BIGtheme.net http://bigtheme.net/ecommerce/opencart OpenCart Templates
jueves , abril 18 2024
Inicio / Internacional / LÓPEZ OBRADOR / Primero muerto que traicionarles

LÓPEZ OBRADOR / Primero muerto que traicionarles

Por LA JORNADA *

 

Ciudad de México. Andrés Manuel López Obrador, rindió protesta como presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, resultado de su contundente triunfo en la elección del pasado primero de julio. Salvo la ruptura del compromiso de los panistas por no incurrir en escándalos, la ceremonia solemne de Congreso General se solventó con el atronador coro de los tres ¡Viva México! que el mandatario enunció el terminar su alocución.

La ruptura del protocolo y boato tejido durante décadas en las administraciones del PRI –a las que dio continuidad el PAN–, y el temor que generaba la ausencia del Estado Mayor Presidencial (EMP) en torno al ceremonial, se despejó por la fuerza y respaldo popular con que López Obrador llegó a San Lázaro.

Desde las 6 de la mañana en el Palacio Legislativo el frenesí y la ansiedad por asistir a la toma de posesión del nuevo Presidente se apoderaron de los ánimos de reporteros, fotógrafos y camarógrafos. Decenas de ellos –quienes habían pernoctado a las afueras del recinto– se instalaron en el balcón de prensa. Afuera, los integrantes del Ejército Mexicano, vestidos de civil, controlaban la seguridad, y dentro los empleados de resguardo garantizaron la integridad de los asistentes, incluidos 25 dignatarios y decenas de representantes diplomáticos.

A las 9 de la mañana con cuatro minutos, con un quórum de 448 de los 500 diputados y 110 de los 128 senadores, se inició la sesión de Congreso General. Dificultosamente el presidente de la mesa directiva, Porfirio Muñoz Ledo, se hacía entender. En contraste con el estilo de reflejar en los accesorios los colores del partido al que se pertenece, el diputado se anudó para la ocasión una corbata amarilla, usual en el perredismo. Los partidos políticos emitieron su respectiva postura en torno al futuro gobierno. Y dos horas después comenzó la transmisión del poder presidencial.

En dos minutos, Andrés Manuel López Obrador se convirtió en el nuevo mandatario. Se comprometió con el juramento al que lo obliga la Constitución, y al cual introdujo el concepto de democracia: Honorable Congreso de la Unión, pueblo de México: protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido de manera democrática, mirando en todo por el bien y la prosperidad de la unión. Y si así no lo hiciere, que la nación me lo demande.

Se convirtió así en mandatario constitucional y continuó el ceremonial descrito también en la Carta Magna. De inmediato, Enrique Peña Nieto, instalado en el costado izquierdo de la presidencia cameral, se despojó de la banda presidencial, la entregó a Porfirio Muñoz Ledo, quien en un movimiento inusual la sostuvo al frente durante unos segundos –como si se tratara de un objeto de ofrenda– y la entregó al Presidente de la República.

López Obrador la llevó al pecho y, asistido por un cadete del Heroico Colegio Militar, se la ajustó. Extendió los brazos agradecido y los cientos de asistentes le respondieron con aplausos y ovaciones: ¡Presidente, presidente, presidente! ¡Es un honor estar con Obrador!

Sin el EMP, la guardia de honor de las fuerzas armadas estuvo a cargo de tres cadetes, de los heroicos Colegio Militar y del Aire, y de la Heroica Escuela Naval Militar.

En los balcones del primer piso del salón de Plenos ya se habían instalado los invitados especiales. Michael Pence, vicepresidente de Estados Unidos, acompañado de Ivanka Trump, hija del mandatario estadunidense, ocuparon el palco A, junto a los gobernadores de California y de Texas. Al costado, en el palco central, la familia de Andrés Manuel López Obrador, su esposa Beatriz Gutiérrez y sus cuatro hijos.

No obstante, el servicio protocolario de la ceremonia situó a la hija del magnate junto a la esposa del Presidente de la República. Ahí se instalaron Juan Ramón de la Fuente y Alfonso Romo. Se esperaba con expectación el arribo de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, pero a esa hora venía aún en vuelo de Caracas a Ciudad de México.

En el balcón de prensa los reporteros atendían lo que sucedía en el contiguo, destinado a invitados especiales. Antes de que López Obrador asumiera, se observó a un Carlos Slim afable que tomó fotografías del recuerdo a los gobernadores y charló largo con el de Chiapas, Manuel Velasco, y el tabasqueño, Rafael Marín Mollinedo, considerado uno de los hombres de confianza del Presidente de la República.

El poderoso empresario grabó en su teléfono celular todo el discurso presidencial. En ese sitio los gobernadores de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas; el de Oaxaca, Alejandro Murat; del estado de México, Alfredo del Mazo –iniciada la ceremonia– atendieron y aplaudieron los anuncios del mandatario, mientras Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, ni se inmutó por los efectos que producía el mensaje entre los personajes a su alrededor.

