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Los combustibles en las estaciones de servicio volvieron a aumentar, en este caso hasta un 5%; así, el litro de nafta súper pasó a costar casi 28 pesos en promedio. Como se sabe, el alza influye en el transporte, lo cual deriva en los precios al consumidor.
Además tiene carga nociva sobre el resto de la economía. La producción industrial, en baja junto a las ventas minoristas, ve afectados los costos. De hecho, puede señalarse que la Argentina sigue el camino de la recesión, sin por ello evitar la inflación.
Tras la suba del dólar, las empresas comenzaron a aplicar los incrementos que, en principio, iban a ser de un 3 por ciento máximo, como se indicó durante la suba el 1 de junio, que había sido de un 5 por ciento.
Esa cifra había sido acordada entre los empresarios y el ex ministro de Energía Juan José Aranguren. Ahora, con la cartera en manos de Javier Iguacel, las petroleras insisten en que el aumento en el precio de los hidrocarburos debe ser mayor.
El argumento presentado por el sector es que se trata de uno de los más perjudicados por los movimientos de la divisa norteamericana, ya que el valor del crudo siempre cotiza en esa moneda.
De esta manera, a partir de este domingo en las estaciones YPF de la Capital Federal, por ejemplo, el litro de nafta premium ya se vende a unos $32.34, mientras que el de súper cuesta $27.82.
Sólo en la primera mitad del año el precio de la nafta Premium en la petrolera estatal aumentó más de 35%. Desde el 1 de enero de 2017, el aumento alcanza el 68%.
GF / Agencias / La Señal Medios
