por los intereses de fondo.

Todo el planteo desliza que los esquemas de inteligencia argentinos ocultan información con el objetivo de trabar cualquier tipo de investigación que penetre lo acaecido. Como contracara, desde esas usinas con traslación periodística se insiste en dislates como el fantasmático coche bomba y se difunden grabaciones telefónicas en las cuales militantes populares se invitan mutuamente a cenar; los “analistas” han inferido –se recordará- que esos encuentros estaban destinados a organizar el ocultamiento del “contacto iraní”.

Para entender los dos grandes atentados que costaron tantas vidas, volvemos a sugerir los irrefutables trabajos de Juan Gabriel Labaké y Juan Salinas. En estas líneas, apenas describimos a modo de muestra gratis, un trazo del modus operandi que atraviesa décadas y encarna cabalmente el tipo de poder que hoy se enseñorea sobre nuestra Nación.

NARICES. En el análisis del celular del fiscal Alberto Nisman se corrobora la información original brindada desde La Señal Medios: en las últimas 48 horas se comunicó con la hoy ministro Patricia Bullrich. En nuestro artículo –elaborado pocas horas después de la muerte del funcionario- indicamos que el contacto fue intenso a lo largo de toda la semana que concluyó aquél domingo 18 de enero de 2015. El domingo 27 de enero, una importante nota de Raúl Kollman en Página 12 da cuenta de los detalles.

Ese elemento, que parece no interesar al Poder Judicial, se enlaza ahora con un dato que podría ser relevante si la honradez campeara en un periodismo que ha saturado a su público con la declamación de tal valor. Pues entre otros aspectos, salió a luz que en esos dos días fatídicos el atormentado fiscal almorzó con un periodista del diario La Nación e intercambió 146 mensajes de Whatsapp con Nicolás Wiñazki y Natacha Niebieskikwiat de Clarín y Laureano Pérez Izquierdo de Infobae.

Lejos de brindar testimonio genuino de lo conversado, esos medios han seguido difundiendo la idea de un asesinato prohijado por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, e idealizando la imagen del fiscal parrandero como la de un valiente revelador de la conexión libanesa – iraní – sirio – peronista para realizar el atentado a la AMIA y de la trama iraní – venezolano – kirchnerista para encubrirla. En la era de Cualquier Cosa, persisten con semejantes dislates.

Lo que es más (en el orden mediático): Perfil ha re difundido un artículo de Pepe Eliaschev publicado en el año 2011 en el cual indica que “Argentina negocia con Irán dejar de lado la investigación de los atentados”. Vale recordar que el meneado Memorándum intentó exactamente lo contrario. Sin embargo, se ensalza la nota cual si hubiese sido un anticipo histórico y como “uno de los momentos cumbre de la carrera del periodista”.

Finalmente, y a la luz de algunas informaciones canalizadas en estas páginas sobre temáticas colaterales, es preciso señalar que durante los días previos a su deceso, Nisman intentó comunicarse en reiteradas ocasiones con Jaime Stiuso. El agente de inteligencia, sin embargo, parece no haber contestado sus apremiantes llamadas. Evocamos entonces que en aquél material efectuado por nuestro medio sugerimos que entre la actual ministro y los enlaces con los servicios del Norte, parecía haberse inducido un suicidio en base al abandono de la protección prometida.

Concluimos que los medios citados están comprometidos hasta las narices y que sus vínculos económico políticos se asientan en el interés más lejano posible de la opinión pública a la cual se dirigen a diario. La acotación es pertinente porque ya no estamos hablando de un factor de poder imbricado con un sector del empresariado; todo esto va mucho más allá y lo peor que pueda pensarse, estará cerca de la verdad.

 

  • Director La Señal Medios / Sindical Federal / Area Periodística Radio Gráfica

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