TEMPERATURA / El corazón de un pueblo

Como la infinidad de inviernos en resistencia que le siguieron.

Como la piedra que tienen por corazón los empleados de la oligarquía que han capturado el gobierno de la nación argentina.

CALIDO…

Como el corazón verdadero de los descamisados que jamás se rinden.

De quienes se hermanan en cada lucha.

De aquellos y aquellas que elevan la temperatura de las calles y hacen estallar los termómetros en cada movilización.

De los que están sinceramente dispuestos a unir voluntades para forjar la Victoria.

Cálido como el corazón de nuestra amada Evita que instaló para siempre en los nuestros el puro y rebelde sentimiento peronista.

Leales a su «vieja indignación descamisada, dura y torpe, pero sincera como la luz que no sabe cuando alumbra y cuando quema. Como el viento que no distingue entre borrar las nubes del cielo y sembrar la desolación en su camino».

Sin términos medios… odio y combate sin tregua a esa raza maldita que sólo sabe sembrar tristeza y desesperanza en los pueblos.