A unos días de que la autoridad electoral decida la impugnación del caso Puebla, y como en política la forma es fondo, la única gobernadora electa no invitada fue la esposa de Rafael Moreno Valle, Martha Érika Alonso, y sí, en cambio, se convocó a Miguel Barbosa, ex candidato a gobernador por Morena.

Entre los invitados especiales se encontraban grandes empresarios como Miguel Alemán Velasco, Carlos Hank, Miguel Alemán Magnani, Bosco de la Vega, incluso El Toro de Etchohuaquila, Sonora, Fernando Valenzuela.

Manta y gritos

En su afán de rechazar la presencia de Nicolás Maduro, los panistas, encabezados por Juan Carlos Romero, Josefina Vázquez Mota, Kenia López y Gustavo Madero, llegaron al extremo del ridículo cuando el Presidente mencionó, entre la lista de invitados especiales al mandatario venezolano. De inmediato los panistas desplegaron bajo la tribuna una manta que rezaba ¡Maduro, no eres bienvenido! Afanosos, voltearon y gritaron hacia las galerías: ¡Dictador, dictador, dictador! Sólo que el objeto del reclamo panista aún no llegaba a México.

Después de un discurso de una hora y 22 minutos, el presidente salió de la Cámara de Diputados entre aplausos de los diputados y senadores de Morena, PES y PT. Al trasponer la puerta en dirección del vestíbulo, se encontró con la delegación de Estados Unidos. Saludó al vicepresidente Pence y a Ivanka Trump. Acompañado de su esposa, el presidente Andrés Manuel López Obrador dejó San Lázaro, para trasladarse a Palacio Nacional.

Sin ustedes, nada

Ciudad de México. De cara al pueblo de México, sin el protocolo de la formalidad republicana en el Congreso, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó en el Zócalo un diagnóstico llano y descarnado: nos están entregando un país en quiebra, sobre todo en las industrias petrolera y eléctrica. Pero con la misma franqueza, clamó a los mexicanos: Los necesito.

Y enseguida pidió con humildad le tengan confianza: “No me dejen solo porque sin ustedes no valgo nada… o casi nada”.

Uno a uno expuso un ambicioso programa de cien puntos que comprenden prácticamente las áreas económicas, sociales y de seguridad en el país. Destacó el anuncio del inicio, anoche mismo, de un proceso de amnistía para liberar a presos políticos o víctimas de represalias de caciques, funcionarios o gobernantes del antiguo régimen autoritario, y se cancelarán acusaciones penales contra activistas y luchadores sociales”. La Secretaría de Gobernación tiene a su cargo hacer realidad esta acción.

Durante 92 minutos y ante una Plaza de la Constitución colmada por familias, grupos organizados para la ocasión y procedentes de provincia, ufanos militantes de Morena y muchos más que llegaron por su cuenta –y que esta vez no tuvieron que pasar por la revisión a manos de policías o militares– López Obrador los conmovió en numerosos momentos y en otros más sus anuncios fueron aclamados.

Esto fue así, sobre todo cuando casi hacia el final les reiteró que él ya no pertenece a sí mismo, sino al pueblo. “Sin ustedes, y esto lo digo con todo respeto –hablando en el terreno político– los conservadores me avasallarían fácilmente, pero con ustedes me harán lo que el viento a Juárez. Les pido apoyo porque reitero el compromiso de no fallarles; primero muerto que traicionarles.”

Pero ahí mismo acotó: No empecemos con dramatismos; mejor pensemos que todo va a salir bien, actuemos con optimismo y alegría porque tenemos la dicha enorme de vivir tiempos interesantes. Estamos en un momento estelar de la historia porque entre todos empezamos a construir la justicia y la felicidad que nuestro pueblo merece y una nueva vida para nuestra gran nación.

Habló además de su determinación por respetar de forma irrestricta la libertad de expresión. No se aplicará a periodistas o a medios de comunicación censura alguna, pero les recomendó ejercer esa libertad de manera respetuosa. En México, indicó, se garantizará el derecho a disentir.

El mensaje del político de 65 años abrió tras una ceremonia de purificación y entrega del bastón de mando de los pueblos indígenas. Y para ellos fueron sus primeros compromisos, porque es una ignominia, una vergüenza, que vivan desde hace siglos bajo la opresión y el racismo y con la pobreza y la marginación a cuestas”.

Atención sin prejuicios

En suma, ofreció, se atenderá a todos los mexicanos sin distinción de ningún tipo, pero se aplicará el principio de: por el bien de todos, primero los pobres.

El proyecto de López Obrador para México en los próximos seis años es de sur a norte, y por eso su determinación de sembrar en el sureste un millón de hectáreas de árboles maderables y frutales, construir el Tren Maya, las refinerías e impulsar económicamente al istmo de Tehuantepec.

Al mismo tiempo se desarrollará a la frontera norte como la última cortina para evitar la migración, porque a ésta, a partir de estímulos fiscales y de precios, llegará mucha inversión.

