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Arnaldo Bocco, ex presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), conversó con Patria Grande Latinoamericana acerca de la situación financiera de la Argentina.
Bocco afirmó en primer lugar que la crisis es autoinducida porque “cuando se fue el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner dejó una situación ordenada en materia de endeudamiento externo. Argentina trató de defenderse de la recesión y la fuga de capitales en un contexto de independencia económica. Lo hizo bastante bien dada la situación internacional. El gobierno actual heredó esa situación de bajo endeudamiento, negoció precipitadamente con los fondos buitres, pagó una fortuna y se tomó una deuda neta de ochenta mil millones de dólares. El gobierno anterior tenía una fuga de capitales menor y una situación holgada porque no negoció desesperadamente con los pagos a los acreedores“.
El director del Departamento de Economía y del Observatorio de la Deuda Externa de la UMET opinó que “hoy no veo la posibiliad de un estallido como el de 2001 a corto plazo. En primer lugar porque durante los años del kirchnerismo se trabajó para que los bancos no atravesaran una descapitalización como la de 1999 y 2000. No hay riesgo de erupción de depósitos o de no devolución de dólares. Si hay inquietud es porque se recurre al Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyo sinónimo es la crisis de 2001. En esa oportunidad nos abandonó, dejó que explotara la convertibilidad y terminamos como terminamos. Eso hoy está más cuidado, el sistema bancario no tiene problemas para devolver depósitos y la Argentina aún tiene reservas de dólares para devolver las LEBACS, salvo que todos los que las poseen las reclamen al mismo tiempo, pero eso no va a suceder. Lo preocupante es qué acuerdo se va a firmar con el FMI y cuál va a ser el costo social“.
Finalmente Bocco afirmó que en el futuro un nuevo gobierno nacional y popular “deberá cambiar la política económica con un giro de ciento ochenta grados. Para dar un solo indicador pensemos que la paz del conurbano depende del grado de industrialización de la Argentina. Si la mano de obra y la organización sindical van a parar a la calle para su precarización, estamos ante el escenario posible de un conflicto de envergadura no controlable. Para que el nuestro sea un país respetado e importante en el mundo tiene que tener una industria solvente. Argentina tiene recursos altamente calificados. Lo que le faltó en nuestro gobierno es una política industrial más definida. Cuando recuperamos el consumo encontramos una capacidad instalada tan alta que se disparó la inflación. Este gobierno desarmó una parte del aparato industrial“.
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