Además, aseguró, la Fiscalía General de la Nación contará en los hechos con absoluta autonomía y no recibirá ninguna consigna del Presidente de la República y sus prácticas se apegarán, dijo con seguridad, con el principio liberal de nada al margen ni contra la ley.

Se acabó la guerra porque se construirá la paz y se buscará la hermandad entre los mexicanos.

Ya con el viento frío de las primeras horas de la noche, el jefe del Ejecutivo ofreció mayores detalles sobre cómo se instrumentarán los programas para estudiantes, jóvenes en condición de pobreza, personas de la tercera edad y productores del campo. Reiteró su compromiso de cancelar la reforma educativa, anunció el inicio inmediato de un programa de mejoramiento urbano en colonias marginadas en la zona fronteriza y en las áreas turísticas y detalló las características del próximo Banco del Bienestar, y que de la fusión de Diconsa y Liconsa se creará la empresa Seguridad Alimentaria Mexicana

También precisó los lineamientos para la actuación de los funcionarios de Hacienda, Comunicaciones y Energía, entre otras: se les prohibirá convivir socialmente con proveedores, además de que se hará público el salario de todos quienes lo reciban del erario. Tampoco podrán recibir regalos con un costo mayor a 5 mil pesos.

Y desde ayer convocó a la población para que para el primero de julio de 2021 participe en la consulta donde se le preguntará si él debe seguir en la Presidencia. No habrá divorcio entre el poder y el pueblo; nunca perderé la comunicación con la gente, dijo López Obrador. Y por enésima ocasión los asistentes respondieron con aplausos.

El nuevo presidente mexicano también anunció que anualmente, además de presentarse ante el Congreso para rendir su informe de labores, lo llevará a las plazas públicas, ‘‘ para que repasemos los cien compromisos, uno por uno, y podamos saber si ya se han cumplido o siguen pendientes…si avanzamos o no, con el propósito de que haya transparencia y que entre todos acabemos con el cáncer de la corrupción y de la impunidad. No dejemos de encontrarnos’’.

Los pueblos originarios reconocen a López Obrador

Ciudad de México. El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se convirtió en el primer mandatario en recibir el bastón de mando de los 68 pueblos originarios de México, con el que las comunidades indígenas y afromexicanas lo reconocieron como su máximo dirigente y le dieron su respaldo, pero pidieron ser escuchados y tomados en cuenta. López Obrador se comprometió a darles atención especial.

A su arribo al Zócalo, luego de reunirse en privado con mandatarios de diversas partes del mundo invitados a la ceremonia de investidura, una experta en medicina tradicional realizó una purificación a López Obrador y a su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, con flores y copal, como es tradición en las entregas del bastón.

Con los ojos cerrados, López Obrador escuchó las palabras en las que se pidió al corazón de la tierra, del agua, del aire y del fuego, que se alejara todo mal del mandatario.

Otro médico tradicional le entregó de rodillas una cruz y le dirigió unas palabras con voz entrecortada y en lengua indígena. Lopez Obrador se arrodilló y recibió la cruz.

Enseguida se realizó una ceremonia maya en la que hicieron una plegaria para saludar a los abuelos guardianes que cuidan los rumbos del universo. Ante la oración, tanto el Presidente de México como los miles de asistentes levantaron la mano y con el sonido de los caracoles acompañaron la ceremonia volteando a cada uno de los puntos cardinales.

El bastón fue entregado por Carmen Santiago Alonso, zapoteca oaxaqueña, y Longino Hernández Campos, coordinador del Consejo Municipal Comunitario de Ayutla de Los Libres, Guerrero, en una ceremonia que fue coordinada por Adelfo Regino, titular del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.

Aquí está el bastón de mando, aquí el símbolo con el que usted conducirá a nuestro pueblo, siempre y cuando, queremos recordar, que queremos ser tomados y tomadas en cuenta en los planes que usted tenga en estos seis años, dijo Carmen Santiago.

En el discurso que ofreció a la nación desde el Zócalo y ya con el bastón en mano, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que también busca la purificación de la vida pública de México y se comprometió a dar prioridad a las comunidades indígenas.

Es una ignominia, una vergüenza, que nuestros pueblos originarios vivan desde hace siglos bajo la opresión y el racismo, con la pobreza y la marginación a cuestas. Por eso, todos los programas del gobierno tendrán como población preferente a los pueblos indígenas de las diversas culturas del país, agregó López Obrador.

El bastón fue hecho de madera de cedro y representa, además, cada una de las lenguas indígenas que existen en el país y está adornado con listones rojo, azul, verde, amarillo, negro y blanco, que representan la naturaleza, la sangre derramada, el agua y la madre tierra.

La Jornada (México) / La Señal Medios

Comentarios

comentarios

Visite también

Vladimir Putin, en diálogo con Tucker Carlson (Texto y video completos)

    El conflicto ucraniano, el autor de los sabotajes contra los Nord Stream y ...